✧LUCAS✧Nathan se puso de pie y tomó su ropa del sillón de mi habitación con el ceño fruncido. La luz de la lámpara junto a él no me permitía ver la expresión en su rostro con lujo de detalle, pero sabía muy bien que estaba enojado.La llamada que recibí hace un par de minutos vino por parte del cantinero de un bar en el centro. Él me comunicó que Jude se encontraba tan borracho que casi se hallaba al borde de la inconsciencia. Y quizás, lo que más me alteró, fue escuchar al hombre tras la línea, decirme que Jude se peleó con unos sujetos, y que recibió un par de golpes.Era una afortunada coincidencia que los dueños del bar conocieran a Jude, y decidieran mantenerlo en el local mientras buscaban comunicarse con algún familiar o conocido del famoso abogado que acababa de perder los papeles en público.—¿Por qué tienes que ir tú, Lucas? —Señaló mi enorme vientre—. No puedes simplemente salir a estas horas de la noche a las prisas hacia un bar para buscar a un alfa borracho y violento.
✧NATHAN✧¿Hacer un simple comentario como el que hice después de escuchar la declaración de amor que Jude le hizo a mi Omega me hacía merecedor de un golpe?Claro que no.De hecho, me contuve y esperé a que Jude lanzara el primer golpe, así que lo único que hice fue defenderme. Pero, podía sentir el enojo de Lucas emanando a oleadas de su cuerpo.—Hablaremos mañana cuando estés sobrio, ¿de acuerdo? —Escuché a Lucas decir, en cuanto dos empleados del Bar se encargaban de acomodar al imbécil de Jude en un taxi.Aquel estúpido Alfa, al menos tuvo la decencia de no seguir dando un espectáculo bochornoso en el lugar, y accedió a tomar un taxi.El amable y leal futuro padre de mi cachorro se encargó de pedir el vehículo y dar las indicaciones necesarias para que su mejor amigo llegara sano y salvo a casa.Permanecí a una distancia prudencial para que Lucas no creyera que estaba provocando a ese idiota. Además, controlé mis feromonas al máximo, cosa que no me resultaba para nada sencilla, pe
✧LUCAS✧—¿Qué rayos significa esto? —murmuré en voz baja, apenas bajé del taxi.En la entrada de la clínica, vi dos patrullas de policía, junto con un par de motos, y agentes a pie, que se movilizaban por los alrededores.Aquel extraño despliegue provocó que mi corazón latiera tan fuerte, que por un momento, creí que este se me escaparía del pecho.Amelia, apenas me vio llegar, abandonó la sala de espera para encontrarse conmigo en la calle.—Doctor, intenté contactarme con usted, pero no respondió ninguna de mis llamadas.—Lo siento, anoche apagué mi celular, pero, ¿qué sucede aquí? ¿Por qué vino la policía?—El chico Omega finalmente despertó y quiso hablar con los oficiales, al parecer, piensa dar todos los detalles que recuerda. Doctor, podríamos estar frente a una víctima de “La Bestia”.—Santo cielo… —dije con el corazón palpitándome a mil kilómetros por hora—. ¿Crees que sea cierto? Hasta ahora, ese maldito no ha dejado víctimas con vida.—Podríamos estar frente al primer sobre
✧NATHAN✧Ver la sonrisa cínica de mi padre provocaba que mi cuerpo temblara involuntariamente. ¿Cómo se atreve a presentarse en mi oficina de esa manera?—Te pido que te marches, no quiero iniciar una discusión contigo —dije con impasibilidad.Mi padre se puso de pie y me contempló con un rostro solemne durante un largo rato antes de sonreír una vez más.—A pesar de tu desprecio, hijo, yo te amo y estoy orgulloso de ti —suspiró pesadamente, como si lidiar conmigo fuera el trabajo más difícil de toda su carrera—. Ya no me queda mucho tiempo en este mundo, estoy viejo, mi salud deja mucho que desear, así que vine aquí para hablar contigo.Llevé una mano a mi rostro, sintiéndome agotado por el enorme peso que este hombre representaba en mi vida. Resultaba difícil, incluso imposible, borrar los malos recuerdos de mi mente; siempre estaban ahí, acechando. Ahora que tengo a Lucas, el maravilloso Omega que lleva a mi cachorro en su vientre, siento que puedo alejar el dolor que me causa tener
✧LUCAS✧Me rompió el corazón tener que echar a Jude de mi oficina de la manera en que lo hice. Él simplemente estaba llevando sus acusaciones contra Nathan demasiado lejos.Mis ojos aún picaban por todo el llanto que derramé después de gritarle que no tenía derecho a hablar de esa manera de Nathan, ya que él era un buen alfa y no se parecía ni un poco al maldito de Mads.Después de la visita que Jude me hizo en la oficina esta mañana, en la que mi mejor amigo hablaba mal de Nathan frente a mí, me tomé una hora libre antes de atender a un par de pacientes y luego me dirigí a casa sin darle muchas explicaciones a Amelia.Lo más probable es que ella ya estuviera al tanto de la conversación que tuve con Jude, ya que hizo todos los arreglos para despejar mi agenda del día, e incluso me instó a tomarme el resto de la tarde libre.—Doctor, ya llamé a la doctora que lo reemplazará. Ella quiere venir esta tarde para ayudar, al parecer, se enteró de que tenemos bajo nuestro cuidado al chico Ome
LUCAS—Gracias por venir a estas horas... Siento haberte despertado —dije apenas abrí la puerta. Nathan se inclinó hacia mí y me dio un casto beso que me hizo sentir seguro ante la terrible situación que tendría que enfrentar cuando llegara a la clínica.—Gracias por llamarme —dijo Nathan como respuesta—. Jamás te habría perdonado que salieras solo a estas horas y tomaras un taxi. De ahora en adelante, pasaré mis noches aquí contigo.Esbocé una pequeña sonrisa de agradecimiento. La idea me conmovía. Y en el fondo, necesitaba de su protección para sentirme menos inquieto.—Gracias —dije, y ambos nos dirigimos a su vehículo.Una vez en camino hacia la clínica, Nathan me habló sobre la posibilidad de invertir en mi clínica a cambio de atención para sus trabajadores Omegas.Aquello sonaba fantástico. Darle atención de calidad a sus trabajadores a cambio de patrocinio era un trato justo para ambos.—Si es lo que deseas, estoy más que de acuerdo. Me vendría bien ampliar la clínica y consegu
LUCASPasé toda la tarde sumergido en mis propios pensamientos, apenas notando cómo la luz del día se desvanecía y daba paso a una noche tranquila, sin planes ni expectativas.Revisé mi teléfono celular esperando encontrar un mensaje de Nathan, pero aún no había señales de él. Lo más probable es que se quedara en su casa esa noche, así que decidí darme una ducha y ponerme mi pijama.Estaba a punto de asegurarme de que todas las ventanas estuvieran cerradas para retirarme a mi habitación, cuando de repente escuché el sonido del timbre. Miré por la mirilla y mi corazón dio un salto de emoción al ver a Nathan de perfil, de pie frente a mi puerta.Le abrí con una sonrisa de oreja a oreja, y como saludo de su parte, recibí un beso apasionado. Sus labios se encontraron con los míos con un deseo ardiente y sus brazos me envolvieron con pasión. Correspondí su beso con la misma intensidad, porque, Dios mío, cuánto lo deseaba...Nathan fue cuidadoso mientras nos adentrábamos en la casa y me apo
LUCAS—Cielo, ven a dormir, ya es tarde —susurró Nathan con voz cálida mientras rodeaba con ternura mi vientre de ocho meses, acercando su cuerpo al mío. Su presencia siempre me reconfortaba, pero en esta ciudad, donde el misterio y la inquietud se entrelazaban, su abrazo se volvía aún más imprescindible.Sonreí con amor ante la manera en la que me llamaba "cielo". Desde que nuestra relación había evolucionado, aquel apelativo cariñoso se había convertido en una muestra constante de su afecto por mí. Ahora éramos una pareja oficial, algo que ambos celebrábamos con orgullo.Como cada noche, me encontraba frente a la ventana, mi mano apartando la cortina blanca que apenas nos brindaba algo de privacidad. El vecindario residencial en el que vivíamos solía ser tranquilo y seguro, pero desde hace un par de semanas, una inquietante sensación de ser observado me atormentaba en mi propio hogar. Sin embargo, no quería preocupar a Nathan con eso; sabía que se pondría ansioso y tomaría medidas d