Me puse la ropa que Amelia me había traído. Y salimos de la enfermería tomados de la mano. "¿Te molesta si conozco a tu madre?" le pregunté, y ella dijo que no. Las palabras de Erik la habían tranquilizado un poco. Me llevó a la sala, donde Alexei y Clay estaban hablando con una mujer de cabello negro. Clay me miró y sonrió. "Ya te recuperaste." dijo, riéndose de mí, y Alexei se volteó y también se rio. La mujer se giró hacia mí, para saludarme y a primera vista me di cuenta que Amelia no se parecía en nada a ella, pero si Amelia se tinturaba el cabello de negro y usaba lentes de contacto azules, no habría duda de que era su hija, porque Amelia tenía parecida la nariz y la forma de su cara. El resto de los rasgos de Amelia definitivamente eran de Luis, porque Clay y Amelia se parecían mucho. La mujer era muy bonita, y tenía sentido que Amelia hubiera salido igual o más linda que ella."¡Albert! Te pareces tanto a Richardo." dijo, y yo me quedé confundido. ¿Conocía a mi padre?
~Leo~ Llegué a mi habitación y llamé a Max para ver cómo estaba, y si ya se estaba recuperando Max contestó después de unos cuantos timbres, y me alegró escuchar su voz. "¿Cómo están las cosas por allá?" le pregunté. "Pues estamos bien. Los Alfas han ido reuniendo guerreros desde que llegaron no han descansado. Están esperando tus órdenes." dijo, y me sorprendió que ya se hubieran puesto manos a la obra se notaba que anhelaba que todo esto terminara. "¿Tan rápido?" pregunté, y él se rio un poco. "No quieren volver a pasar por lo que les pasó antes. Este tipo, Yuri, es una amenaza, ya es hora de acabar con ese maldito." dijo Max, y me reí por como lo dijo. Extrañaba a mi amigo, pero solo teníamos que aguantar unos días, y todo volvería a estar bien. "Por cierto, Mirabel está bien, y le dijo a Timothy que ella y Andrew son destinados, ¿Puedes créelo?" preguntó, y me dejó impactado. Ahora entendía por qué Andrew estaba tan enamorado. "wow ahora sí que sí." dije, y nos reímo
Existia la posibilidad de que fuese lo mismo que le habían inyectado a Devin. Ighor debió haber mentido sobre el veneno y quién lo tenía, o tal vez Melvin hizo más veneno para que Yuri pudiera usarlo. "¿Crees que Jake hizo algún trato con ellos y no cumplió su parte?" preguntó Kyle, y no podía ni imaginarme que eso fuera posible, sabiendo lo grave que sería si fuera así. "Mira, si puedes llevarlo a Gad y luego a Lucland, trataré de conseguir ayuda para encontrarte en Gad o Lucland, dependiendo del tiempo y la disponibilidad de recursos." dije, y él me agradeció y colgó. Estábamos luchando contra el tiempo.Sabía que necesitábamos llevar el AgK32 a Jake de inmediato. Gad era lo más cercano, pero si no lográbamos llegar a Gad a tiempo, podrían traerlo a Lucland, y nos encontraríamos ahí con el antídoto. Era lo mejor que podía hacer. Me levanté de la cama y fui a la enfermería para ver a Erik. "Erik, ¿dónde estás?" le pregunté por el enlace mental. "En mi laboratorio, Sylvester ya
"He estado tratando de decirte que aquí no hay AgK32. Ayer se nos acabó. Pero por suerte, dejé una muestra en mi laboratorio de Hayland. Está en la caja fuerte de mi oficina. Se me olvidó traerla, pero pueden dársela antes de que lo traigan." dijo Erik, y esto era un milagro, estaba tan feliz que abracé a Erik con fuerza. Debí haberlo dejado terminar su frase antes de actuar. Sentí un alivio, porque eso significaba que Jake tenía la esperanza de vivir. Llamé a Max de inmediato y le di la orden.Le explique que tendrían que aterrizar en el bosque, cerca de la bodega, para ahorrar tiempo. Erik le dijo dónde estaba la caja fuerte y la clave para abrirla. Luego le dije a Max que apenas cogiera el antídoto se devolviera a Brighton en el helicóptero y que le aplicaran el suero antes de que llevara a Jake a Mountain y luego a Lucland. Esa era la forma más rápida de poner el antídoto en el sistema de Jake y salvarle la vida. Solo espero que no lleguen demasiado tarde, esto era una luc
~Tamia~ Me llegó la noticia sobre la situación de Jake. Cuando Stephanie me contó lo que había pasado, me sentí asustada. Solo podía pedirle a la diosa que lo salvara.Tenía miedo de que ella perdiera a su compañero. Recordé la historia de cuando mataron a Maurice, y lo triste que ella se había puesto por su esposo. Aunque tenían muchos problemas entre ellos, ella lo lloró por mucho tiempo. Con Jake sería peor porque ella estaba enamorada de él y sería algo muy duro.Su estatus no importaba, ni tampoco su dinero. Simplemente eran perfectos el uno para el otro. Que le arrancaran un amor así sería cruel, algo imperdonable. Yo también quería vengarme de Yuri. Había hecho demasiado daño y para nada, ya no podíamos tolerar más abuso. Sylvester había corregido el error, y los Stepanovs aún no habían celebrado su liberación. No sabía por qué atacaría Brighton. O era por pura maldad, o estaba planeando algo. Solo esperaba que estuviéramos listos para lo que sea que fuera a pasar.Fui
Susan estaba sentada cerca de Devin, aferrándose a él como si no hubiera un mañana. Todos podíamos entenderla. Ella estaba muy enamorada de él y de tanto amor, sufría ya que sabía que tenía que enfrentar esa batalla. Sabía que no nos dejarían ir a la guerra con ellos. Por más que lo intentáramos, nuestros hombres no lo permitirían, y eso era por una buena razón. Alguien tenía que estar aquí por el bien de nuestros hijos, no podíamos ponernos en riesgo ¿Quién mejor para proteger a nuestros hijos que nosotras, las madres? Susan lo abrazaba con fuerza. El día del evento se acercaba. Me sentí aliviada por la información de Ighor, pero también triste por el poco tiempo que teníamos. "¿Cómo se encuentra ella?" le preguntó David a Sylvester, refiriéndose a Stephanie. "Durmiendo" dijo y me hizo sentar en su regazo. Sylvester rodeó mi cintura con sus brazos y besó mi espalda. Lo sentí inhalar profundamente. Estaba agotado y desesperado. Necesitaba consuelo, y esta era la mejor manera
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra