En cuanto llegan a la casa, las chicas se van a la cocina para preparar un almuerzo delicioso. Evangeline las ayuda con los ingredientes, pero a petición de Luz, se mantiene solo como espectadora.

De pronto, cuando están la mejor parte de la salsa, los guardias de la entrada avisan de una visita para Luz, ella se queda extrañada, pero indica que dejen pasar a quien no quiso decir nada, para que sea una sorpresa.

-Evangeline, ¿puedes recibir a la persona? Lo traes aquí.

-Claro.

La chica se va cantando la melodía de una balada que habla sobre el amor imposible, la que se le queda pegada por el resto de su vida cuando ve a un hombre alto, de bellos ojos azules y cabello claro.

No puede evitar quedarse con la boca abierta, Rafael sonríe y eso la desarma por completo.

-¿Puedo pasar? – le dice a la chica, que se ha quedado estática -.

-¡Sí! Disculpe – se