El almuerzo se da tranquilo, en especial porque para Gerard tampoco pasó desapercibida esa mirada de Rafael a Evangeline y no siente que él sea ya un peligro en su relación con Luz. Es más está convencido que esta no será la última vez que Rafael venga a casa.
Pero lo que hará ahora tiene dos intenciones, facilitarle su vida amorosa y mantenerlo vigilado, mientras más lo conozca, mejor podrá determinar si tiene que ver con la distribución de drogas en los eventos que participa su agencia.
-Rafael, creo que eres alguien muy importante en la vida de mi mujer – Luz deja el vaso de jugo a medio camino y lo ve como si tuviera un tercer ojo -. Por eso, te digo que las puertas están abiertas para que vengas a visitarla cuando quieras.
-Gracias… - le dice Rafael extrañado de su actitud -. En verdad Luz es muy importante para mí, ella es especial y se merece sol
Gerard lleva a Luz a la parte bonita de Central Park, esa por donde puedes caminar sin tener que mirar a tu espalda, la lleva de la mano y ríen mientras piensan en una bella sorpresa para el cumpleaños de la princesa, que será en dos semanas.Llegan a una parte en donde la gente usualmente se sienta a hacer cualquier cosa entretenida, buscan la sombra de un árbol y allí Gerard abraza a Luz, porque ha llegado el momento de hablar de aquella noche.-Mi amor, ve a tu ritmo, si sientes que quieres parar o irte de aquí, solo tienes que decirlo.-Gracias… - se mira las manos unos segundos y luego fija su vista al frente -. Aquella noche Rafael me dejó en la segunda planta de aquel lugar, porque se supone que los asistentes estarían más entretenidos con las chicas del lugar – sonríe con ironía -.“Me asignó con tres chicos, Tony, Sean y Rickon… - ese &ua
El trayecto al restaurante se hace liviano, al menos para Luz. Porque para Gerard… su estómago es un atado de nervios, nunca en su vida estuvo tan aterrado, ni siquiera cuando le propuso matrimonio a Margaret.En cuanto llegan al lugar, el anfitrión sale a recibirlos y le hace un gesto a Gerard para decirle que lo solicitado está listo. Gerard rodea a Luz por la cintura y la atrae a su cuerpo, para embeberse de esa energía pura, de ese brillo especial que tiene y de aquel amor que irradia su mujer.Porque Luz siempre será su mujer.Al entrar, el hombre los guía hasta una enorme puerta de madera. Cuando la cruzan, Luz se queda impactada por lo que allí encuentra.Hay una mesa solitaria, para dos personas, rodeada de flores blancas. Tenues lucecillas iluminan el espacio, ya que el sol se está ocultando. La música, suave y tranquila, termina de envolver el lugar. Luz se queda mirando a Ger
-¡Ah!Ese grito de placer sale de los labios de Luz en cuanto Gerard le penetra con una lentitud desesperada, pero ella lo recibe feliz y lo invita a moverse, con la danza de su cadera.-Te amo tanto – le dice ella mirándolo a los ojos y luego lo besa -.Todo en ellos es puro amor, la mejor manera por ahora de demostrarse lo que sienten el uno por el otro. Porque más adelante vendrán otras pruebas de amor que dejará todo esto bastante pequeño.El vaivén de sus cuerpos, los jadeos y la corriente de pasión desbordada se extiende por un par de horas más. Porque una sola vez no es suficiente.Esta vez, toda pasión que sienten, los lleva a experimentar otras posiciones, todas propuestas por Luz y Gerard siente que no puede más con esa chica. A pesar de que cada una significó verla sonrojada, fue precisamente eso lo que lo llevó a aceptar.Ahora, est&aa
De mala gana Gerard sale de la cama y eso solo porque Luz lo obliga a levantarse, no pueden quedarse fuera de casa, porque Charlize es responsabilidad de ellos. Evangeline se puede quedar con ella unas horas, pero no toda la noche.Ella se mete a la ducha, sin mojarse el cabello y Gerard apoya su mentón en el hombro izquierdo de Luz, mientras sus brazos la rodean.-No quiero apresurar nada, pero sería bueno que buscáramos pronto una fecha.-Sí, no quiero casarme con una panza enorme, ¿te parece en dos meses?-Me parece perfecto, en un mes podemos anunciar nuestro compromiso.-¿Es necesario? – le pregunta ella nerviosa, porque sabe que eso involucra invitar a gente de dinero y eso la pone nerviosa -.-Hay amigos con los que quiero compartir la noticia, tampoco será algo grande, para eso tendremos la boda, solo si tú lo quieres.Se terminan de duchar en silencio, Luz tomando
Al llegar a la habitación, Gerard se queda embobado con Luz, que está acurrucada en el sofá leyendo, con el ceño fruncido y una de sus uñas en la boca.-¿Está muy interesante el libro?-Está en la mejor parte – le dice ella con una sonrisa, dejando el libro de lado -.Se pone de pie, dejándose ver solo en una bata de satén, Gerard se desabotona la camisa y ella tira de la cinta que ata la prenda, quedando completamente desnuda frente al hombre que se queda con la boca abierta.-Me estás tentando, pequeña… - se quita la camisa y le deja en la silla -. Pero creo que hoy ha sido mucho movimiento para nuestro pequeñín.Se arrodilla frente a Luz y deja un reguero de besos en su vientre, que pretendían ser tiernos, pero para Luz tiene un efecto más… candente. Gerard se pone de pie otra vez y el rostro de Luz es muy diferente
Tras casi una hora de trayecto, incluido el cambio de vehículo, Gerard siente que el auto se detiene y que le abren la puerta. Desde que se subieron al auto, afuera de Finnick y Abbot, les cubrieron las cabezas con un saco de tela.Lo ayudan a bajar y le advierten que tenga cuidado con un escalón, unos cuantos pasos más y le quitan el saco.Se da cuenta que la sala donde lo han dejado es muy parecida a una de interrogaciones de la policía. Mira la habitación y se encuentra a una mujer no más adulta que Luz, pero su expresión lo llama a tener cautela.-Buen día, señor Finnick – le dice ella subiendo los pies a la mesa que está en el lugar -. Soy Alfa, debe saber de mí por Dan Abbot, su socio y amigo.-Mucho gusto, señorita…-Alfa, solo Alfa – le dice con cuidada educación, algo que no corresponde para alguien que se dedica a eso -. Tome asie
Dan y Gerard entran a la oficina de este último, toman asiento y se quedan mirando a la nada un minuto. Quien rompe el silencio es Dan, ya que Gerard no le ha dicho nada acerca de lo que sucedió con el hijo de Bowman.-Y… este, ¿qué pasó?-Lo molí a golpes – le responde Gerard con una tranquilidad impropia de él -.Se pone de pie y sirve dos vasos de agua fría, le entrega uno a su amigo y vuelve a sentarse. Se queda mirando sus manos, no tienen ni una marca de lo que le hizo al chico. Solo le quedó el dolor.-Pero… ¿está, ya sabes, vivo?-Sí. No puedo matarlo, primero tiene que vivir un infierno aquí en la tierra.-¡Uf! – Dan se echa hacia atrás en la silla y respira -. Me asustaste, como dijiste que te ibas a vengar…-Dan, los dos sabemos que matar a alguien no es venganza. Ahora bien, concentr&eacu
Con la ayuda de Matías, Gerard consiguió reunirse con sus futuros suegros, aunque no le dijo nada a Luz para no alterarla. Si salía bien todo, podría conseguir que ellos hablaran, si las cosas no resultaban bien, pues seguirían adelante sin ellos, solitos se perderían la bendición de tener al menos unos cinco nietos.Llega a la casa de ellos, a pesar de los nervios, se baja con el porte de abogado entrando a la corte. El condenado se ve tan guapo, que la vecina de los Méndez se queda con la boca abierta mientras se lleva con la tijera de podar cinco rosas, en lugar de la maleza.Llama a la puerta y quien abre es la madre de Luz.-Señora Méndez – le dice extendiendo la mano con seriedad -. Gerard Finnick.-Sí, lo conozco de la prensa. No se olvida a quién despide a uno de sus mejores trabajadores sin motivos – se hace a un lado y Gerard entra sin temor, porque y