Estaba petrificada ante las palabras de Arturo. Pero escuchar pronunciar el nombre de Adrián no solo me confirmaba su existencia, sino que también causó un tormento de sentimientos encontrado. Seguía hipnotizada, bajo aquel rostro perfecto de mi demonio personal, como tanta belleza podía esconder tanta maldad en su interior. —Si lo deseara, puedo entrar en el cuerpo de Ethan en este preciso instante, de esta forma volvería a sentirte, recordarte cómo era nuestra intimidad, pero no quiero hacerlo con su carne, quiero sentirte con la mía.—¡Basta! —pero él no hizo caso y continúo con su vocablo sucio.—En la cama tú y yo éramos como dos pistolas cargadas, se nos escapaba el aliento por la pasión que sentíamos, tú eres una mujer a la que no puedo dejar ir, eres de las que uno mata por proteger, así que tú decides si él vive o muere.—¡No puedo hacer esto! —la visión se evaporó. Ahora estaba Ethan nuevamente, con la respiración desbocada. Él al ver mi conmoción se levantó.—Discúlpame, s
Ella se levantó del suelo y me extendió su mano para levantarme, ahí Emily comenzó a relatarme su historia que hasta el sol de hoy no ha podido dejar de sorprenderme; como era posible que al tocar a Rebeca yo había podido ver su alma al igual que Margot, y con Emily que era prácticamente mi hermana jamás pude ver nada, entonces comprendí que algunas almas eran más receptivas que otra. La de mi amiga estaba rodeada de una fortaleza impenetrable, que ni siquiera Arturo podía irrumpir, agradecí enormemente por eso, puesto que si fuera débil la que estaría en una cama postrada sería Emily y no Margot, él me lo había confesado en una oportunidad.—Tenía ocho años, y lo recuerdo como si fuera ayer. Mi padre era un hombre agresivo y celoso, él odiaba la profesión de mi madre, muchas veces oía desde mi cuarto las fuertes discusiones que terminaban en golpes.—No tienes que hacer esto.—Sí, debo hacerlo y quiero. Necesito que comprendas que los demonios no solo son seres con cuernos y grandes
—Victoria, no se te olvide tomar la pastilla que te recetó Rebeca —me recordó Emily al notar mi negativa de seguir usándola, ese medicamento aparte de causarme sueño (que era lo que menos deseaba en estos momentos) también me ocasionaba fatiga, pero lo peor era que no me ayudaban.—¡Ya Jenny se reincorporó! —exclamó Lucy jadeante al entrar al salón.—¿Cómo lo sabes? —interrogó Emily a Lucy con un poco de sorpresa.—Abby la vio llegar esta mañana más temprano de lo común acompañada de sus padres, ya saben que mi compañera de cuarto llega bastante temprano también.—Es verdad, Abby casi siempre es la primera en llegar, así que no debe estar mintiendo, y lo más seguro es que los padres de Jenny antes de dejarla quisieron hablar con la madre superiora —analicé. Por otro lado, al saber la noticia advertí que ya se acercaba el momento de buscarla y hablar con ella, yo tenía que seguir hurgando hasta llegar al fondo de toda esta maraña de chismes que rodaban de boca en boca entre las interna
—¿Qué te dijo?—Que la perdonara, que solamente hacía un ritual y que a veces las fuerzas eran tan poderosas que no las podía manejar. Esa parte de ella no me era desconocida, a Margot siempre le gustaron las lecturas de cartas, y hacer extraños rituales, siempre hacía alarde de que tenía facultades, pero jamás le presté atención, hasta esa noche, y créeme a partir de entonces no dormí bien nunca más.—Te creo.—Cada luna llena ella conjuraba sin parar hasta el amanecer, caía exhausta, y cuando la tocaba no respondía, así que la llevaba a rastra hasta su cama, pero lo sorprendente era que media hora después se levantaba como si nada hubiese pasado y estaba lista para ir a clases; desesperada por esas actitudes fui a hablar con Rebeca, tenía que irme de ese dormitorio cuanto antes, pero mi intento fue frustrado, en vez de encontrar la ayuda que necesitaba lo que encontré fue mi sentencia, el decir la verdad empeoró mi situación. Mandaron a llamar a Margot y ella… —Jenny no pudo reprimi
—¿Quién era aquel ser Jenny? ¿Te dijo su nombre? —No victoria, todo fue tan rápido, pero su cara sigue en mi memoria, él me transmitió algo tan poderoso que logró desterrar los vestigios del mal que aún luchaban por echar raíces en mi interior.—Por favor Jenny descríbelo.—Tenía una mirada fuerte, eso si lo recuerdo a cabalidad, una mirada que se clava en la de los demás y no se inmuta, era musculoso, pero no exagerado, yo diría más bien atlético. Su cabello estaba empapado por la lluvia, no era largo. Él se me acercó y mi mente se nubló, algo me hizo que perdí la noción del tiempo, me dijo: “Eres Libre” luego de aquellas palabras sonrió, y percibí como de mis dedos comenzaron a brotar unas especies de hilos de humo color negro, aquello me dejó sin habla. Juro por Dios que después aquel hombre se convirtió en halcón ante mis ojos, me sentí tan maravillada y perturbada que no me contuve en hablar con la madre superiora y Rebeca, sentí que era protagonista de un milagro, ¡Dios obraba
—¡Fascinante! Me enamora la forma como lo describes, me encantaría estar en un lugar así donde el tiempo se detiene, te imaginas que en semejante propiedad viva un hermoso príncipe como en los cuentos de hadas.—¡Ni lo digas! No todo es color de rosa, y todo lo que brilla no es oro, aún no te cuento sobre su lado oscuro, existen unas historias terribles acerca del castillo.—¿Cuáles son esas historias que podría empañar tan magnífica descripción?—Han encontrado tres cadáveres cerca del castillo, específicamente en el bosque que lo envuelve, y lo peor es que hasta el sol de hoy no han dado con la causa de la muerte. A las tres víctimas las hallaron muertas con el mismo patrón “secas como unas pasas, sin una gota de sangre en sus venas”, aún no han encontrado una explicación lógica que rebele como llevaron a cabo estos crímenes, ya que ni cortadas hay en los cuerpos.—Qué escalofriante, pero ¿lograron probar algo que los relacione con los dueños del castillo?—No, y eso es lo tétrico,
—Al fin tengo una pintura real tuya —susurré, luego interrumpí mis pensamientos de amor y me referí a Emily.—Creo que ya no hace falta que vayamos donde la adivina.—¿Y por qué no? ¡Claro que iremos! —Ya sé que Adrián existió…—Aun así, debemos ir. ¿Acaso se te olvida que aún nos falta indagar a fondo el porqué ese fantasma, diablo o lo que sea te persigue? En ese momento nuestra plática se interrumpió por un mensaje, era Lucy avisándonos que se le hacía imposible ir a nuestro dormitorio, puesto que Abby se sentía mal y, por ende, una de las monjas que custodiaba el pasillo donde se ubicaba su dormitorio, le pidió que estuviera al pendiente y le avisara cualquier cambio en Abby. Luego de lo que pasó conmigo y Margot, la institución había tomado la decisión de ubicar a varios del personal cerca de las habitaciones para custodiarnos, sin embargo, esta resolución no había sido obstáculo para Ethan, sino todo lo contrario, lo disfrutaba y lo engrandecía en sus hazañas.—Creo que debemo
Los rayos del sol ya se colaban por las rendijas de mi ventana, me levanté con pesadez; nunca me habían gustado las pesadillas en las cuales aparecía mi abuela, porque se volvían realidad. —¿Te sucede algo Vicky? ¡Tienes una cara! —me preguntó Emily situándose frente al espejo, para iniciar su arreglo personal.—No pude dormir en toda la noche luego de una pesadilla, bueno, en realidad no era pesadilla, fue la conversación dentro del sueño.—¿Se puede saber de qué se trataba?—Sí, se puede, pero en este momento no quiero recordarlo, es más como de costumbre ya vamos retardadas, y sabes el genio que se gasta la señorita Portland.—Tienes razón.Me dispuse a bajar la foto que me mando Alexandra, de hoy no pasaba en quitarme la duda que me entró desde que Jenny me habló del extraño personaje que mutó en Halcón; no podía evitar que a mi mente llegara Adrián. Todas estas premisas contribuían a mis premoniciones, antes no me había parado a analizar el sueño que tuve con Jenny, ahí yo vi e