Capítulo160
—Voy a la camioneta, allí pasaremos la noche.

—Este consultorio no parece una casa antigua, no hay fantasmas, pueden dormir tranquilos.

Faustino dijo esto y se dio vuelta para salir del consultorio, cerrando la puerta detrás de él.

—Faustino, ven rápido atrás, aquí hay espacio suficiente, podemos dormir los dos.

—Tú acuéstate abajo, yo arriba, abrázame para dormir.

Al ver a Faustino salir, Larisa abrió rápidamente la puerta de la camioneta y dijo con entusiasmo.

—Está bien, pero vamos a dormir más tarde.

—Déjame acariciar tu cuerpo antes.

Faustino se dobló y se metió en la camioneta, cerrando la puerta detrás de él.

Por culpa de Larisa, Faustino no podía dormir con Rosalba y Lara, y en su corazón aún había un poco de enojo.

Aunque Larisa se hubiera enfurecido, Faustino pensaba utilizarla para desahogarse.

—Ah, maldito Faustino, sabía que no tenías buenas intenciones.

—Suéltame, déjame ir a casa.

Larisa empezó a arrepentirse y abrió la puerta de la camioneta, lista para escapar.

—¿Tú mi
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