1- Claro. Eres el jefe. - repitió. Cómo dijo, la llevó a casa y ella le prometió que se quedaría descansando, ya que la conocía bastante bien y sabía lo intranquila que podía llegar a ser, para no quedarse en un solo sitio. Ashton volvió a retomar el camino a la compañía pero quedó en atender el teléfono si sucedía alguna emergencia. Ese día los dos tenían planes de ir a un restaurante; en la noche Ashton le tenía una sorpresa que la joven no se imaginaba, no tenía ni siquiera la leve sospecha. Por su parte, cuando se encontró en la habitación que solía ocupar cuando lo de ellos era algo furtivo, buscó algo de dinero que solía tener en esa mesita de noche y decidió ir a una farmacia. Y contó todo a Alicia para evitarse más sorpresas. De esa manera la amiga la acompañó a comprar la prueba y estuvo allí presente a la espera de que los eternos cinco minutos pasaran para poder ver el resultado. - ¡Oh por Dios! Hace meses te dije que te pusieras en mi lugar y ahora creo que literalmen
¿Especial? La palabra tenía un significado demasiado importante, de hecho, hasta podría considerarse un sinónimo de la misma; en todo caso, no tenía un solo atino hacia lo que tramaba Ashton.—Me quedaré con las ganas de saberlo, ya que tú no has querido darme una sola pista.—Creo que lo sabes, solo debes pensar un poco más.—Estoy haciendo todo lo que puedo y no doy con nada.Le besó los labios antes de alejarse para terminar de peinarse. Él no le diría nada. Tan pronto como estuvieron listos, abordaron el auto y se pusieron en marcha sin imaginar que lo peor estaba por suceder.***Alicia dejó caer el teléfono al suelo al saber la noticia. Odiaba que algo así estuviera pasando y casi se va a la inconsciencia. Salvatore llegó a ella para consolarla.—Papá y Hope, ellos... ¡No, no y no!Tomó la llamada por ella, que ya no podía hablar.—Aló, ¿me puede explicar qué está sucediendo?—Señor, soy el doctor de la...Y le explicó el lugar de trabajo, su nombre completo y el accidente de tr
Hope abrió los ojos cuando amaneció al día siguiente y se sintió adolorida. Inspeccionó su cuerpo y al verse tirada en una cama se encontró desorientada y totalmente confundida por esa escena. No comprendía cómo había acabado allí, hasta que los recuerdos de ese accidente fatal volvieron a su memoria como un balde de agua fría y comenzó a llorar.En ese momento, una enfermera ingresó a la habitación y la calmó. No podía alterarse demasiado, ya que eso no le hacía bien ni a ella ni al bebé. Le preguntó a la mujer dónde estaba su pequeño y qué había ocurrido, aunque ya sabía la respuesta, pero temía por aquel bebé que llevaba en su vientre. ¿Y si lo había perdido? No podía ni siquiera imaginarlo.—No se preocupe, su bebé está perfectamente bien y usted se va a recuperar —respondió la enfermera.—Necesito ver a Asthon. ¡Maldición! ¿Dónde está Asthon? ¡¿Dónde?! —exclamó desesperada.—Debe calmarse, llamaré al doctor.Después de un rato, ingresó el doctor y le explicó lo sucedido.—... Su
La vida de Hope, una adolescente llena de sueños y anhelos, no era fácil. Pero en medio de las dificultades y desafíos propios de su edad, surge un amor que desafía todas las normas y convenciones. Un amor que la lleva a fijarse en alguien a quien siempre debería haber considerado fuera de su alcance: Asthon Greenspan, un magnate poderoso y atractivo.El magnetismo de Asthon es innegable. Con sus ojos azules que parecen penetrar en el alma, su cuerpo musculoso y sensual, y una sonrisa encantadora, es el epitome de la perfección irresistible. Cada saludo cordial, cada beso en la mejilla, lleva a Hope a niveles de atracción que nunca había experimentado antes. En su mente, Asthon se convierte en su amor platónico, ese que ella espera que algún día se vuelva completamente suyo.Hope se aferra a la idea de que su destino está entrelazado con el de Asthon. Siente intensamente que están destinados a estar juntos y que nada ni nadie podrá separarlos, ni siquiera su amiga, ajena a los profundo
Hope se sintió humillada. ¿Cómo podía ser tan mala? Ni siquiera merecía ser llamada madre. ¿Y para qué? Parece que no le importaba el peso de esa palabra. Todo lo que hacía era escupir por doquier. —¡Te odio, te odio y te odio! —repitió incesantemente. La mujer frente a ella la miraba como si quisiera matarla. Sus ojos filosos ya la estaban atravesando de esa manera que podría someter a cualquiera. Sin embargo, a ella no le tenía miedo, solo sentía un profundo odio. Ahora venía a decirle que era una buena para nada, que no servía para nada. Todo eso le afectaba. ¿Es que su crueldad no tenía límites? —Yo también digo lo mismo. Ni siquiera deberías seguir bajo este mismo techo. No eres y nunca serás mi hija —espetó, dejando helada a la joven. No podía creer sus palabras. ¿Por qué decía que no era su hija? No entendía nada. Ya estaba perdida y sorprendida ante lo que ella decía. Durante mucho tiempo había considerado a esa mujer su madre, pero ahora la trataba de forma vil. —No es que
—Mi hermana era tan joven. No merecía irse de este mundo por ti; ella tenía muchas cosas por vivir y muchos momentos por escribir, lamentablemente se enamoró del hombre equivocado a la edad errónea y no pensó en las consecuencias de sus actos; yo no la llamaría amor, eso fue algo pasajero y estúpido que la sentenció a la muerte. —hizo una pausa para limpiarse las lágrimas, Hope sorbió por la nariz y se le quedó mirando —. Solo tenía quince años cuando quedó embarazada de ti, y mi madre decía que podíamos hacer algo, que quizás yendo al doctor este podría interrumpir el embarazo, pero optar por un aborto en ese momento era ilegal y además estaban los detalles de que era menor de edad y corría el riesgo de morir en todo el proceso, aún así ya no se podía hacer nada, ya era demasiado tarde puesto que estaba un poco avanzado tenía casi tres meses de embarazo y eso impedía hacer el procedimiento del aborto. Ella solo quería que terminara de hablar. —No... —Todos estábamos destrozados por
—Mi hermana era tan joven. No merecía irse de este mundo por ti; ella tenía muchas cosas por vivir y muchos momentos por escribir. Lamentablemente, se enamoró del hombre equivocado a una edad errónea y no pensó en las consecuencias de sus actos. Yo no llamaría a eso amor, fue algo pasajero y estúpido que la sentenció a la muerte. —Hizo una pausa para limpiarse las lágrimas. Hope sorbió por la nariz y la miró fijamente—. Solo tenía quince años cuando quedó embarazada de ti, y mi madre decía que podíamos hacer algo, que quizás yendo al doctor podríamos interrumpir el embarazo. Sin embargo, optar por un aborto en ese momento era ilegal y además estaba el riesgo de que al ser menor de edad, corriera peligro de muerte durante todo el proceso. Aún así, ya no se podía hacer nada, era demasiado tarde, puesto que el embarazo estaba un poco avanzado, casi tres meses. Ella solo quería que terminara de hablar. —No... —Todos estábamos destrozados por la situación que mi hermana estaba enfrentand
Cuando estuvo a punto de tocar la puerta de esa mansión, sintió la necesidad de renunciar e irse corriendo de allí con la valija en la mano. Sin embargo, había tocado sin pensarlo mucho y en poco tiempo una mujer joven de ojos verdes recibió a la muchacha. Por su uniforme, ya sabía que era la mucama, una mujer bastante amable a la que había tenido el privilegio de conocer antes por sus visitas a la casa, aunque hacía mucho tiempo que ya no iba, pero estaba de nuevo allí con otra intención, una que le daba temor pronunciar porque podría tomarse como un abuso, incluso si en serio necesitaba la ayuda. En realidad, nunca se agotaron sus opciones, cuando solamente había una y era esa, ir a casa, no, a la enorme mansión de Alicia y hablarle sobre quedarse un tiempo mientras conseguía cómo pagar alguna habitación en otro lugar. —Hola, ¿en qué puedo ayudarte? Pero pasa, no te quedes allí —de inmediato se hizo a un lado. Ya la conocía. —¿Me recuerdas? —Por supuesto. —Gracias. Sonrió un po