Luz abre los ojos, una sonrisa se dibuja y por primera vez en casi una semana pudo dormir tranquila. No sabe si por la leche o por las palabras tan lindas que le dijo Gerard.
Luego de eso, cada uno se terminó su taza en silencio y subieron a sus habitaciones, con solo una mirada se dijeron buenas noches y desearon un lindo sueño. (Solo las parejas más conectadas han conseguido comunicarse solo con la mirada y suele llevarles mucho tiempo)
Unas habitaciones más allá, Gerard se despierta contento, lleno de energía y con las ganas de sonreír todo el día.
-Este no parece un lunes normal – se mete al baño y se ve al espejo -. ¡Es que con ella ya nada es normal!
Por supuesto que se mete dando saltitos de adolescente, cantando y silbando, pensando que ha encontrado un punto en común con Luz, que podrá ayudarla a estudiar.
-Seré su tutor – dice saliendo de
Los días han pasado con normalidad, Luz de dedica por completo a Charlize, le ha enseñado a leer y la pequeña está aprendiendo muy rápido. Lo mejor para ella es que no siente la presión de una profesora, sino que sobre ella está el aliento constante de Luz.Por otra parte, Gerard cada día solo trabaja lo que necesita y siempre ruega que se termine rápido, si antes su motivación era trabajar hasta olvidar, ahora es terminar para ir a casa y ver a sus chicas jugando por el jardín o esperando por él con algún postre delicioso.En este momento, Gerard va saliendo de una audiencia, a la que fue con Dan, ve la hora en su reloj y sonríe feliz. Su amigo no puede estar más feliz por él, a pesar de lo ocurrido hace algunas semanas, Gerard ha mostrado esa alegría que irradiaba hace años. Sólo espera que no se termine, porque su amigo ya ha sufrido b
La sopa de pollo de Gerard ayudó bastante a Luz, al igual que los mimos de Charlize y el poder levantarse tarde al día siguiente, pero lo que no se le iban eran las náuseas matutinas.Ya tenía una semana con ese malestar y estaba aburrida de sentirse así.Es viernes y hoy le toca irse a casa, más tarde llamará a Rafael para que vaya por ella, por ahora le toca bajar a desayunar con su pequeña princesa.Va por ella a su habitación, como cada día, le hace el peinado que le pide y bajan juntas sonrientes. Abajo está Gerard hablando por teléfono, con una taza de café, ve a las chicas casi llegando al final y sonríe. Pero quien no sonríe para nada es Luz, que al sentir el olor del café, debe salir corriendo al baño de visitas.-¡Luz! Evangeline, quédese con mi hija, por favor.Corre tras ella y le golpea la puerta para que
Poco a poco Luz comienza a abrir los ojos, su mirada está perdida en un punto en donde no se encuentre con los ojos decepcionados de Gerard.Justo cuando estaba comenzando a ceder un poquito nada más, le llega esto como un balde de agua fría. Pero sin duda no es lo peor, porque se llegará el día en que le pregunte quién es el padre y ella no podrá decir nada más que la verdad…No tiene la menor idea.-Ya está mejor, solo es la impresión de la noticia – la enfermera sale y vuelven a quedar solos -.-¿No quieres a tu hijo, Luz? – ella no responde, solo cierra los ojos y deja que las lágrimas caigan -. ¿Sientes que es un impedimento para cumplir tus metas? – ella asiente, porque en parte es por eso -. No, preciosa, no es así… - se acerca a ella y le toma las manos, sin dejar de mirar su expresión de profundo dolor -. Luz, l
En cuanto Rafael entra a la habitación, Luz se pone a llorar y le extiende los brazos, él no se lo piensa dos veces.-Mi niña, ¿qué pasa? – le dice pegando su mejilla a la cabeza de la chica -.-Rafael… lo único que me faltaba… - le dice sollozando -, estoy embarazada.Todo el cuerpo de Rafael se tensa, pero no porque ella esté embarazada, sino por el recuerdo de cómo eso sucedió.-Ya, ya… no llores, eso no le hace bien a tu bebé, porque supongo que lo tendrás, no me imagino a Luz Méndez…-Sí, pero estoy pensando en darlo en adopción. No lo sé, tengo que pensarlo muy bien.-Bueno, tienes varios meses para pensarlo – él se aparta de ella y con sus pulgares le limpia las lágrimas.-Creo que sí.-¿Podrás irte a casa?-Sí, en cuanto se termi
Si todos esperaban que los padres de Luz la apoyaran, que no la juzgaran, le dieran un abrazo y lloraran de felicidad… es porque no conocen a Miguel Méndez.La bofetada a su hija vino de su madre, mientras que el agarrón de brazo vino del padre, antes de que comenzara a gritar como loco.-¡¿Cómo que estás embarazada?! ¡¿Acaso ese es el ejemplo que te hemos dado?! ¡Yo no eduqué a una cualquiera!-Dime quién es el padre, Luz Méndez – le dice su madre entre dientes -. Porque él va a tener que hacerse cargo, yo no voy a deslomarme trabajando para mantener a ese bastardo.Ante el silencio de Luz, que siente su corazón romperse otra vez, su padre la toma de ambos brazos y la hamaquea con brusquedad.-¡¡Habla, ¿de quién es ese niño?!!-No lo sé.Eso fue todo, “no lo sé”. Con to
Matías sonríe, su hermana siempre ha sido algo dramática para algunas cosas, para él, Luz nació vieja. Así que trata de relajarla un poco.-No puede ser tan terrible, a poco me vas a decir que estás embarazada o qué – Luz solo emite un ligero sollozo -. ¿Luz? ¿Era eso?-Sí – le dice ella en un susurro y Rafael le aprieta la mano -.-¡Mi3rda! Metí la pata… ay, hermanita… no llores, no es malo, no estás sola… espera – se pone serio y su actitud cambia por completo -.Matías, que estaba en el comedor con unos colegas, sale hecho una fiera hacia el patio. Ya se imagina lo que puede estar pasando.-Luz, dime algo… ¿le dijiste a nuestros padres?-Sí… - le dice ella llorando a mares -.-¿Te hicieron algo?-Mamá me abofeteó… me trataron de
Aunque el domingo fue difícil esperar por Luz y no verla llegar, Gerard supo que era por su bien y el de su bebé.Por esa misma razón, ayer lunes fue a visitarla junto a Charlize, pero ahora iba más temprano para no encontrarse con Rafael y para tener privacidad.Lleva parado frente a la puerta diez minutos y no sabe cómo entrar… bueno, sabe que debe golpear la puerta para que Luz abra, pero no sabe qué decir, en especial porque vino temprano y solo.Cuando al fin se arma de valor, la puerta se abre y se encuentra con una Luz con un moño alto y desordenado, una blusa de tirantes y un pantalón de chándal.-¡Gerard! – dice ella espantada, más por su apariencia que por tenerlo allí -. ¿Qué haces aquí a esta hora?-Que-quería verte a solas… ¡Hola!, te traje pan dulce – le muestra la cajita y ella sonríe -
Gerard se cree en las nubes, hasta que comienza a sentir un sabor salado en aquel beso que, hasta ahora, era dulce. Se separa un poco de Luz y ve que gruesas lágrimas caen por sus ojos, se angustia al saber que él ha provocado esa reacción, pensando en que no debió seguir ese impulso.-Luz… perdona – pero ella lo calla con un dedo en sus labios, niega con la cabeza, manteniendo los ojos cerrados y sonríe -.-Ese ha sido el mejor beso de toda mi vida, pero no sabes cuánto me han dañado – lo mira directo a los ojos y hace un puchero -, y por eso tengo miedo, que tú también me dañes.-No… no, mi Lucecita. Puedes no creerme, pero no sé cuándo, dónde o cómo, pero te tengo aquí – le coloca la mano sobre su corazón, que late desbocado -. Te juro que eres la segunda mujer en mi vida que me hace sentir así…&