ZaraMi corazón late a toda velocidad mientras el imponente hombre lobo con ojos de Alfa me mira desde la entrada. Jenna corre a posicionarse a mi lado, aunque también siento que tiene el mismo miedo que yo.Nadie necesita decirme que no es normal que él tenga los ojos inyectados en sangre como los de Damon.Zadrian sigue oculto en el baño, me tranquiliza que, al menos, puedo escuchar sus pasos allí dentro. Tomo una gran bocanada de aire y la suelto lentamente. Su mirada y la mía son desafiantes, no puedo dejar que este idiota sepa que estoy muerta de miedo; después de todo, ya no soy una débil humana, ya no soy la chica a la que todos tienen que correr a proteger.Me transformo de inmediato, al igual que Jenna a mi lado. Ambas rugimos enseñándole los colmillos. Sin embargo, aunque por un momento tuve una ligera sensación de que podría ser fácil, otro lobo se aparece un poco más atrás del umbral de la puerta: Magnus, y en la ventana distingo rápidamente el cabello rubio de Asher.¡Mal
DamonUn inútil.Así es como me siento. Impotente e incapaz de proteger a mi familia una vez más. Lyra se ha llevado a Zadrian y ahora Zara está herida y postrada en esa cama. Y aunque ella me diga que está bien, yo sé que no es así.Algo no anda bien, por mucho que Asher la haya envenenado con el acónito, sus heridas deberían estar sanando lentamente y, a decir verdad, no veo ningún progreso.A regañadientes me obligo a separarme de su lado. No quiero dejarla, pero sé que nuestro hijo también es importante, y debo rescatarlo antes de que esa maldit4 bruja le haga daño.—Yo la cuidaré Damon, ve a salvar a tu hijo —me dice Jenna estando de pie en la puerta. Aunque realmente es indiferente, ya no hay pared de un lado de la casa.—Lo sé —le digo con una sonrisa amarga.Hunter también me preocupa. Desde que lo traje del bosque no ha despertado y eso no me da buena espina. Solo espero que lo que les hicieron a ambos tenga solución.Tomo una gran bocanada de aire e inicio mi camino a través
ZaraEl dolor que domina mi cuerpo me hace entrar y salir de la inconsciencia sin descanso. Puedo sentir cómo la vida se escapa de mí cada vez que intento respirar. Con cada latido de mi corazón el veneno de acónito se esparce dentro de mí, dejándome con los minutos contados.Mi frente chorrea de sudor y mi cuerpo tiembla en espasmos ligeros que no son a causa del frío. La herida abierta de mi abdomen no ha parado de sangrar; estoy segura de que Damon no podrá encontrarme con vida cuando regrese.Jenna repara a toda prisa el agujero en la pared. No es que haga un gran trabajo, pero al menos lo cubre lo suficiente para evitar que la ventisca nevada entre más a la casa.Termina por poner a Hunter a mi lado en un colchón sobre el suelo, temerosa de movernos de allí.—Jenna —llamo con la voz rasposa.Ella se voltea y deja lo que está haciendo para correr a mi lado. Toma mis manos entre las suyas y por primera vez la veo realmente preocupada por mí.—Dime, ¿qué necesitas?—Papel y lápiz.E
DamonCiertamente, la noticia sobre mi empresa corrió hasta los lugares más alejados, trascendiendo incluso las fronteras de la ciudad.La hostilidad de los dos lobos hacia mí es evidente, pero luego de reconocer mi rostro bajan un poco sus defensas. Aun así, me llevan atado de manos a su campamento. En el camino descubro que el de ojos azules se llama Dante, mientras que el otro, el de cabello pelirrojo, es Nash.Me fuerzan a caminar con los ojos vendados también, pues no quieren que sepa la ubicación de su hogar. Me parece curioso, pues, deberían saber que no solo necesito mi vista para rastrear un lugar. Sin embargo, colaboro con ellos porque sé que pronto voy a necesitar de su ayuda.No sé cuánto tiempo andamos por el bosque, hasta que nos detenemos y uno de ellos me quita la venda de los ojos.Parpadeo varias veces hasta que mi vista se aclara. Para mi sorpresa ya no estamos en una zona boscosa, más bien es más una montaña con árboles anchos y separados, que dejan ver el cielo az
ZaraJenna abre la puerta de inmediato. La silueta de mi padre se aclara cuando ingresa a la cabaña. Detrás, Serafina lo sigue en silencio.Cuando me ve tendida en el sofá y con un aspecto moribundo, corre hacia mí y cae de rodillas.—¡Zara! ¡Por Dios! ¿Qué te ha pasado?Jenna se limpia las lágrimas y camina con cautela hacia nosotros. El cuerpo de Hunter sigue ahí, sin vida.—No lo entiendo, ¿cómo llegaron a este lugar? Creí que se habían ido a su escondite —dice Jenna abrazando sus propios brazos.—Tom recibió un mensaje de su hija pidiendo ayuda, el resto lo hice yo —responde Serafina.Mi padre toma mis manos entre las suyas, está temblando y a punto de llorar.—Creí que ahora eras más resistente, ¿no deberías estar sanando? —cuestiona.Serafina observa el cuerpo de Hunter y en seguida se agacha para revisarlo. Jenna da un paso hacia ella para evitarlo, pero yo le hago una seña para que no intervenga.Luego de detallarlo un minuto, suspira y se pone de pie.—Es matalobos rojo —conc
Damon¿Detrás de la cascada?Sus palabras revolotean en mi cabeza haciéndome sentir estúpido. ¿Cómo no se me ocurrió pensar que podía haber un camino oculto detrás de la caída de agua?Miro a Rocco estupefacto, mientras que él sigue con esa sonrisa amistosa que ya empieza a molestarme.—¿Qué?—No te sientas mal por no haberla detectado. En realidad, casi nadie lo sabe. El agua sirve de cortina para ocultar los aromas, y muy poca gente pensaría que hay un camino detrás —explica intentando hacerme sentir mejor.—¿Por qué hay un pasadizo detrás de la cascada? —cuestiono.—Es natural, lleva ahí mucho tiempo. En realidad, no te lleva demasiado lejos, es un sistema de túneles que conectan la montaña con la costa.Llevo mis manos a la cabeza pensando lo peor. Si se han ido por ahí y con todo el tiempo que me llevan de ventaja, nada me asegura que no se hayan ido del continente. Podrían estar en cualquier parte en este momento.—No puede ser, ¡maldit4 sea! ¡No puede ser! —reniego.—Tranquilo,
ZaraLa presencia de los lobos que se encuentran detrás de Damon me pone los pelos de punta. No necesito que Damon me diga quién es el Alfa para saberlo, pues la presencia imponente del hombre de tez oscura frente a mí me deja saber que es él, sin ninguna duda.Detrás suyo, los otros lobos nos miran con recelo. Ahora que lo pienso mejor, creo que haber traído a mi padre hasta este lugar no fue una buena idea. Tom no es más que un simple humano en este momento y estar aquí lo pone en un grave peligro.—¿A qué te refieres? ¿Cómo podemos derrotarla? —pregunta Damon con evidente entusiasmo.Antes de responder esa pregunta, mis ojos se desvían hacia la manada sombra plateada. No confío en ellos.—¿Podemos hablar en privado? —susurro acercándome a su oído.—Claro.Damon se voltea hacia el Alfa y le hace un gesto de espera con la mano, a la vez que me lleva hacia el lado opuesto de donde nos encontramos. El hombre no dice nada, pero asiente en respuesta.Cuando nos hemos alejado lo suficient
DamonEnviar a Jenna a esa cueva me pone nervioso. Es la última omega que me queda, al menos hasta donde sé, pues Xavier y Lía nunca aparecieron, por lo que solo me queda suponer, que Lyra los mató también; y haberla enviado con Dante, tampoco supone mucho alivio para mí.El camino hasta la manada de Rocco es silencioso y oscuro. Pues al final, decide volverme a vendar los ojos, al igual que a Zara y a la bruja que llevo a mis espaldas, para que no sepamos con exactitud cómo llegar.Una vez ahí, dejo a Serafina en el suelo de tierra y me deshago de la venda.—Gracias, de nuevo, por ayudarnos —le digo a Rocco.—No creas que lo hago solo por la buena voluntad de mi corazón —responde mirándome a los ojos—. Cuando el momento llegue, me cobraré el favor.—Siempre estaré en deuda contigo. —Hago una reverencia, pero en el fondo sé que quizá estoy poniéndome la soga al cuello.De pronto veo que aparece la loba a la que él había enviado de vuelta. Ella lo mira y él asiente sin decir ni una pal