Veo mi vida pasar frente a mis ojos. Me quedo paralizada del miedo, porque sé que esa bestia que me está mirando desde la oscuridad va a matarme.Su gruñido hace vibrar cada hueso de mi cuerpo, estoy temblando y ni siquiera tengo idea de hacia dónde ir.Doy un paso hacia atrás, y luego otro. Los ojos no se mueven de ahí, pero sé que brincará sobre mí en cualquier segundo.Retrocedo una vez más y entonces la bestia se asoma. La oscuridad del bosque me impide ver bien sus rasgos, aunque eso me importa muy poco en este momento.Pego un grito y salgo corriendo como alma que lleva el diablo. El lobo me persigue, escucho claramente sus pisadas detrás de mí. Me atrevo a girar para cerciorarme y alcanzo a ver sus fauces abiertas seguido del rugido que emite.—¡No! —grito otra vez.No puedo ver bien hacia dónde voy y tengo que hacer un gran esfuerzo para no chocar con algún árbol que esté en medio. El agotamiento me alcanza bastante pronto, necesito detenerme para tomar aire, pero sé que si lo
Suprimo mis lágrimas antes de entrar a la habitación. No sé si podré borrar esa imagen de mi cabeza por un buen tiempo.A pesar de que trato de no pensar en eso, voy lo bastante distraída como para no fijarme en los detalles de la habitación. Eso hasta que levanto la cabeza y me encuentro con la silueta de espaldas de una mujer.Cuando ella se voltea y me mira siento una corriente que estremece todo mi cuerpo. Sus ojos azules intensos me hipnotizan, pues soy incapaz de voltear hacia otro lado. Ella es realmente hermosa, su cabellera negra y lacia le cae hasta la cintura, su rostro es delicado, tiene unos labios de un rojo carmesí y un cuerpo diminuto y delgado.Aun así, no parece que sea débil en lo absoluto.—Zara, ella es Lyra Delaney —me dice Asher.—Es un placer por fin conocer a la famosa humana embarazada —responde Lyra con una voz profunda y seductora. Jamás imaginé que de ella pudiese venir una voz así.—No sé por qué todos me dicen eso, no sé qué tengo de especial.Lyra se ac
El sol dando de lleno en mi cara me despierta. Me levanto de golpe pensando que estoy en la habitación que me había dado Jenna, pero no. Todavía sigo en el cuarto donde Damon me encerró anoche.Al final no me hizo nada más, pero no fue necesario, con ese beso y esas caricias fue más que suficiente para enterrar el dedo en la herida abierta de mi corazón.Estoy poniéndome de pie cuando de pronto lo veo entrar de nuevo.—Al fin despiertas —dice con evidente fastidio.—¿Qué es lo que quieres de mí? —pregunto otra vez. Ya he perdido la cuenta de cuántas veces lo he hecho, y él sigue sin darme la respuesta que quiero oír.No olvido el trato que hice con Asher, si deseo saber quién es su otra mate loba, entonces debo acercarme a él, aunque eso me mate de dolor en el proceso.—Ya te lo dije Zara. Vamos, hoy tengo algo extra especial para ti —declara con una sonrisa.Salimos de la casa hasta el claro en la parte de atrás. Allí, hay al menos cincuenta lobos, entre hombres y mujeres reunidos en
Hunter se queda conmigo el resto del día para prepararme, así que, por hoy, no tengo que hacer ninguna tarea en específico.Me ha explicado ya varias veces lo que se supone que tengo que hacer, pero mi mente divaga muy lejos de ahí, pensando cómo es que terminé así, casada con un hombre lobo que me trata como si fuera una especie de juguete que usa a su antojo como mejor le convenga.—¿Zara? ¿Entendiste? —me pregunta.—Ah… creo que… ¿me lo repites, por favor?Hunter suspira y niega con la cabeza, se sienta a mi lado y toma aire para volver a hablar.—Mira, sé que todo esto para ti debe ser muy confuso, lo es incluso para nosotros. No confiamos en los otros lobos, y sé que Damon está actuando un poco extraño, quiero decir, no suele ser tan… cruel.—No trates de justificarlo, sé que me engañó —le digo con la vista fija en mis dedos mientras jugueteo con un hilo de mi ropa.—No lo justifico, solo digo que quizá todo esto no es lo que parece, no lo sé —suspira otra vez.Quizá lo dice porq
DamonCuando escuché su grito aterrorizado, fue como si me hubiera devuelto a la vida. Zara estaba en problemas y sabía que tenía que ayudarla sin importar nada más.Ver a ese lobo desconocido atacándola logró hacer que recuperase el control de mi cuerpo por completo. Ningún hechizo es tan poderoso si se trata de ella, tenía que defenderla y lo hice.No fui capaz de reconocer quién la atacaba, pero sí pude ver que era un omega y no era ninguno de mi manada ni de la de Asher, o al menos eso me pareció.El desgraciado me atacó con acónito. Algo me dice que sabía que eso podía pasar, porque estaba preparado para enfrentarse a un Alfa como yo, de otro modo, no cargaría algo tan peligroso incluso para él mismo.Conseguí sacar a Zara de ahí, alejarla lo suficiente de la casa y de la manada como para que esté a salvo. Si pudiera, la sacaría del bosque, pero las heridas que me hizo ese lobo son más profundas de lo que pensé.Termino desplomado en el suelo, mientras el veneno comienza a hacerm
ZaraDamon se comporta de una forma tan errática y contradictoria que no sé qué pensar. Luego de salvarme del ataque de ese lobo llegué a sentir que de nuevo su forma de ser conmigo había cambiado.Aunque eso es solo hasta que aparecen los demás. En el momento en que escucho la voz de Hunter, él se aleja de mí y vuelve a adoptar esa expresión sombría.—¡Zara! Estás bien… —afirma Asher corriendo hacia mí.Me toma en sus brazos sin siquiera consultarme. Damon se voltea y al ver que Asher me levanta gruñe por lo bajo.—¿Qué sucedió, Alfa? ¿Por qué la trajo hasta este lugar? —increpó el viejo que, si mal no recuerdo, se llama Magnus.Damon miró con ojos asesinos a Asher antes de recomponerse.—Tuve que hacerlo, la cacería se salió de control —explica.—¿A qué se refiere Alfa? Sabemos que es una humana, pero ninguno de nosotros… —empezó a decir Magnus, pero él lo interrumpió.—Había otro lobo, uno que no pertenece a nuestra manada.La revelación de esa noticia deja a todos pasmados.—¿Qué?
DamonEstoy sorprendido por el nivel de control que tengo.Y es que no sé cómo he hecho para contenerme al verla desnuda en esa ducha y no saltar sobre ella para hacerla mía.Ver su piel de porcelana delicada, la curvatura de cada parte de su cuerpo, y esos senos redondos y firmes que me hacen relamer los labios… ¡Dios! Me puse duro solo de contemplarla.Pero sé que no puedo tocarla, no ahora. Ella no puede darse cuenta de que soy yo de nuevo, porque si Zara lo descubre, los demás también lo harán, y entonces volverán a encerrarme en mi mente.—Cámbiate, tenemos que salir —le digo tajante.Carraspeo mi garganta y salgo de la habitación para dejarla vestirse sin que mi mirada esté sobre cada centímetro de su cuerpo. Soy fuerte, pero no tanto.Sé que debo pretender ser un despiadado con ella, pero no puedo hacerlo. Ya la he hecho sufrir demasiado, y si continúo con esta farsa y la lastimo, Zara nunca me lo perdonará.Avanzo por el pasillo para esperarla abajo. No voy ni a la mitad de es
ZaraEstoy tan confundida con todo lo que está pasando que ya no sé ni cómo reaccionar. Damon dice una cosa, pero sus acciones me hacen sentir que no es lo que de verdad piensa.Ambos entramos al consultorio del doctor, un lugar espacioso, blanco y muy armonioso. Me hace sentir bastante en calma.El amable médico nos saluda y nos hace pasar directamente a la zona donde realiza las ecografías.Estoy nerviosa por lo que voy a ver, mis manos empiezan a sudar y me siento ligeramente mareada. De pronto Damon pone una mano sobre la mía y solo me mira.—Tranquila, todo estará bien —susurra.—Recuéstese en la camilla, señorita —me pide el doctor.Damon se queda a mi lado y no deja de tomar mi mano en todo ese proceso. El médico descubre mi vientre y me coloca una servilleta en el borde del pantalón. Enciende su máquina y sin siquiera preguntar mi nombre, ni nada, me echa un gel en el vientre. Acto seguido me coloca el aparato con forma curiosa y de inmediato una imagen aparece en la pantalla.