~Leo~ Amelia y yo llegamos a nuestra habitación. Sentía el peso del cansancio sobre mis hombros. Sin embargo, una ola de preocupación me invadió de repente al pensar en Max y Kyle. Necesitaba saber que estaban bien. Me senté al borde de la cama, perdido en mis pensamientos. Amelia, se dio cuenta, y se hizo detrás mío para masajearme los hombros e intentar calmarme. Pero ni siquiera eso lograba calmar la tensión que sentía. "¿Qué te preocupa amor?" preguntó Amelia, con su voz llena de angustia, mientras me abrazaba por detrás y me daba un beso en el cuello. Luego, se sentó a mi lado, poniendo su mano sobre mi muslo para que la mirara. "No puedo contactarme con Max, Kyle y Casper. Creo que no les di suficientes guerreros para su misión en Greenville. ¿Qué tal que estén en aprietos? ¿Y si no lo logran?" Dije y se me quebró la voz, Amelia me abrazó más fuerte. "Cuando supimos que Yuri ya sabía que ustedes iban para Gad, estábamos muy asustadas. El pánico me invadió y quise llamarte, p
Bajo el agua tibia, la tenía en mis brazos, sintiendo cómo el agua se llevaba las cicatrices de la batalla en Gad y toda la angustia se disolvía y se iba por el caño. Estar en casa, con ella cerca, hacía que el futuro se viera comprometedor.Nos quedamos allí hasta que el agua caliente se acabó, y nos hizo salir a regañadientes de la ducha. Al entrar al cuarto, escuche el timbre de mi celular y luego dejó de sonar. Lo tomé rápidamente y vi que tenía ocho llamadas perdidas de Casper. Mi corazón empezó a palpitar muy rápido, temiendo lo peor. Intenté dejar de temblar para devolverle la llamada."¿Quién era?" Me pregunto Amelia, poniéndose su pijama." Casper "respondí, con el teléfono en la oreja, y ella abrió los ojos de asombro. Casper contestó al primer timbre. "¡Alfa!" exclamó, su voz llena de emoción."¡Sí!" respondí, aún preocupado."Esos hijueputas sabían que íbamos a atacarlos, pero lo logramos ¡les ganamos!!!" exclamó, y sentí cómo mi alma volvía al cuerpo."Colocaron bombas de
~Leo~Desperté por la tarde con menos brote en el cuerpo. La medicina que Erik me dio me hizo efecto, y se lo agradecí. Amelia dormía en la cama, muy cómoda. Sabía que estaba agotada, así que no tenía sentido despertarla. Todavía teníamos muchas cosas que hacer. Tenía que prepararme y esperar a que llegaran Max y Kyle con los prisioneros del Sur. También necesitaba contarle a Sylvester sobre la batalla en el Sur. Esperaba que ya todos estuvieran despiertos. Quería que todo terminara para que pudiéramos irnos a nuestra casa y descansar y ya no tener que estar cuidándonos las espaldas. Había mucho que planear y un futuro que esperar. Entré al baño y me desnudé. Frente al espejo, intenté examinar las heridas en mi piel. Había manchas rojas en mi brazo izquierdo y un poco en mi espalda, aunque se veían feas, no dolían ni picaban, sentía que me ardía un poco, pero nada más. Estaba mucho mejor que la vez pasada. Me metí a la ducha y opté por usar agua fría para no empeorar el brote y ter
Fuimos a la enfermería y, para mi mucha sorpresa, allí estaban los amigos de Claudia. Sabía que Tamia los había enviado al Bunker durante la pelea, así que fue impactante encontrarlas allí. Se notaba que ya se habían reconciliado con Claudia, estaban hablando y riéndose. Supongo que entendieron sus razones y la perdonaron."No puedo esperar para ver a mi hijo." dijo Marcel, con el mismo anhelo que teníamos todos. David y Sylvester sonrieron, a pesar de la rasquiña. "Toma esto, no necesitarás el suero por vía intravenosa." dijo Erik, entregándome unas pastillas. Sonreí y las tomé. No quería estar sedado en la cama sabiendo que Max y Kyle estaban en camino. Así que me tomaría lo que fuera para ver a mis amigos. Observé cómo Claudia y sus amigos ayudaban a los demás a relajarse. En ese momento, Sylvester comenzó a reírse y todos lo miramos. Nadie había dicho nada gracioso, pero algo le había dado risa. "¿Qué fue lo que paso?" preguntó David, y Sylvester se rio, mirándome. " Estábamos
~Sylvester~Por fin, todos ya estábamos reunidos. Excepto por el lobo de Jake, que no iba a regresar, habíamos sobrevivido a Yuri y su secta. Nos atacaron e intentaron destruirme a mí y a todas las personas que me importan, pero nosotros ganamos contra todo pronóstico. Estaba agradecido por cómo se dieron las cosas. Creía que la vida nos estaba dando otra oportunidad, además hicimos nuevos amigos y fortalecimos las viejas amistades. Queríamos ir a buscar a nuestros hijos de inmediato, pero decidimos que era mejor dejar lista la sentencia antes de reunirnos con ellos. Por eso, programamos la audiencia para el día siguiente, quería que fuera lo más rápido posible y se esperaba la presencia de todos los líderes de las familias nobles. No quería que la muerte de Yuri fuera rápida. Deseaba que fuera lenta y dolorosa, y había encontrado la mejor manera de lograrlo. Planeaba desgastarlo mental y físicamente, como él hizo con otros durante tantos años. Quería que suplicara por su vida. Era un
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas