~ Amelia ~Decirle a Linda y a Tamia que nos iríamos al Este fue más difícil de lo que imaginé. Linda incluso lloró y me dijo que no quería que me fuera. Si fuera por ella, querría que nos quedáramos aquí para siempre, pero Leo era el Alfa principal del Este, así que en algún momento tendríamos que regresar.Supuse que ellas no sabían que éramos compañeros destinados y no quise decírselos, porque estaba segura de que Leo tampoco se lo había dicho a nadie. Tal vez, aun no quería contárselo a sus amigos, así que dejé que fuera nuestro secreto.Sentí que el cariño que me expresaba cada una de las nuevas amistades que había hecho era autentico, era algo tan bonito, y no fue solo porque los había defendido, aunque estaban muy agradecidos conmigo, me gustaba la amistad que estábamos formando. Nunca imaginé que conocería a los gobernantes de nuestro mundo, y mucho menos que sería amiga de ellos, ni siquiera esperaba llevarme tan bien con la Reina Tamia y pensar que ella era la exesposa de Le
"Bienvenida a casa." Dijo Leo, con una sonrisa de oreja a oreja. Yo le sonreí y le hice señas para que entrara. Se paró frente a mí y pude notar que estaba pensando en algo. Estaba un poco nerviosa de lo que sea que fuera a decirme, porque parecía ser algo serio."Dime." Dije sin poder contenerme.Él suspiró, se inclinó y tocó suavemente mis manos. Me hizo dejar a un lado el libro y ponerme de pie. Luego, me abrazó y levantó mi barbilla para que lo mirara a los ojos."Gracias por tenerme paciencia, Amelia. Sé que rechazarte el día que te conocí fue injusto, y quiero pasar el resto de mi vida demostrándote cuánto lo siento." Dijo con intensidad, luego se arrodilló.Estaba tan sorprendida de lo que acababa de escuchar, que no sabía lo que estaba a punto de hacer, pero estaba ansiosa por descubrirlo. Me puse más nerviosa y empecé a respirar más y más rápido."Debí haber hecho esto hace tiempo, pero fui demasiado estúpido y no lo pensé bien. Eres mía, la Diosa te puso en mi camino para q
~ Amelia ~Me aferré a Leo y él me abrazo fuerte. Sentí a su lobo suspirar en mi cuello, su cuerpo se calentó. Leo se detuvo y me quitó la camiseta, mientras me miraba con los ojos de su lobo. Me di cuenta de que realmente, estaba tratando de controlar todo e ir despacio, pero no creía que Black pensara igual que él y Aurora también estaba empezando a tomar el control, esperaba que esta vez fuera la definitiva para nosotros.Leo me quitó la camiseta mientras ambos estábamos de rodillas en la cama, mirándonos. Sus ojos me recorrían y admiraban todo mi cuerpo, luego tocó mis tetas con ambas manos y las apretó suavemente, por lo que solté un gemido y él gruñó.Sentí su pulgar acariciar mis pezones que ya estaban duros, así que cerré los ojos para disfrutar más de la sensación. Leo me recostó y fue directo a lamer mis pezones. Sentí sus labios cálidos en uno de ellos, su lengua lamió la puntita antes de chuparlo suavemente mientras su pulgar hacia círculos alrededor del otro pezón.Yo ya e
Comenzó a moverse más rápido, hasta que su cuerpo tembló y se detuvo, luego sentí su leche caliente bajando por mi garganta, así que me la tragué y le chupé la puntita.Él acarició suavemente mi cabello. Se notaba que lo había disfrutado, aunque no me lo dijera, lo sentí. Tendría que agradecerle a Linda por darme ese consejo.Seguía duro cuando me saque su verga de la boca y lo miré. Sus ojos estaban completamente negros."Compañera." Dijo en un tono grave, supe que eran Black y Leo juntos. Sus labios aterrizaron sobre los míos y me acostó suavemente en la cama."También quiero probarte." Me dijo por el enlace mental, yo estaba más que dispuesta. Quería su verga dentro de mí, pero iba a aguantarme las ganas y seguir su ritmo. Recorrió mi cuerpo con sus manos y metió los dedos en mi cosita que seguía mojada, luego empezó a chupar mi clítoris. Dándole lengüetazos de arriba hacia abajo entre cada chupada, eso me encantaba.Sentí cómo se acumulaba mi placer, y mis caderas comenzaron a mo
~ Leo ~Todo había estado muy mal durante mucho tiempo. Me había negado a rechazar a Amanda, hasta que me tocó vivir con ella y tocarla incluso durante el embarazo, me sentía tan mal que, muchas veces, me pregunté qué estaba haciendo con mi vida. Y todo se puso peor cuando Tamia me dejó, creí que nunca volvería a encontrar el amor, pensé que ese era mi final y que nunca sería feliz, ya que había desperdiciado mi oportunidad con ella por culpa del destino.Cuando pensé que seguiría adelante sin sentir amor, el destino me sorprendió con una mujer llamada Amelia. Recordé cuando la vi de pie junto a la mesa de tocador en mi habitación, cubierta de hollín y con las joyas de Tamia en sus manos, recordé todo lo que pasó esa noche.Luché contra mí mismo para no dejar que el vínculo del destino me controlara y gané. Aunque rechazarla fue una estupidez, debí haberme dado el tiempo de conocerla para decidir qué hacer, fui muy impulsivo. Ahora, estaba agradecido de que el destino me hubiese atado
Sabía que a Amelia no le gustaba ser el centro atención y eso la haría sentir rara."Y.... será que eso puede esperar?" Me preguntó suavemente, pero le dije que no."Si no te importa me gustaría que la boda sea lo antes posible, mientras tanto, quiero que la gente entienda que no estoy soltero y que también empieces a asumir tus responsabilidades como Luna." Le dije con dulzura, pero vi que empezaba a preocuparse."¿Y si no puedo hacerlo?" Preguntó, por lo que suspiré."Claro que puedes, lo hiciste cuando estábamos en el Norte. Te llevaste bien con todos, manejaste la situación con inteligencia y te mantuviste fuerte en todo momento. Tienes un corazón bondadoso, eres paciente, además eres como una luz, que ilumina cualquier lugar al que llega. Ese es el trabajo de una Luna, es lo que ya hiciste y sigues haciendo sin ningún esfuerzo, eres todo el apoyo que necesito como Alfa." Le dije, poniendo mi mano sobre la suya."No tienes que hacer las cosas exactamente como las hacía Tamia, crea
En realidad, ,e sorprendió verlos a todos allí, ya que ese no era un comportamiento habitual en mí. Rara vez convocaba reuniones y acababa de regresar del Norte después de quedarme allá más tiempo de lo normal. Era lógico que estuvieran ansiosos y tal vez, un poco preocupados porque podían pensar que algo grave estaba pasando.La gente me saludaba con mucho aprecio mientras caminaba de la mano con Amelia entre la multitud. Subimos al escenario y Casper les indicó que guardaran silencio porque les iba a hablar."Manada de la Montaña." Comencé, la gente me gritó, “Alfa”, con emoción."Quiero agradecerles a todos por haberme apoyado durante los momentos más oscuros de mi vida, han sido muy amables y maravillosos conmigo." Les agradecí, ellos aplaudieron, felices."Esta manada ha estado incompleta durante dos años. La reina Tamia cuidó de ustedes y se aseguró de que todo funcionara, apoyándolos a todos cuando era nuestra Luna. Todos saben lo que pasó, y de repente, esta manada quedó incomp
~ Leo ~La noticia de que tomaron el territorio de Kyle me dejó sin palabras. Amelia y yo regresamos a casa, mientras ella iba a la habitación, le conté a Max, quien se quedó igual de sorprendido que yo. "¿Quién se atrevería a desobedecer las órdenes del Rey?" Preguntó Max, sabiendo que Sylvester le había prohibido temporalmente a todos los Alfas adueñarse de otros territorios. Se suponía que sería así hasta que pudiéramos demostrar que los dos Alfas en cuestión habían ganado sin hacer trampa, ya que sus oponentes los habían acusado de haber sentido un efecto parecido al de la plata cuando pelearon en el duelo de Alfas. "Alguien o algunos que se sienten más poderosos y que no deben obedecerle a Sylvester." Respondí, Max se quedó pensativo. Si eran unos rebeldes que no respetaban las leyes, estábamos en un problema aún más grave, porque cualquiera podía ser el siguiente. "También podría ser que Kyle se haya puesto a pelear con alguien y haya terminado mal, tú sabes cómo es él.