Capítulo 244
Carlos decidió no arriesgarse y trató de escapar con Mario.

—¡Corre... sí, corre! —gritó Mario al ver que Faustino se acercaba, echando a correr como alma que lleva el diablo.

—Tengo que avisar a Jake para que traiga refuerzos y los controle, o esto se nos va a ir de las manos —murmuró Carlos mientras corría, sacando su celular.

—¡Malditos cobardes, no huyan! ¡Los voy a matar! —rugió Federico.

—Tranquilo tío, no llegarán lejos —dijo Faustino agachándose para recoger dos piedras que lanzó con precisión mortal.

Las piedras silbaron en el aire como balas, impactando en las piernas de Mario y Carlos.

—¡Ay! —gritaron ambos al caer, con las heridas sangrando profusamente.

—¡Carajo! ¿Qué clase de tipo es este? —exclamó Carlos arrancándose la piedra de la pierna, aterrado y furioso a la vez.

Con las piernas heridas, los hermanos no podían seguir corriendo.

—¿Ya no corren, par de imbéciles? —gritó Federico al alcanzarlos—. ¿Por qué golpearon a mi esposa? ¡Hablen!

—Alcalde Zamora, esto es un mal
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