CAPÍTULO 74: AGONIZANDO

Zara

El dolor que domina mi cuerpo me hace entrar y salir de la inconsciencia sin descanso. Puedo sentir cómo la vida se escapa de mí cada vez que intento respirar. Con cada latido de mi corazón el veneno de acónito se esparce dentro de mí, dejándome con los minutos contados.

Mi frente chorrea de sudor y mi cuerpo tiembla en espasmos ligeros que no son a causa del frío. La herida abierta de mi abdomen no ha parado de sangrar; estoy segura de que Damon no podrá encontrarme con vida cuando regrese.

Jenna repara a toda prisa el agujero en la pared. No es que haga un gran trabajo, pero al menos lo cubre lo suficiente para evitar que la ventisca nevada entre más a la casa.

Termina por poner a Hunter a mi lado en un colchón sobre el suelo, temerosa de movernos de allí.

—Jenna —llamo con la voz rasposa.

Ella se voltea y deja lo que está haciendo para correr a mi lado. Toma mis manos entre las suyas y por primera vez la veo realmente preocupada por mí.

—Dime, ¿qué necesitas?

—Papel y lápiz.

E
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