~ Leo ~

Por fin llegó la mañana, ya era hora de irnos al Norte. Me sentía un poco nervioso por el viaje, pero supuse que era normal.

"¿Sabes? Necesitas relajarte un poco." Dijo Amelia, abrazándome por detrás cuando entró a acompañarme en la ducha.

Tomé su mano, la puse sobre mi pecho, y me di la vuelta para mirarla, se veía más relajada que yo. Estaba seguro de que las chicas se la habían pasado mejor que nosotros, porque todo lo que hicimos fue planear y discutir nuestras estrategias.

Me incliné para besarla, y ella me devolvió el beso con todo su corazón. No iba a dejar pasar la oportunidad de hacer el amor con ella antes de ese día tan largo. Así que la empujé contra la pared, la levanté y me dejé llevar. Ella estaba ansiosa y lista para mí, los dos queríamos lo mismo.

Mi cuerpo hizo todo por instinto, agradecido por todo el amor que Amelia me daba. Esperé a que ella se viniera antes de hacerlo yo. Luego me tomé mi tiempo para lavar su cuerpo con cuidado. Su cabello estaba cre