“¿Dejarías que Devin te hiciera esto?" Preguntó mientras me metía el dedo y hacia círculos. Gemí de placer, luego entendí su pregunta."¡¡¡Ah!! No." Respondí, deseando más."Entonces, ¿qué hicieron afuera?" Inquirió, pero yo ya no podía pensar bien."¡Sylvester!" Gemí."Yo sé lo que quieres, Tamia, pero no vas a conseguir nada hasta que me digas de qué hablaste con él afuera." Dijo, usando su pulgar para frotar mi clítoris. Estaba a punto de venirme y él lo sabía, así que se detuvo, luego me dio una palmadita, bien suave en mi cosita, para evitar que llegara al orgasmo."¡Sylvester!" Grité, impaciente."Dime, Tamia." Exigió, mientras volvía a meter su dedo dentro de mí."Vine a decirte que..." empecé, pero él comenzó a frotar mi clítoris de nuevo con su lengua."Ponte de rodillas en el sofá y agárrate del espaldar." Ordenó, ambos nos levantamos.Estaba tan caliente, podía ver sus feroces ojos oscuros y sus colmillos alargándose, estaba luchando por contenerse.Me puse en la posición q
"Estoy seguro de que sigues siendo igual de peligrosa que antes." Dijo y lo besé."Puedes ver a Devin, quiero que le cuentes lo que esperamos que diga si alguna vez hay una audiencia sobre el tema de la carta que mi mamá le envió. También cuéntale a Leo donde está Amanda. Sé que dijo que se iría, pero estoy seguro de que querrá estar ahí." Agregó, lo miré sin entender qué pasaba.Hace unos minutos me castigó por hablar con Devin en privado y ahora me decía que hablara con él como si nada."¿Estás seguro de que quieres que hable con ellos? Por mucho que intentaras disimularlo, me di cuenta de que no te gustó que hablara con Devin." Le dije, pero negó con la cabeza."No fue eso lo que me molestó, Tamia. Estaba enojado porque decidiste hacerlo a escondidas. Independientemente de tu pasado con ellos, nunca te prohibiría hablar con Devin, Leo o con quien sea, el hecho de que no quisieras que yo me enterara fue lo que me dolió." Confesó, y rápidamente negué esa última parte."Esa no era mi i
~ Tamia ~Toqué la puerta de Leo, estaba dudosa, así que lo hice rápido antes de que me arrepintiera. No quería discutir, pero sabía que debía ser yo quien le informara que por fin íbamos a ver al hombre que envió a Amanda a destruir nuestro hogar.Llame a la puerta."¡Está abierta!" Escuché la voz de Leo responder y entré en la habitación. Estaba empacando sus maletas y quedó sorprendido al verme."Tamia." Me saludó, confundido. "¿Qué haces aquí?" "Amanda va a ir a Grizlo para encontrarse con su pareja. Es más, creo que ya debe estar allá. Así que todos vamos a ir para atraparlos. Sylvester quiso que te lo dijera para que vinieras con nosotros." Dije, él suspiró."¿Él te pidió que me lo dijeras?" Indagó, preguntándose por qué Sylvester no se lo dijo directamente.Ahora que lo pensaba, entendí por qué. Amanda era nuestro problema y quería que trabajáramos juntos para resolverlo."¡No puedo esperar para darle a esa perra el trato que se merece!" Gruñó y vi cómo se le ponían los ojos d
"¿Qué se supone que haga sin ti? Eras todo lo que tenía, el único amor que he conocido es el tuyo, Tamia. Ahora, no sé por dónde empezar, pero de algo si estoy seguro, es que no dejaré que esa perra y sus hijos vivan." Dijo con firmeza mientras abría los ojos.Se veían oscurecidos y supe que era por la rabia. Cada vez que pensaba en Amanda, podía ver cómo se enfurecía. Había sido traicionado, pero él me había hecho lo mismo sin saberlo. No obstante, preferí no decirlo porque quería que sanara."Tienes que tener paz y dejar el pasado atrás. Olvida el dolor y todo lo que no fue, porque ya no tiene sentido llorar sobre la leche derramada. Olvídalo todo, Leo. Estamos donde debemos estar. No dejes que esto destruya esa alma tan noble y bondadosa que tienes. He notado que todos estos problemas han hecho que te olvides de la buena persona que eres, y temo que esa compasión que te hace único, se esfume por completo.Debajo de toda esa rabia, sé que eres un hombre amoroso, fuerte y capaz de per
Aunque sabía que estaba siendo controlado por alguien, yo no podía simplemente ignorar el hecho de que se hubiera dejado usar de esa manera. La avaricia es una enfermedad terrible, y ese hombre era un caso crónico, pero muy pronto lo íbamos a 'curar'.Llegó el momento, y nos vestimos para dirigirnos al aeropuerto. Sylvester había rentado un avión comercial para llevarnos allí, en lugar de irnos en el jet privado, de esa forma, si el desgraciado tenía contactos en el aeropuerto de Grizlo, no sabría de nuestra llegada y no podría escapar. Fue una jugada inteligente, así que felicité a mi compañero por eso.Por otro lado, Leo estaba furioso, al igual que Devin. Ambos querían atrapar al hombre que intentó destruir sus vidas, iniciar una guerra y provocar conflictos.Amanda, su pareja y la persona que les daba las órdenes, habían estado causando demasiados problemas. No había palabras ni hechos que pudieran hacer para enmendar sus acciones. Todos íbamos con el objetivo de atraparlos y darl
~ Sylvester ~Llegar a escondidas a Grizlo fue todo un reto. Creímos que llamaríamos mucho la atención, pero la compañía aérea que usamos se aseguró de que nadie nos viera en el aeropuerto. De hecho, el dueño de la compañía estaba honrado de que usara uno de sus aviones.Ver a Tamia dormida en el sofá del apartamento me hizo dudar si había sido buena idea traerla, pero quería evitar que estuviera en peligro. Además, sabía que, si le pedía que se quedara en casa, se pondría triste de no poder participar, y por último, ella era la única persona que podría evitar que Leo hiciera alguna estupidez.Habría decidido no traer a Leo, pero necesitaba apoyo por si encontrábamos más personas involucradas, además de Amanda y a su pareja. A pesar de lo alterados que estaban a nivel emocional, tanto él como Devin habían probado su lealtad.El maldito llegó en la madrugada, y cuando se bajó de su todoterreno, no pude evitar sentirme profundamente decepcionado; era Vino Lawrence. En cierto modo, me ag
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra