Capítulo 401
La cena que preparó Susie duró dos horas. Faustino aún no estaba satisfecho, pero Susie, quien había estado cocinando, sí lo estaba. Descansaron un rato.

Una gran mesa llena de deliciosos platillos fue llevada al comedor.

Faustino, sentado en una silla, hizo un gesto a Susie con la mano y rió entre dientes.

—Susie, ¿no deberías estar sirviéndome la comida?—preguntó con una sonrisa pícara.

Susie, con las mejillas sonrojadas y una expresión encantadora, se sentó en las piernas de Faustino.

—Por supuesto, alimentar a mi amor es mi deber y mi placer. A ver, abre la boca… ¡ah!—dijo Susie, extendiendo su mano blanca y delicada para llevarle un bocado a Faustino.

Faustino disfrutaba de la comida que Susie le daba personalmente, con una expresión de satisfacción.

—¿Está rico?—preguntó Susie con voz suave.

—Claro que sí, la comida que haces es la mejor, aunque tú eres aún más deliciosa—respondió Faustino, con una sonrisa significativa.

—Entonces cómelo todo—dijo Susie, lanzándole una mirada enc
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