~ Sylvester ~

De repente, todo tenía sentido.

Podía sentir el dolor de Tamia. Darme cuenta de que alguien había destruido su hogar por intereses personales fue algo muy doloroso. Así que, la abracé en la cama hasta que finalmente se quedó dormida, me quedé mirándola y acariciándole el cabello hasta que yo también me dormí.

Me desperté por la mañana y encontré a Tamia caminando de un lado para otro en la habitación, miré el reloj, eran las seis de la mañana, aún adormilado, me pregunté qué habría hecho que se levantara tan temprano.

Observé su pijama, era un delicado camisón, luego vi el pequeño bulto de su vientre. Sonreí, darme cuenta de que pronto daríamos la bienvenida a nuestro hijo al mundo era algo que llenaba mi corazón de alegría. La miré y sonreí. Necesitábamos ponerle fin a los problemas que nos rodeaban lo antes posible, por ahora, me levanté de la cama y fui a abrazarla.

Ella se sobresaltó un poco, me di cuenta de que estaba tan concentrada en sus pensamientos que no notó