Capítulo 405
Faustino respondió brevemente y colgó el teléfono, asumiendo el papel de gerente ausente. Después del desayuno, Lara sugirió:

—Deberíamos regar el huerto. Iré a hacerlo ahora mismo—dijo.

Faustino asintió.

—El huerto es bastante grande, iré a ayudarte—dijo.

Rosalba también se ofreció:

—Yo también ayudaré—dijo.

Faustino se mostró algo preocupado:

—Rosalba, con tus ojos…—dijo.

—No te preocupes—respondió Rosalba, tomando la mano de Faustino y sonriendo con ternura.

En el huerto, Faustino, siendo el más fuerte, se encargó de llevar el agua. En poco tiempo, trajo varias cubetas. Rosalba, Lara y Victoria ayudaron. Sin embargo, Rosalba, al no estar familiarizada con el huerto y su exuberante vegetación, tropezó con una rama mientras regaba, cayendo al suelo. El cubo se volcó, salpicándola de agua y barro.

—¡Ay!—exclamó.

Faustino dejó caer sus cubetas y corrió hacia Rosalba para ayudarla a levantarse, limpiándole cuidadosamente la cara y el cuerpo con pañuelos de papel. Le dolía verla así.

—Ros
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