~ Sylvester ~Esa conversación me dejo inquieto. Vino estaba asustado y aun así, ella le pedía que aguantara. ¿Acaso no entendía que había consecuencias por sus actos?"¿Te volviste loca? ¿Acaso no sabes todo lo que ha pasado?" Le preguntó Vino, pero ella permaneció en silencio."Sylvester ahora es el Rey. ¡El verdadero Rey! El consejo ya no tiene poder, ahora solo somos asesores. Si Sylvester nos atrapa, nadie podrá salvarnos, ¡nadie! Podrá hacer lo que quiera con nosotros, Amy, y nadie va a cuestionarlo, ni lo enfrentará. Estamos muertos. Gracias a ti, todos nuestros aliados están encerrados o escondidos. Necesito saber quién es este hombre y entender por qué está haciendo esto." Explicó Vino, pero Amanda se negó otra vez."Confía en mí." Insistió ella, pero Vino exclamó con frustración."¿Confiar en ti? Tendría que ser ciego para confiar en ti. Destruyes todo lo que tocas y arruinas a las personas que dice que amas, solo para salvarte. Solo un imbécil podría confiar en ti." La desen
"Entonces, ¿qué planeas hacer?" Le preguntó Amanda, el tono de su voz no me gusto. Había pasado de estar triste a estar calmada, demasiado calmada, tanto que me ponía nervioso."Regresaré a Lucland. Renunciaré a mi posición y me entregaré." Dijo Vino con firmeza, entonces vi cómo Amanda se acercaba a un cajón y supe inmediatamente lo que estaba a punto de hacer. "¡Rápido!" Les ordené a Levi y a Hendrix que entraran a rescatarlo por el enlace. Esperaba que llegaran a tiempo, aunque quería enlazar a Vino para advertirle, no podía delatarme, era muy arriesgado, solo seguí viendo a Amanda con los binoculares, hasta que ella sacó algo del cajón."¿Vas a tirar todo a la mierda solo para no sentirte culpable?" Le preguntó, acercándose a él con calma, como si todo estuviera normal."No, iré a suplicar por ti y por nuestros hijos, ellos realmente necesitarán a su madre y si Sylvester nos atrapa, no dudará en matarnos, pero si me entrego, sé que te perdonará la vida y la de los niños, es un h
"¡Dile algo!" Le grité a Leo."¡Ríndete!" Le gritó a su vez a Amanda, intentando contener su enojo, al instante, vi cómo ella retrocedió tambaleándose."Pónganle las esposas de plata, la mujer es bastante peligrosa." Le ordené a Levi que fuera rápido y así fue.Vi cómo le aseguraba las esposas de plata y escuché el quejido de su loba, sus dientes y garras se desaparecieron al instante.Leo caminó hacia ella y le dio una cachetada. Lo dejé, era lo mínimo que podía permitirle después de que impidiera que la matara, necesitaba calmar a su lobo. Pero Amanda se rio, a pesar de que la cachetada le dejó marcada la cara y tenía la boca llena de sangre."No les voy a decir nada, así que mátenme si no quieren perder su valioso tiempo conmigo." Nos retó."Créeme, lo haremos y disfrutaremos cada segundo." Escuché decir a Tamia, que estaba parada detrás de mí.Recordé que le había dicho que esperara abajo, pero la furia en sus ojos lo decía todo. Después de todo, nadie soporta que le vean la cara d
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas
~ Tamia ~Pasó otro mes en el que las cosas empeoraron entre Leo y yo; ya no pasaba tiempo conmigo y sutilmente se había mudado de nuestro dormitorio. Se veía venir, pero aun así me molestaba. Además, llevaba a Amanda a las funciones a las que lo invitaban y me dejaba a cargo de la manada. Ya estaba trabajando en mi salida, así que me decía a mí misma que solo tomaría un poco más de tiempo. A menudo miraba donde descansaba su marca en mi cuello y quería quitármela. Odiaba verla, tanto que siempre la cubría, al menos mis lágrimas ya se habían secado. Algunas Lunas simpatizaban conmigo y otras felicitaron a Amanda, aunque ella no había sido nombrada Luna aún y yo sabía por qué; Amanda era doctora y no estaba entrenada para la batalla. Nombrarla Luna significaría que tendría que asumir todas mis responsabilidades, incluyendo liderar batallas y supongo que su vida era demasiado importante para eso. Mientras tanto yo planeaba sorprender pronto a Leo.Poco después, estaba sentada en mi o