DamonNo sé dónde me encuentro, todo a mi alrededor se siente frío y oscuro, como si un gran agujero negro me hubiese tragado a las profundidades de un abismo del cual no puedo escapar.Lucho con todas mis fuerzas para salir de esta especie de fango negro que me atrapa y me impide moverme, hablar o incluso pensar, pero no lo consigo.No sé cuánto tiempo llevo aquí metido, se siente como si fuese una eternidad.De pronto escucho voces a la distancia, pienso que quizá esas voces me ayudarán a salir de aquí. Espero pacientemente, hasta que me doy cuenta de que las voces se dispersan y se alejan, y la ayuda no viene. Entonces pierdo la calma y trato de gritar, o de liberar a mi lobo interior, sin embargo, dentro de este lugar, esta prisión… no puedo.No tengo fuerzas para hacerlo.Cierro los ojos y me quedo así un buen tiempo, ¿para qué luchar? Quizá sea mejor dejarme consumir por la oscuridad. Me pregunto qué pasaría si dejase que me absorbiera por completo…—Damon, por favor dime qué es
ZaraDolor.Eso es todo lo que puedo sentir.Un dolor intenso en mi corazón que me hace llorar hasta secarme, que me obliga a encogerme en un ovillo y perder el apetito. Esto tiene que ser una pesadilla, no puede ser la realidad. Porque no hay forma humana o sobrenatural de que comprenda que el Damon que me enamoró desde el principio siempre fue una mentira.¡Una jodida mentira!Me abrazo a mí misma y pongo una mano en mi vientre. El bebé que crece dentro de mí es un lobo, pero también debe ser humano, estoy segura de eso porque, aunque intento odiarlo, no puedo.Sé que hay una parte de Damon ahí, pero también hay otra parte que es mía, me pertenece.Tengo varios días aquí encerrada y él no ha vuelto a verme. En lugar de aparecerse a dar la cara, esa cara de idiota que tiene…«De idiota y de perfecto adonis» añade mi consciencia.—No, ya no puedo verlo así, como sea tengo que arrancarlo de mi corazón —digo en voz alta.La única que ha estado rondando por aquí es Jenna, y a veces, tamb
DamonEstar aquí atrapado se siente extraño, a veces pierdo la noción del tiempo y de las cosas, me vuelvo a sumergir en la oscuridad y soy incapaz de ver lo que sucede a mi alrededor, pero siempre que escucho su voz, ella me saca de mi letargo y me impulsa a querer liberarme.Ahora mismo estoy en la biblioteca y ni siquiera tengo idea de cómo llegué aquí. Me encuentro leyendo un libro, no le presto demasiada atención, hasta que la voz de Hunter me trae de vuelta a la realidad.—Alfa, dígame otra vez, ¿por qué cambió de opinión? Lo vi tan seguro de que esa humana era su mate y ahora…—Me di cuenta de que estaba cometiendo un error —respondo en contra de mi voluntad—, una humana jamás podría ser una compañera adecuada para un Alfa como yo.—Pero, se unió a ella, ¿o no?—Sí, pero nadie tiene por qué saberlo, además ya rechacé el vínculo, ahora estoy con Freya.Hunter me mira con duda, solo deseo que se dé cuenta de que ese que le responde no soy yo, mas, no lo hace.—Bueno, de todos mod
ZaraMe siento como un pobre e indefenso animal de zoológico. Jenna y Hunter me llevan cargada dentro de esta jaula mientras me trasladan a quién sabe dónde.Regresar a la casa de Damon, lejos de tranquilizarme, me hace sentir mucho más inquieta. En especial ahora que sé que está aquí ese tal Asher.De solo recordar lo que sucedió dentro de la cabaña, mi cuerpo se estremece y me siento otra vez presa del miedo…—Vaya, vaya, pero ¿qué tenemos aquí? Es la humana con olor a menta.Sus ojos eran de un amarillo intenso y ese porte amenazante y aterrador me dejaron paralizada. Asher se acercó a mí hasta inclinarse y quedar frente a frente. Me tocó la mejilla y la mandíbula y me examinó con meticulosidad.»¿Ahora no hablas?—Por favor, déjeme sola —le pedí en un hilo de voz.—¿Cuál es tu nombre? —preguntó. Yo aparté el rostro y quise llorar, pero me contuve.—Si no respondes, tendré que sacártelo por las malas —siseó.Cerré los ojos y terminé cediendo a su voluntad.—Soy Zara.—Dime Zara, ¿p
Damon¡Fui capaz de tomar el control!Por un momento pude recuperar el manejo de mi cuerpo, de mis acciones y mi voz. Se sintió tan bien volver a tenerla entre mis brazos y decirle que huyese, aunque eso implique alejarse de mí.Sin embargo, el control me duró poco, pues el Damon poseído y cruel volvió a tomar el mando y echó por tierra todos mis intentos de hacerle entender que ella no es la única atrapada aquí.De todos modos, haber vuelto a la normalidad, aunque sea por un momento, me dice que tengo esperanzas, que puedo recuperar el control de mí mismo y matar a Asher y a quien haga falta.Regreso de vuelta a la mansión y me encierro en mi habitación sin darme cuenta de que Freya ya está ahí.—Mi Alfa, te estaba esperando —dice con una sonrisa.—Dime una cosa, ¿siempre has sido el títere de tu padre? ¿O eres capaz de pensar por ti misma?Mi cuestionamiento la toma por sorpresa. Abre los ojos con asombro y retrocede, luego trata de disimular y me sonríe nuevamente.—¿Qué dices? No
ZaraPor mucho que trato de pretender que no le tengo miedo a este sujeto, es imposible no estremecerme ante su imponente presencia.Asher también es un hombre lobo, y algo me dice que es igual que Damon. Lo deduzco por el color de sus ojos.Nuestros últimos encuentros no han sido nada alentadores, así que esta repentina forma de hablarme tan cordial no me gusta en lo absoluto.—¿Qué se supone que tiene que hablar conmigo? —digo sin dejar de ser formal.Él se sienta sobre la cama buscando tener más familiaridad, pero yo me aparto.—No me tengas miedo, Zara, te juro que, si quisiera hacerte daño, no tendrías ni la más mínima oportunidad.Trago en seco y tiemblo ante esa amenaza implícita. La única razón por la que está siendo amable ahora es porque seguramente quiere algo de mí.—Eso ya lo sé —respondo, sacando una voluntad de mí que desconocía.—Me agradan las chicas como tú. Estás rodeada de bestias asesinas y solo eres una indefensa humana, no entiendes muy bien lo que pasa, pero es
Ni la cama cómoda, o la manta tibia me ayudan a conciliar el sueño, además de que paso con nauseas y dolor de estómago toda la noche. Sentir este embarazo acelerado está comenzando a traer problemas en mi cuerpo.Tengo las piernas débiles y siento calambres todo el tiempo. Sin embargo, no pienso poner ni una sola queja, aguantaré lo que tenga que aguantar en silencio.Cuando sale el sol a la mañana siguiente, todavía sigo sin poder dormir. Me levanto con parsimonia y me miro en el pequeño espejo redondo que está en el baño.Al menos tengo algo de privacidad en esta pequeña habitación. Mi madre diría que es un hotel cinco estrellas.Tengo unas ojeras del tamaño de cráteres gigantes, he llorado tanto que las bolsas debajo de mis ojos tienen un color entre rojizo y violeta, me veo realmente mal.A decir verdad, tenía varias semanas sin mirarme en el espejo. Mi cabello castaño está hecho un desastre, mi rostro está sucio de tierra y lágrimas secas, mis labios están tan resecos que juraría
Veo mi vida pasar frente a mis ojos. Me quedo paralizada del miedo, porque sé que esa bestia que me está mirando desde la oscuridad va a matarme.Su gruñido hace vibrar cada hueso de mi cuerpo, estoy temblando y ni siquiera tengo idea de hacia dónde ir.Doy un paso hacia atrás, y luego otro. Los ojos no se mueven de ahí, pero sé que brincará sobre mí en cualquier segundo.Retrocedo una vez más y entonces la bestia se asoma. La oscuridad del bosque me impide ver bien sus rasgos, aunque eso me importa muy poco en este momento.Pego un grito y salgo corriendo como alma que lleva el diablo. El lobo me persigue, escucho claramente sus pisadas detrás de mí. Me atrevo a girar para cerciorarme y alcanzo a ver sus fauces abiertas seguido del rugido que emite.—¡No! —grito otra vez.No puedo ver bien hacia dónde voy y tengo que hacer un gran esfuerzo para no chocar con algún árbol que esté en medio. El agotamiento me alcanza bastante pronto, necesito detenerme para tomar aire, pero sé que si lo