Capítulo 349
Bajo la furia de Faustino, Yeison y Fiona finalmente cedieron. Yeison apenas tenía dientes. Fiona suplicaba desesperadamente:

— ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡No me golpees más! ¡Me vas a matar!

El dolor la tenía al borde del desmayo.

— Entonces, pídanme perdón de rodillas.

Sin otra opción, Yeison y Fiona aceptaron la humillante condición, arrodillándose para disculparse con Lara.

— Lo sentimos, nos equivocamos. No deberíamos haberte golpeado. Por favor, perdónanos.

Lara, frunciendo el ceño, observaba la escena sangrienta. Pero la humillación había sido satisfactoria.

— Ya está, Faustino. Ya se disculparon, dejémoslo así. Sería un problema si alguien muriera.

Faustino asintió. Tomó un pedazo de la ropa de Fiona, provocando un grito de ella.

— ¡Ah!… No me toques, por favor.

Faustino solo estaba limpiándose la sangre de las manos.

Los dueños y Yeison estaban en el suelo, sin poder hacer nada, solo podían disculparse humillados. Sus rostros reflejaban ira, resentimiento y frustración, pero no p
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