~ Leo ~ Eso era emocionante, tanto que me hizo reflexionar sobre mi vida y mi experiencia con la plata, sin embargo, no era nada evidente. "La mejor manera de entender esta habilidad o su origen, es preguntando a tus papás, si están vivos, o a algún familiar cercano." Explicó la doctora. "¡Mierda!" Dije para mí mismo, porque la verdad, no tenía ni idea de dónde estaban mis padres. De hecho, no sabía si estaban vivos o muertos, ni sabía absolutamente nada de ellos. Mis padres dejaron de enviarme cartas hace mucho tiempo, así que estaba jodido por ese lado, pero planeaba investigar mi pasado y mi linaje. Tal vez en el camino podría encontrar a algún familiar y entender qué estaba pasando. Dudaba que fuese algo especial, pero valía la pena saberlo. Miré a la doctora y le sonreí al decir. "Gracias por decírmelo doctora, pero me gustaría que esto fuera un secreto entre los dos." Aún no estaba listo para compartir esa noticia con nadie, por lo menos hasta que yo mismo entendiera po
~ Leo ~Miré a Vino, se notaba que estaba súper incómodo y me gustaba que supiera que nunca iba a ser mi amigo.Se acomodó en una silla un poco alejada en la habitación, después hubo un silencio incomodo. Noté que estaba luchando para tener el valor de hablarme y sabía que tenía preguntas, pero no dejaría que me las hiciera. Se quedó ahí como una planta, hasta que una hora después, la doctora Claudia entró a revisar a los pacientes. Vino se levantó de inmediato y los ojos de su lobo brillaron, era obvio lo que había pasado, el lenguaje corporal de ambos lo decía todo. Ya me había pasado dos veces así que podía reconocerlo, también había visto cómo Sylvester rechazó a su compañera destinada, así que sabía exactamente lo que estaba pasando.¿Por qué la diosa bendeciría a ese idiota así?De repente, anhelé que el esposo de Claudia siguiera vivo, caminando y respirando. Me pregunté si Vino le haría a ese hombre lo mismo que me hizo a mí. El lenguaje corporal de Claudia demostraba incomodi
Max contestó después de que timbrara un par de veces."¡Max!" Lo saludé."Leo, ¿Cómo estás? ¿Cómo están Amelia y Avery?" Preguntó de inmediato.Supe que aún le importaba su exesposa, aunque intentara ocultarlo."Bien. Necesito que empaques tus cosas, porque vamos a regresar al Este." Le dije. Lo escuché suspirar, pero no supe si era de cansancio o alivio."¿Con Amelia?" Indagó."Sí, volveremos con ella." Le respondí."Genial. La verdad es que ya me quería ir." Comentó con una sonrisa, luego de eso colgamos."¿Te vas tan pronto?" Escuché preguntar a Marcel detrás de mí, así que me volteé para mirarlo.Debió haberme escuchado mientras hablaba por teléfono en el pasillo. Los hombres lobo teníamos un oído muy sensible, así que era posible."Sí." Afirmé, su expresión cambió al instante."¿Es por lo del ataque?" Preguntó, a lo que asentí."Todos ustedes tienen una familia y no quiero traerles mis problemas. Parece ser que van tras Amelia, también quieren apoderarse del Este y del Sur. Ademá
~ Amelia ~Decirle a Linda y a Tamia que nos iríamos al Este fue más difícil de lo que imaginé. Linda incluso lloró y me dijo que no quería que me fuera. Si fuera por ella, querría que nos quedáramos aquí para siempre, pero Leo era el Alfa principal del Este, así que en algún momento tendríamos que regresar.Supuse que ellas no sabían que éramos compañeros destinados y no quise decírselos, porque estaba segura de que Leo tampoco se lo había dicho a nadie. Tal vez, aun no quería contárselo a sus amigos, así que dejé que fuera nuestro secreto.Sentí que el cariño que me expresaba cada una de las nuevas amistades que había hecho era autentico, era algo tan bonito, y no fue solo porque los había defendido, aunque estaban muy agradecidos conmigo, me gustaba la amistad que estábamos formando. Nunca imaginé que conocería a los gobernantes de nuestro mundo, y mucho menos que sería amiga de ellos, ni siquiera esperaba llevarme tan bien con la Reina Tamia y pensar que ella era la exesposa de Le
"Bienvenida a casa." Dijo Leo, con una sonrisa de oreja a oreja. Yo le sonreí y le hice señas para que entrara. Se paró frente a mí y pude notar que estaba pensando en algo. Estaba un poco nerviosa de lo que sea que fuera a decirme, porque parecía ser algo serio."Dime." Dije sin poder contenerme.Él suspiró, se inclinó y tocó suavemente mis manos. Me hizo dejar a un lado el libro y ponerme de pie. Luego, me abrazó y levantó mi barbilla para que lo mirara a los ojos."Gracias por tenerme paciencia, Amelia. Sé que rechazarte el día que te conocí fue injusto, y quiero pasar el resto de mi vida demostrándote cuánto lo siento." Dijo con intensidad, luego se arrodilló.Estaba tan sorprendida de lo que acababa de escuchar, que no sabía lo que estaba a punto de hacer, pero estaba ansiosa por descubrirlo. Me puse más nerviosa y empecé a respirar más y más rápido."Debí haber hecho esto hace tiempo, pero fui demasiado estúpido y no lo pensé bien. Eres mía, la Diosa te puso en mi camino para q
~ Amelia ~Me aferré a Leo y él me abrazo fuerte. Sentí a su lobo suspirar en mi cuello, su cuerpo se calentó. Leo se detuvo y me quitó la camiseta, mientras me miraba con los ojos de su lobo. Me di cuenta de que realmente, estaba tratando de controlar todo e ir despacio, pero no creía que Black pensara igual que él y Aurora también estaba empezando a tomar el control, esperaba que esta vez fuera la definitiva para nosotros.Leo me quitó la camiseta mientras ambos estábamos de rodillas en la cama, mirándonos. Sus ojos me recorrían y admiraban todo mi cuerpo, luego tocó mis tetas con ambas manos y las apretó suavemente, por lo que solté un gemido y él gruñó.Sentí su pulgar acariciar mis pezones que ya estaban duros, así que cerré los ojos para disfrutar más de la sensación. Leo me recostó y fue directo a lamer mis pezones. Sentí sus labios cálidos en uno de ellos, su lengua lamió la puntita antes de chuparlo suavemente mientras su pulgar hacia círculos alrededor del otro pezón.Yo ya e
Comenzó a moverse más rápido, hasta que su cuerpo tembló y se detuvo, luego sentí su leche caliente bajando por mi garganta, así que me la tragué y le chupé la puntita.Él acarició suavemente mi cabello. Se notaba que lo había disfrutado, aunque no me lo dijera, lo sentí. Tendría que agradecerle a Linda por darme ese consejo.Seguía duro cuando me saque su verga de la boca y lo miré. Sus ojos estaban completamente negros."Compañera." Dijo en un tono grave, supe que eran Black y Leo juntos. Sus labios aterrizaron sobre los míos y me acostó suavemente en la cama."También quiero probarte." Me dijo por el enlace mental, yo estaba más que dispuesta. Quería su verga dentro de mí, pero iba a aguantarme las ganas y seguir su ritmo. Recorrió mi cuerpo con sus manos y metió los dedos en mi cosita que seguía mojada, luego empezó a chupar mi clítoris. Dándole lengüetazos de arriba hacia abajo entre cada chupada, eso me encantaba.Sentí cómo se acumulaba mi placer, y mis caderas comenzaron a mo
~ Leo ~Todo había estado muy mal durante mucho tiempo. Me había negado a rechazar a Amanda, hasta que me tocó vivir con ella y tocarla incluso durante el embarazo, me sentía tan mal que, muchas veces, me pregunté qué estaba haciendo con mi vida. Y todo se puso peor cuando Tamia me dejó, creí que nunca volvería a encontrar el amor, pensé que ese era mi final y que nunca sería feliz, ya que había desperdiciado mi oportunidad con ella por culpa del destino.Cuando pensé que seguiría adelante sin sentir amor, el destino me sorprendió con una mujer llamada Amelia. Recordé cuando la vi de pie junto a la mesa de tocador en mi habitación, cubierta de hollín y con las joyas de Tamia en sus manos, recordé todo lo que pasó esa noche.Luché contra mí mismo para no dejar que el vínculo del destino me controlara y gané. Aunque rechazarla fue una estupidez, debí haberme dado el tiempo de conocerla para decidir qué hacer, fui muy impulsivo. Ahora, estaba agradecido de que el destino me hubiese atado