Gregory acordó con Adrián que alternarían el poder tal y como habían hecho sus familias antes.Adrián era leal y sabía lo que debía hacer, así que aceptaron que Gregory gobernara primero, luego, al finalizar su mandato, le entregaría el poder a un Stepanov, y continuarían alternándolo. Si hubieran seguido ese orden, Gregory habría sido el Lord, luego Adrik, después Maurice, después el nieto de Adrik, y no tú, Sylvester, ese era el acuerdo. Adrián Stepanov murió unos años después de que ganaron, entonces Gregory aprovechó e hizo una jugada sucia, añadió una cláusula a la ley de sucesión del poder, pero nadie se enteró; solo podría gobernar quien fuera un miembro real, que tuviera genes de Alfa y que fuera un Volkov o un Stepanov. Él sabía lo que hacía, porque los Stepanov no tenían esos genes, por lo que quiso asegurarse de que solo los Volkov pudieran seguir gobernando.Verás, los Volkov siempre se sintieron superiores a los Stepanov, los veían como unos bichos raros debido a la trad
~ Leo ~Había estado esperando a que todos nos dejaran solos a Amelia y a mí. Cuando al fin se fueron, suspiré de alivio porque quería estar a solas con ella, la tomé en mis brazos y la abracé fuerte mientras besaba su cuello. No había podido expresar mis emociones para hacerla sentir que era la mujer que yo deseaba tener a mi lado.Dos veces me había salvado la vida sin pedir nada a cambio, esa dos veces había arriesgado su vida por mí y eso me demostraba cuanto me quería."Gracias, Lunita." Le dije, ella me abrazo más fuerte. Parecía como si quisiera protección a pesar de su fortaleza."Tenía miedo, Leo. Estaba tan asustada." Confesó, apretándome.Solo podía imaginarme el miedo que sintió al verme inconsciente en el suelo. No dejaba de pensar en todo el valor que necesitó para correr de regreso a la hacienda para pedir ayuda. Le agradecí a la diosa por traerla a mi vida. Finalmente, el destino me había sonreído y me devolvió la fe en el amor.Ella lloraba en mis brazos, de manera que
Agradecí que Sylvester le hubiera prohibido a Alexie desafiar a cualquier otro Alfa, porque eso significaba que teníamos tiempo para resolver el asunto de la manada de Max y así, Alexie ya no podría seguir robándose las demás manadas.Amelia se quedó dormida en mis brazos, estábamos acostados en el sofá, pero yo seguí despierto solo para mirarla.Avery fue la primera en despertar. Estaba un poco desorientada y se sentía mareada, así que llamé a la doctora Claudia para que la atendiera. Al ver que Marcel seguía inconsciente, le rogué a Claudia que hiciera que Avery durmiera un poco más, ya que no quería que se preocupara al ver a su esposo así. Era mejor que Marcel se despertara primero, para evitar que ella pensara lo peor.Claudia le colocó un sedante en el suero porque Avery estaba empezando a ponerse histérica. Luego de unos segundos, vi cómo volvía a dormirse poco a poco, y recé para que Marcel se despertara antes de que ella lo hiciera. Decidí hablar con la doctora Claudia porque
~ Leo ~ Eso era emocionante, tanto que me hizo reflexionar sobre mi vida y mi experiencia con la plata, sin embargo, no era nada evidente. "La mejor manera de entender esta habilidad o su origen, es preguntando a tus papás, si están vivos, o a algún familiar cercano." Explicó la doctora. "¡Mierda!" Dije para mí mismo, porque la verdad, no tenía ni idea de dónde estaban mis padres. De hecho, no sabía si estaban vivos o muertos, ni sabía absolutamente nada de ellos. Mis padres dejaron de enviarme cartas hace mucho tiempo, así que estaba jodido por ese lado, pero planeaba investigar mi pasado y mi linaje. Tal vez en el camino podría encontrar a algún familiar y entender qué estaba pasando. Dudaba que fuese algo especial, pero valía la pena saberlo. Miré a la doctora y le sonreí al decir. "Gracias por decírmelo doctora, pero me gustaría que esto fuera un secreto entre los dos." Aún no estaba listo para compartir esa noticia con nadie, por lo menos hasta que yo mismo entendiera po
~ Leo ~Miré a Vino, se notaba que estaba súper incómodo y me gustaba que supiera que nunca iba a ser mi amigo.Se acomodó en una silla un poco alejada en la habitación, después hubo un silencio incomodo. Noté que estaba luchando para tener el valor de hablarme y sabía que tenía preguntas, pero no dejaría que me las hiciera. Se quedó ahí como una planta, hasta que una hora después, la doctora Claudia entró a revisar a los pacientes. Vino se levantó de inmediato y los ojos de su lobo brillaron, era obvio lo que había pasado, el lenguaje corporal de ambos lo decía todo. Ya me había pasado dos veces así que podía reconocerlo, también había visto cómo Sylvester rechazó a su compañera destinada, así que sabía exactamente lo que estaba pasando.¿Por qué la diosa bendeciría a ese idiota así?De repente, anhelé que el esposo de Claudia siguiera vivo, caminando y respirando. Me pregunté si Vino le haría a ese hombre lo mismo que me hizo a mí. El lenguaje corporal de Claudia demostraba incomodi
Max contestó después de que timbrara un par de veces."¡Max!" Lo saludé."Leo, ¿Cómo estás? ¿Cómo están Amelia y Avery?" Preguntó de inmediato.Supe que aún le importaba su exesposa, aunque intentara ocultarlo."Bien. Necesito que empaques tus cosas, porque vamos a regresar al Este." Le dije. Lo escuché suspirar, pero no supe si era de cansancio o alivio."¿Con Amelia?" Indagó."Sí, volveremos con ella." Le respondí."Genial. La verdad es que ya me quería ir." Comentó con una sonrisa, luego de eso colgamos."¿Te vas tan pronto?" Escuché preguntar a Marcel detrás de mí, así que me volteé para mirarlo.Debió haberme escuchado mientras hablaba por teléfono en el pasillo. Los hombres lobo teníamos un oído muy sensible, así que era posible."Sí." Afirmé, su expresión cambió al instante."¿Es por lo del ataque?" Preguntó, a lo que asentí."Todos ustedes tienen una familia y no quiero traerles mis problemas. Parece ser que van tras Amelia, también quieren apoderarse del Este y del Sur. Ademá
~ Amelia ~Decirle a Linda y a Tamia que nos iríamos al Este fue más difícil de lo que imaginé. Linda incluso lloró y me dijo que no quería que me fuera. Si fuera por ella, querría que nos quedáramos aquí para siempre, pero Leo era el Alfa principal del Este, así que en algún momento tendríamos que regresar.Supuse que ellas no sabían que éramos compañeros destinados y no quise decírselos, porque estaba segura de que Leo tampoco se lo había dicho a nadie. Tal vez, aun no quería contárselo a sus amigos, así que dejé que fuera nuestro secreto.Sentí que el cariño que me expresaba cada una de las nuevas amistades que había hecho era autentico, era algo tan bonito, y no fue solo porque los había defendido, aunque estaban muy agradecidos conmigo, me gustaba la amistad que estábamos formando. Nunca imaginé que conocería a los gobernantes de nuestro mundo, y mucho menos que sería amiga de ellos, ni siquiera esperaba llevarme tan bien con la Reina Tamia y pensar que ella era la exesposa de Le
"Bienvenida a casa." Dijo Leo, con una sonrisa de oreja a oreja. Yo le sonreí y le hice señas para que entrara. Se paró frente a mí y pude notar que estaba pensando en algo. Estaba un poco nerviosa de lo que sea que fuera a decirme, porque parecía ser algo serio."Dime." Dije sin poder contenerme.Él suspiró, se inclinó y tocó suavemente mis manos. Me hizo dejar a un lado el libro y ponerme de pie. Luego, me abrazó y levantó mi barbilla para que lo mirara a los ojos."Gracias por tenerme paciencia, Amelia. Sé que rechazarte el día que te conocí fue injusto, y quiero pasar el resto de mi vida demostrándote cuánto lo siento." Dijo con intensidad, luego se arrodilló.Estaba tan sorprendida de lo que acababa de escuchar, que no sabía lo que estaba a punto de hacer, pero estaba ansiosa por descubrirlo. Me puse más nerviosa y empecé a respirar más y más rápido."Debí haber hecho esto hace tiempo, pero fui demasiado estúpido y no lo pensé bien. Eres mía, la Diosa te puso en mi camino para q