Luego de un delicioso desayuno, los tres salen felices a descubrir qué sorpresas tendrá Magic Kingdom. Pero nada los preparó para lo que se encontraron allí.
Las atracciones los mantuvieron ocupados todo el día, como no era temporada alta, no debieron hacer demasiada fila para disfrutar de cada uno.
Pero ahora mismo, la pequeña Charlize, duerme desparramada en el asiento trasero, con la cabeza en las piernas de Luz y los pies sobre las piernas de su padre. A Luz ya se le cierran los ojos, pero sabe que el trayecto es corto, así que se aguanta un poco para no tener que darle trabajo doble a Gerard.
-¿Te gustó el día que pasamos hoy?
-Sí, me divertí muchísimo. Gracias por invitarme – le regala una sonrisa sincera, de esas que le desarman hasta las costuras de la ropa a Gerard -.
-¿No has cambiado de opinión sobre lo que te pedí esta m
Aquella noche, a pesar de no terminar de la mejor manera, los dos durmieron abrazados sin despegarse ni un solo momento. Aquella confesión de ambos, uno de amor y la otra de miedo, le dice a Gerard que puede despertar a su chica con un beso.Ella sonríe un poco y luego abre los ojos, para encontrarse la mirada oscurecida del hombre.-Buenos días, mi Lucecita bella.-No hagas eso o me voy a acostumbrar a no dormir sola – le dice ella desperezando su cuerpo -.-Precisamente eso es lo que quiero – y le da otro beso -.Luz se queda quieta un momento y, cuando Gerard se aparta, ella sale de la cama.-Será mejor que me levante, nuestra princesa pronto se va a despertar.A Gerard se le enciende el corazón cuando ella dice “nuestra princesa” con ese amor evidente, siempre se negó a abrir su corazón, a buscar a alguien para que le hiciera compañía, porque te
Otro despertar con su Lucecita y Gerard no puede sentirse más afortunado. La calidez del cuerpo frágil de la chica le llega hasta el corazón. El aroma que desprende es único y le provoca comérsela a besos en este preciso momento.Ella está de espaldas, con su trasero pegado a su abdomen y Gerard aprovecha eso para poner su mano en el vientre de la chica, para darle calor y seguridad a ese bebé... su bebé.Porque es claro que ese bebé no será de nadie más.Se queda unos segundos más así, hasta que ella se remueve un poco. Luz siente el calor de la mano de Gerard en el hogar de su hijo, trata de acomodarse para ver a la cara al hombre, pero se arrepiente en el mismo momento en que siente algo duro contra sus nalgas.Se aparta de Gerard, se sienta en la cama, sonrojada y sin querer verlo a la cara.-Lo siento, pero es… inevitable estar así por las
Tras una noche de alegría, donde la pequeña princesa no dejó de decir lo feliz que se sentía de que al fin su papi tuviera una novia y luego se quedara dormida desparramada en el sofá de la sala, los dos están sentados admirando la vista desde el balcón.Tomados de la mano, sonriendo felices y pensando miles de cosas a la vez.-Luz, estaba pensando que al regresar deberías aplicar a la universidad. Si quieres hacerlo por ti misma, lo entenderé. Pero su quieres que te ayude en algo, lo haré con gusto.-Me temo que será difícil para mí estudiar ahora, con un bebé en camino…-Pero no estás sola. Cuando me hablaste de tu sueño, te vi radiante y quiero que lo cumplas. Con tu carácter e inteligencia, estoy seguro que dejarías la barra alta para muchos.-¿Tú crees? – le pregunta ella, poniéndose de
Los días se hicieron aún más cortos para los tres, porque los disfrutaron muchísimo más. Gerard llevó a Luz a conocer el mundo de Harry Potter y trató de no botar espuma por la boca cuando uno de los chicos que visitaba el lugar le pidió su número de teléfono.Luego de saltar como un depredador y aferrarse a su cintura, al chico le quedó más que claro que Luz tenía a su hombre al lado.Ahora, todos esos recuerdos quedaban en la mente de Luz, mientras hacían el vuelo de regreso a casa. su hermano llegaría a la ciudad mañana y quedaron para verse en una cafetería en el centro.En cuanto a las noches que durmieron juntos, se cuidaron de no volver a llegar más lejos que un tierno beso de buenas noches, porque ya las pasiones estaban demasiado encendidas y no querían llegar algo más íntimo tan deprisa…
-Ya mi amor, te juro que buscaremos a ese desgraciado y lo haremos pagar por lo que te hizo – “aunque sea yo” -.Gerard mece a Luz, mientras ella comienza a calmarse poco a poco. Se aparta un poco de él y lo mira a la cara con miedo de lo que se va a encontrar, pero el rostro lleno de dolor en su novio la hace ver que no la juzga.Y ¿cómo podría?Más bien, Gerard ahora siente que su mundo está colapsando con cada sollozo de su Lucecita, su muchacha guerrera y dulce.-No me dejes, por favor… no quiero estar sola…-No, mi vida, no me iré a ninguna parte.Ella cierra los ojos cuando Gerard la acomoda en la cama, se quita los zapatos y los calcetines, para luego meterse al lado de Luz, ella se pega a su cuerpo y se deja ir poco a poco en un sueño más tranquilo.Mientras que Gerard no deja de pensar en aquella chica a la que atacó sin ser
Inicia con un beso casto en los labios y luego lo intensifica, en el momento en que Luz mete sus manos en su cabello. Luego esas manos se van a sus fuertes hombros y bajan por su pecho.Gerard se decide a hacerlo de la manera más correcta posible, tratando de dejar su propio deseo de lado, para borrar todo lo malo que le dejó.-¿En verdad quieres esto? – le pregunta besando su cuello -.-Sí, por favor… hazlo.Mete una mano bajo la blusa de su pijama y la toca con delicadeza, como si en cualquier momento se fuese a romper, mientras sus labios recorren el cuello de Luz como si cada punto tuviese un sabor diferente que debe probar.Sus labios comienzan a bajar, sus manos suben la tela que obstruye su tarea y ella se mueve para que se la quite de una vez, solo quiere sentir la piel del hombre, sus besos, sus caricias.La boca de Gerard llega a uno de sus senos, la mira y, aún en la penumbra, ella l
El amanecer los encuentra abrazados, el cabello de Luz revuelto por la almohada, su cabeza enterrada en el cuello de Gerard y las manos de él en el cuerpo de su chica en una clara señal de protección.La primera en abrir los ojos es Luz, pero vuelve a cerrarlos, un parte por vergüenza y otra para seguir así, sin romper esa intimidad.Pero las urgencias matutinas la hacen moverse para correr al baño.Gerard se sienta en la cama, busca en ella algún rastro de haberle hecho daño a Luz anoche, pero no hay nada.Ella sale del baño envuelta en una toalla, ya que no encontró la bata allí, y se queda paralizada cuando ve a Gerard de pie, desnudo y caminando hacia ella.-¿Todo bien? – le dice abrazándola -.-Sí, me duele todo, pero creo que es… normal, no lo sé.-Me siento igual, creo que es un día bello para quedarse en c
Charlize y Gerard se paran en la puerta para despedirse de Luz, mientras el hombre se siente totalmente intranquilo. Ahora que ella no está, todo el peso de aquel secreto se le viene sobre los hombros. -Papi, ¿puedo dormir una siesta? Creo que sigo con el sueño de las vacaciones. -Claro, princesa, vamos. Mientras la pequeña se abraza a su oso de peluche, el teléfono de Gerard vibra en su bolsillo, al revisar la pantalla, ve que es Dan y sale de allí de inmediato. -Dan, ¿ya tienes lo que te pedí? -Tengo eso y más… Ya lejos de allí, Luz le envía un mensaje a su hermano para decirle que en unos quince minutos estará con él. Mira por la ventana con una sonrisa, porque ahora se siente más libre, con menos miedo. Gerard no la presionó, no la juzgó… solo la amó y se esforzó por quitar de su piel y sus recuerdos aquel ultraje. Tal vez es momento de dar un paso más, de aceptar su ayuda para hacer justicia