Capítulo 50

Otro despertar con su Lucecita y Gerard no puede sentirse más afortunado. La calidez del cuerpo frágil de la chica le llega hasta el corazón. El aroma que desprende es único y le provoca comérsela a besos en este preciso momento.

Ella está de espaldas, con su trasero pegado a su abdomen y Gerard aprovecha eso para poner su mano en el vientre de la chica, para darle calor y seguridad a ese bebé... su bebé.

Porque es claro que ese bebé no será de nadie más.

Se queda unos segundos más así, hasta que ella se remueve un poco. Luz siente el calor de la mano de Gerard en el hogar de su hijo, trata de acomodarse para ver a la cara al hombre, pero se arrepiente en el mismo momento en que siente algo duro contra sus nalgas.

Se aparta de Gerard, se sienta en la cama, sonrojada y sin querer verlo a la cara.

-Lo siento, pero es… inevitable estar así por las

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