La madrugada del 24 de marzo trajo consigo el nacimiento de Nando, un momento que Natalia y Fernando esperaban con ansias y nervios. El día anterior, Naty había estado experimentando contracciones intermitentes. A pesar de ser una doctora con años de experiencia en ginecología, se encontraba enfrentando una paradoja peculiar: el temor al parto. Las contracciones que describía con naturalidad a sus pacientes ahora la sumían en una mezcla de ansiedad y emoción.La casa estaba en silencio, pero en el interior de Naty había una tormenta. Se sentía indecisa sobre si llamar o no a Fernando, quien estaba de turno en el cuartel de bomberos. Mientras tanto, en el pueblo, un corte de agua había causado inconvenientes para todos. Flor, su amiga inseparable, la visitó y, al ver su estado, sugirió con firmeza: "Naty, debemos llamar a Fer".Fer, que había estado trabajando arduamente combatiendo incendios provocados por el viento y el calor, respondió a la videollamada con la cara tiznada de hollín
EpílogoEl sol brillaba con una calidez especial aquella mañana, como si el cielo estuviera celebrando junto a ellos un día que sería inolvidable. La iglesia del pueblo estaba adornada con flores blancas y celestes, cada detalle cuidadosamente dispuesto para honrar la llegada de Fernando Samuel, un niño que no solo había unido a sus padres, sino que también los había transformado en la mejor versión de sí mismos.Natalia y Fernando, tomados de la mano, entraron a la iglesia con una serenidad y alegría que irradiaban amor. En sus brazos, el pequeño Fernando Samuel dormía plácidamente, ajeno al ajetreo que los rodeaba. A su lado, Gabriel y Flor, siempre la pareja sólida que se apoyaba mutuamente, compartían una mirada cómplice, recordando cómo el destino los había unido tras las pérdidas que ambos habían sufrido.El bautismo de Fernando Samuel era mucho más que un simple ritual. Era un símbolo de renovación, de segundas oportunidades y de la fuerza que surge del amor y la resiliencia. P
Capitulo 1 La tragedia nos tocó La tarde del primero de marzo Flor se sento en el porche de su casa a ver el atardecer como lo hacía todas las tardes junto a su hijo Dylan ya de 9 meses lo único que le quedaba de el amor de su vida ,sus noches eran interminables no dejaba de pensar por qué les tocó a ellos esta tragedia,su consuelo era su pequeño,que no sabe que pasa, tan inocente ,tan hermoso,tan parecido a su papá , no sabe que su papá los dejó le apenaba pensar que solo disfruto 6 meses de su hijo y que su padre no lo podra ver crecer y su niño apenas lo conoció pero le prometio que siempre lo tendria presente en su vida que va ha saber que fue el niño más deseado por sus padres y que si él los dejó fue porque se quedó sin fuerzas para luchar por su vida ;su Manuel al que extraña tanto .Ese día a noticia recorrió el pueblo como un lamento profundo que ahogaba cualquier intento de consuelo. La gente fue notificada de la tragedia que había alcanzado a Manuel, el bombero que muchos
Capítulo 2 El Milagro en el Pueblo Recuerdo aquellos años de espera como si fueran apenas un suspiro en medio de esta ausencia. Parece que fue ayer cuando nos aferrábamos, Manuel y yo, a la esperanza de tener un hijo, a pesar de las palabras de los médicos y de los diagnósticos fríos. Nos decían que había pocas posibilidades, pero eso no bastaba para apagar nuestro sueño. Casi diez años de intentos, tratamientos y días de tristeza en los que él, con su paciencia y su amor, siempre encontraba la forma de reconfortarme. Nos habíamos mudado a aquel pueblo buscando una vida tranquila, un lugar para comenzar juntos después de recibirnos y casarnos Desde que llegó, Manuel se convirtió en un pilar en la comunidad ; todos lo querían y admiraban . Se ganó a los vecinos como el bombero que nunca decía que no a una emergencia y que siempre tenía una palabra amable . Yo , por mi parte, acepté el reto de ser maestra en la escuela local de 3 grupos a la vez en los pueblos es común ser maestr
Capítulo 3 Recuerdos y NostalgiaEsa mañana , mientras el sol despuntaba tímido entre los cerros , Flor se despertó con una sensación de vacío en el pecho . Aún era temprano y Dylan dormía profundamente en su cuna , con su suave respiración llenando la habitación de paz. Flor se quedó unos segundos contemplándolo , pensando en cómo esa pequeña vida había llegado a cambiar la suya en formas que apenas podía imaginar . Pero en su corazón, junto a esa inmensa felicidad , también sentía un hueco, una tristeza que, por más que intentara , no conseguía disipar del todo . Su amor, su compañero de vida, su Manuel ya no estaba a su lado . Se quedó en la cama , abrazando una almohada , mientras una ola de recuerdos la transportaba a aquellos días felices a los comienzos con Manuel , cuando la vida era tan solo ellos dos y un mar de sueños por cumplir . Recordó su primer encuentro en el liceo, esa chispa especial que había surgido entre ellos . Cómo él , con su eterna sonrisa y esos ojos ver
Capitulo 4 La última Noche buena con élFlor atraviesa sus días en una mezcla constante de recuerdos y emociones que la dejan exhausta, con una tristeza tan profunda que a veces parece desbordar la. Cada rincón de su hogar, cada objeto en el que reposa su mirada, la remite a Manuel, como si él estuviera todavía presente, enredado en los hilos de su vida. Desde las tazas que compartían por las mañanas hasta el silencio de las noches, todo parece un eco de esos momentos que, aunque dolorosos, le brindan una paz inesperada.La risa de Dylan, inocente y contagiosa, es la chispa de vida que la impulsa a continuar. En su hijo encuentra una fuerza que ni ella sabía que poseía; una fuerza para levantarse cada mañana y enfrentar la ausencia de Manuel, aunque esa herida nunca parezca cerrar. A veces, cuando lo ve dormir, observa en él esos gestos que tanto la enamoraban de Manuel,la misma expresión de serenidad, esa paz inalterable que siempre le transmitía. Es en esos momentos cuando siente q
Cada día, Flor se preguntaba qué había pasado aquella noche, cómo era posible que Manuel, con toda su experiencia, no hubiera logrado salir. Ese enigma la consumía. Un día, Luis, el compañero al que Manuel salvó, decidió visitarla. Traía en la mirada el peso de lo vivido y la culpa. Se sentó frente a ella y empezó a contar lo que había sucedido.—Esa noche, Flor, cuando sonó la alarma, algo en mí supo que no sería como otras veces. Nos preparamos como siempre, subimos al camión en silencio, pero sentía un presentimiento extraño. Recordaba a mi familia, la cena de Nochebuena, y no podía evitar un miedo que me erizaba la piel.Luis cerró los ojos un instante, recordando cada detalle, cada instante de aquella noche que había cambiado su vida para siempre.—Al llegar al hotel, vimos que el fuego avanzaba a un ritmo aterrador. Había gente atrapada adentro, y Manuel, sin dudarlo, decidió entrar. A pesar del riesgo, él fue el primero en lanzarse, con esa determinación que siempre tenía para
Capitulo 6 Hora de volver El invierno se fue con lentitud y cada amanecer parecía arrastrar consigo una nostalgia incontenible. Al acercarse el primer aniversario del fallecimiento de Manuel, el aire en el pueblo se volvió más denso, como si cada persona cargara con una parte del recuerdo y la pérdida. Flor, con la ayuda de su familia y amigos, había pasado el último año refugiada en el amor de su pequeño Dylan y en el apoyo incondicional de sus padres, quienes no la dejaron sola ni un instante. Julia y Ricardo permanecieron cerca, al igual que sus amigos, todos unidos en un intento de aliviarle el peso de su pena.La maestra Sabrina cada día,ayudaba a Flor con Dylan, permitiéndole encontrar pequeños momentos de calma. Con paciencia, la acompañó en los días grises, recordándole que, aunque Manuel no estaba físicamente, su espíritu siempre la rodeaba. Sabrina había asumido el rol de Flor en la escuela, permitiéndole tomarse el tiempo necesario para procesar su duelo.Finalmente, lleg