Capitulo ¿Somos novios?Flor y Gabriel estaban en el sofá , disfrutando de un raro momento de calma tras una larga jornada . Los niños dormían , y la casa estaba en un silencio que casi sentían necesario celebrar . Flor jugaba con los dedos de Gabriel , mirándolo con picardía . Una idea se le pasó por su cabeza y sin pensarlo más le hablo a su esposo en un tono juguetón .-Gabriel - comenzó con un tono casual , aunque su sonrisa la delataba - ¿y si nos volvemos novios? , Nunca me lo pediste y yo tampoco te lo pedi .Él levantó una ceja , sorprendido primero y luego divertido . -¿Novios? ¿Ahora? ¿Después de casarnos y con cuatro niños ocupando cada rincón de la casa? con pañales y biberones por todos lados ,me parece muy lindo de tu parte ,ja ja .Flor asintió, riendo. -¡Claro! Creo que nos saltamos esa parte. Ahora que ya no hay ‘bebés sorpresa’- dijo , refiriéndose con una risa traviesa a la reciente vasectomía de Gabriel , -ya no podemos hacer más bebés y porque no aprovechamos ?
Capítulo Una noche para nosotrosGabriel y Flor habían hecho de sus salidas en pareja una tradición mensual. Eran momentos sagrados que mantenían viva su conexión en medio de la rutina. Aquella noche decidieron visitar la heladería del pueblo y luego pasar por el cine. No era el lugar más moderno, pero ese toque sencillo lo hacía especial.La película en cartelera era Moana, una elección inesperada para una cita romántica, pero la nostalgia los venció. Entre risas, recordaron que normalmente serían Dylan y Florencia quienes disfrutarían más esa historia.Mientras se acomodaban en sus asientos, Flor susurró con una sonrisa traviesa:—Los niños nos van a reclamar cuando sepan que vimos Moana sin ellos.Gabriel apretó su mano con cariño.—Entonces los traemos otro día. Esta noche es nuestra, tenemos que disfrutarla además también está la nueva del Rey León creo que veremos la pelicula dos veces ja ja ..Al salir del cine, Gabriel tomó su mano con firmeza. Con esa mirada que siempre logr
Ana y Pedro llegaron a casa de Flor y Gabriel una tarde tranquila, rebosantes de emoción. Después de algunas charlas y risas, Pedro, algo nervioso, tomó la palabra. —Queremos contarles algo importante. Ana lo miró con una mezcla de cariño y complicidad antes de agregar: —Queremos casarnos en un mes y nos encantaría que ustedes fueran nuestros padrinos. Flor, emocionada, se llevó una mano al pecho. —¡Por supuesto! Sería un honor. Gabriel sonrió con esa calma que lo caracterizaba. —Estamos felices por ustedes. Por supuesto que aceptamos. La alegría llenó la sala. Para celebrar, decidieron salir en una cita doble. Después de algunas opciones, eligieron ir al cine. Querían algo relajado que les permitiera disfrutar y seguir conversando. La película era una comedia romántica llena de momentos absurdos. Desde el primer minuto, las risas fueron inevitables. Uno de los personajes, en una escena particularmente caótica, tiró una botella que rodó por toda la pantalla. Justo en ese mom
La boda Religiosa POV Flor La iglesia del pueblo estaba resplandeciente, decorada con tanta delicadeza que cada rincón parecía impregnado de nuestra historia, de cada uno de esos momentos que nos habían traído hasta aquí. Al entrar, sentí una paz increíble, una mezcla de emociones que me llenaba el pecho: alegría, gratitud y una serenidad profunda, como si alguien allá arriba aprobara lo que estaba a punto de hacer.Con el brazo de mi papá entrelazado con el mío, avancé por el pasillo mientras la voz de los niños de la escuela resonaba en el ambiente con el Ave María. Nos habían regalado esa sorpresa, un coro lleno de entusiasmo y ternura. Escuchar sus voces, claras y llenas de amor, me emocionó tanto que las lágrimas amenazaban con escapar, pero respiré hondo y traté de mantener la compostura.La melodía envolvía la iglesia, y mis ojos buscaron a Gabriel, que me esperaba al final del camino frente al altar. Su mirada lo decía todo. En ella brillaba una emoción intensa, como si cad
La boda fue un día soñado para Flor y Gabriel. La ceremonia, realizada en la iglesia del pueblo, había sido preciosa, pero la verdadera celebración comenzó cuando la fiesta se trasladó a la plaza. Todos sabían que el salón reservado sería insuficiente para albergar a tanta gente. Flor y Gabriel eran muy queridos, y nadie quería perderse la oportunidad de acompañarlos. Las familias llevaron platos para compartir, y la plaza estaba decorada con globos blancos y dorados, simbolizando la pureza y el compromiso. Rebosaba de vida y alegría, pareciendo un mundo de ensueño donde todos podían escapar de la cotidianidad.Cada rincón estaba cuidadosamente adornado, como si todos los vecinos hubieran puesto lo mejor de sí mismos para hacer de esa noche algo único. Las mesas, cubiertas de manteles blancos, se llenaban con platos caseros: empanadas, pasteles, una variedad de bebidas y postres que parecían interminables. El aroma de las comidas se mezclaba con la fragancia de las flores y el brillo
Dos días para nosotrosGabriel y Flor entraron en la habitación del pequeño hotel boutique donde pasarían los próximos dos días, alejados del ruido de la ciudad y de los deberes escolares que los aguardaban a su regreso. La habitación estaba bañada por una luz cálida que emanaba de un conjunto de lámparas tenues, cuidadosamente colocadas. Sobre la cama de madera rústica y elegante había pétalos de rosas que formaban un corazón, y junto a ella una pequeña mesa con fresas, chocolates y una botella de vino sin alcohol.Flor dejó su bolso sobre un sillón cercano y giró en su lugar, maravillada por el ambiente.—Es perfecto, Gabriel —dijo con una sonrisa luminosa.Él la miró, incapaz de apartar la vista de la felicidad que irradiaba su rostro. Se acercó y la rodeó con sus brazos, apoyando su frente en la de ella.—Tú haces que cualquier lugar sea perfecto, Flor.Ella rió suavemente, sus dedos jugando con el cuello de la camisa de él.—Eres un romántico incurable, ¿lo sabías?—Solo contigo
Capítulo El Fondo del Abismo Fernando caminaba sin rumbo por las calles silenciosas del pueblo. Las luces de las casas titilaban como recordatorios de una vida que seguía su curso mientras él permanecía estancado, atrapado en un ciclo interminable de culpa y arrepentimiento. Era casi medianoche, y aunque había hablado con Gabriel horas antes, el alivio que sintió al confesarle lo ocurrido con Natalia había sido momentáneo. Ahora, la realidad lo golpeaba con toda su fuerza. Recordó el cumpleaños número cuatro de Dylan y Florcita , el último día en que Natalia le había hablado con sinceridad. Ese 24 de junio, ella parecía distante, aunque intentaba disimularlo. Habían llegado a la fiesta por separado, como siempre, para evitar miradas inquisitivas. La única que sabía de su relación era Flor, quien respetaba su secreto aunque no lo aprobaba del todo. Esa tarde, mientras los niños jugaban y los adultos charlaban, Fernando notó la mirada perdida de Natalia. Estaba hermosa, como siempre,
Amor tras el miedoCapítulo 1: Confesiones bajo la lunaGabriel observaba a Fernando en silencio mientras este se llevaba las manos al rostro. La tarde se había tornado fría y el único sonido que los rodeaba era el crujir de las hojas bajo sus pies. Estaban en el jardín de la casa de Gabriel, alejados del ruido en el interior de la casa. Acababan de llegar del parque con Dylan ,Florencia y los mellizos que un año y medio antes habían llegado al mundo en una noche que ninguno de los dos olvidaría. Noche que Naty y Fer ayudaron a traerlos al mundo .—No sé por dónde empezar, Gabo —dijo Fernando con voz apagada.—Por donde quieras, Fer. Estoy aquí para escucharte.Fernando bajó las manos y fijó la mirada en un punto indeterminado. Después de unos segundos de vacilación, comenzó a hablar.—Hace mucho tiempo que no sé cómo seguir adelante. Natalia... —Su voz se quebró al pronunciar su nombre—. Natalia y yo estuvimos juntos durante casi dos años, en secreto.Gabriel alzó una ceja, sorprendi