Poco a poco me fui desconectando, dejándome guiar por aquella luz blanca que me envolvía, mi subconsciente empezaba a relajarse para reunirse con el pasado, pero el temor nuevamente me alcanzaba, estaba comenzando a sentirme perdida. Otra vez lo estaba experimentando, esa sensación terrible de sentirme en estado vegetal dentro de un sueño. Lo veía venir, traté de relajarme, pero no podía, era una momia viviente que podía ver el bosque en toda su gloria, pero estaba presa a su acecho, me quedé tranquila tratando de menguar mi miedo buscando la voz de Gabriel.—No temas, nada te podrá dañar… —su voz era lejana —ve con tus verdaderos ojos —el eco de sus palabras resonaba en mi cabeza, entonces sin fuerzas giré hacia donde provenía el vocablo de Gabriel, algo extraño sucedió, ya no lo veía a él, aunque la imagen era borrosa aquel hombre con la voz de Gabriel era otra persona.—Mírame —oí nuevamente, el castaño rojizo brillante de su cabellera resaltaba en la noche, los ojos como esmeralda
El lunes había llegado, y con él todos los estudiantes del internado. Todavía me parecía increíble lo que había experimentado el fin de semana; era tan irreal, sin embargo, y a pesar de las pruebas dadas mi parte racional, esa que se aferraba a mí me exigía más pruebas, y esa prueba contundente sería saber que Abby realmente estaba bien.—¡Al fin la soledad está desapareciendo! Creí que enloquecería el fin de semana —dijo Lucy a mis espaldas, uniéndose a nuestro pequeño grupo.—Es cierto —le apoyó Emily. Nuestra pequeña charla se vio interrumpida cuando la madre superiora pidió que todo el alumnado se reuniese en el patio central junto a sus grupos y docentes. En cuestión de minutos todos los estudiantes estaban perfectamente alineados en las filas. Una profunda sensación de que me observaban me hizo girar en dirección a la formación de los chicos, y me encontré con la mirada insistente de Ethan. Sus labios se curvaron en una gran sonrisa al ver que me estaba mirando, luego, a travé
—No por haber nacido del mal se pierde la posibilidad de redimirse, todos nacemos del pecado. Por eso, el diablo ha cometido un error —dijo la madre sacando a relucir mis pensamientos—. El arcángel Miguel te pide que lances la batalla, y no dudes que podrás contar con él. Hija, si no transitas el camino de la verdad, jamás podrás discernirla. Tú sabes que tienes unos conocimientos extraordinarios que te hacen diferentes a los demás. Tú decides si los aceptas o no. Recuerda que la verdad y la aceptación son liberadas —en aquel momento yo podía sentir por fin quién era la verdadera mujer que estaba detrás de aquel hábito. La madre superiora era una mujer extremadamente perspicaz, sus palabras «me hicieron consciente de mi destino, ya no iba a dudar más de la fuerza sobrenatural que habitaba en mi interior». —Le dije eso a la madre Sol de la Piedad porque sentí la presencia de Margot, después la vi parada frente a mi ventana a plena luz del día vistiendo su bata de hospital, y mirando
Luego de aquellas palabras me asió hacia él arrancándome otro beso lleno de necesidad y dulzura, no podía negar que su boca me relajaba y lograba que yo le correspondiera. Ethan me hacía sentir en casa, como si su sangre me hablara, me aseguraba que éramos del mismo lugar. Aun así, no podía apartar de mi cabeza la imagen de Margot logrando que me apartara de él, pero Ethan no me lo permitió y volvió a besarme con ternura.—Realmente te amo, y aún es mi deseo que nos casemos —me alejé de él rápidamente.—Ethan, ya sabes mi respuesta en torno a ese tema. Soy muy joven y no pienso en matrimonio. Si me has citado aquí para repetirme la misma propuesta, entonces es mejor que me marche.—¿Tanto te disgusta la idea? Te estoy ofreciendo una salida —al parecer Ethan aquel día era un volcán de emociones, una montaña rusa que subía y bajada en sensaciones.—No es que no me guste, sino que es la realidad, y seamos honestos, tú no me estás dando una salida, me estás dando otra celda —suspiré para
—No te preocupes por la clase de hoy, los profesores ya saben que se trata de un caso especial —me reconfortaba Rebeca. Ya íbamos camino a la clínica para ver a Abby, pero lo que ella no sabía es que mi verdadera preocupación era por Margot y Ethan, por otro lado, odiaba cuando Rebeca me escudriñaba con esos ojos de águilas, sabía que pronto su boca escupiría una legión de preguntas. Traté de relajarme, aún me dolía que ella no creyese en mí. Emily había llegado a mi mente con su gran sonrisa, iluminando como luz estelar, bañándome con el recuerdo de sus palabras sobre Ethan; me imaginé la escena de ella golpeándolo, no pude reprimir sonreír. Emily se defendía muy bien, como prueba era la paliza que le había dado a Allison hace cuatro años; otro hecho notorio de su fortaleza fue como defendió a su madre de aquel despiadado hombre que por desgracia la había engendrado, ella le había quitado la vida a su progenitor en defensa propia, la sonrisa se me borró ante ese último recuerdo y mi
Abby se acercó a mí y chupó la sangre que brotaba de mi herida, rápidamente cayó en un extraño trance, sus ojos se volvieron totalmente blancos; pasé el cerrojo de la puerta para evitar que Rebeca y la madre de Abby entraran de imprevisto. Abby comenzó a hablar, su voz era diferente, ahora era más aguda.—No puedes entender nada por qué aún no lo aceptas, te niegas a todo lo que no tiene explicación lógica, esa marcada actitud es heredada. Más rabihat abrirán tu carne… Ethan es un centinela, pero aún no se ha desarrollado, solamente lo hará cuando sus rabihats no desaparezcan, y mientras no suceda será un blanco fácil para los oscuros.—¿Por qué me persiguen los oscuros?—Estoy buscando respuestas… Algo no anda bien, estoy siguiendo las señales, pero siento que me estoy acercando al fuego —Abby me contempló y vi dolor —. Presiento que pronto revelaras tu parte peligrosa, está latente en tus ojos victoria, lo que yace dormido en tu interior, logra que le tema hasta a tu sonrisa y a la
“Nadie tiene un pacto con el tiempo”, solía decir mi papá, pero aquella frase de repente no me parecía segura, si de verdad existían estas criaturas, entonces la inmortalidad también existía, aunque en mi caso era la inmortalidad del alma, morir para renacer. Adrián venía incluido en mi espíritu desde el momento en que nací, se lo había arrancado a los siglos y a los recuerdos de esa joven llamada Estefanía que me acompañaba en mis sueños.—¿En qué piensas Victoria? —Estoy tratando de analizar…—¿Analizar qué? ¿Se trata de Abby? Me dijiste que estaba muy bien, y de verdad es un verdadero milagro, oí que ya estaba desahuciada —no dije nada ante sus cuestionarios, Emily no sabía partes de la historia, mucho menos lo sucedido con mi extraño visitante Gabriel Monterrey.—Son muchas cosas, Margot, Ethan y lo sobrenatural que me envuelve, siento que las horas pesan sobre mí mientras trato de investigar, y al final del día no llego a nada.—Hoy si vamos a tener éxito ya lo verás, así que me
Por unos segundos el rostro de Ethan invadió mi mente, comprendí que la decisión de dejarlo iba a ser un gran error, al parecer él era una de las llaves para cambiar mi historia en esta nueva vida. En ese preciso instante yo afirmaba mi nueva determinación. Le quité el iPad a Emily y lo apagué.—¿Por qué hiciste eso? —Porque tienes razón, ya basta de fantasías, debo controlarme, y si es de someterme a una hipnosis para bloquear estos recuerdos lo haré. Hoy decido dar un giro a mi vida, y mi relación con Ethan es apenas el comienzo… Quiero ser normal —Emily sonrío llena de alegría por mi determinación.—Es lo mejor ¡Al fin un poco de normalidad y cordura!—Quizás deba casarme con Ethan.—¡Tampoco exageres! ¿Acaso no has oído el dicho que dice que uno no puede tomar decisiones cuando se está triste o feliz? Las decisiones se toman cuando hay serenidad.—Quizás tengas razón, pero hoy si digo con toda convicción que escojo a Ethan, él si es real —al decir aquellas palabras un fuerte chi