"Glenda tiene excelentes ideas para nuestro uniforme." Dijo Dominic y yo le contradije. "Tamia ya se encargó de eso, debió haberlo mencionado antes." Repliqué y él gruñó. "Esa aburrida combinación tonal de blanco y negro es bastante insípida. Ese diseño monocromo para el baile es demasiado soso, a decir verdad." Comentó, por lo que suspiré. "Sea insípido o no, mi mujer quiere que lleve un uniforme blanco y negro, yo soy el Lord, así que usaré lo que ella desee. Si quiere pintar toda la mansión del color que le guste, se lo permitiré, haré lo que sea para hacer feliz a mi dama y espero que también sepas que mi boda se acerca. E igualmente y no menos importante, necesitas empezar a respetar a Tamia, después de todo es tu cuñada, Dominic. Además, ella fue quien te sacó de ese asunto." Le recordé y su expresión cambió. "De qué manera le he faltado yo al respeto, ¿acaso se quejó de mí? He sido amable con ella, siempre estaré agradecido por lo que hizo, pero sabes que soy el hermano
~ Sylvester ~ Me quedé totalmente sin palabras. Por otro lado mi madre me observaba con atención, parecía genuinamente preocupada y sabía por qué. Quise hablar, pero me interrumpió. "Esa muchacha ha pasado por mucho y en serio te ama con todo su corazón, Sylvester. No la defraudes." Dijo con lágrimas formándose en sus ojos. "Siempre quise tener una hija y nunca la tuve, pero extrañamente, tengo ese vago sentimiento de que Tamia lleva mi sangre." Confesó mientras se secaba las lágrimas. "La aprecio mucho Sylvester, y amo lo que tienen ustedes dos. Por favor, cuida ese sentimiento." Rogó, juntando las manos para suplicarme. "No rompas el corazón de mi Tamia. Sé que Susan fue tu primer amor y que nunca la superaste, pero por favor, recuerda que Tamia merece algo mejor. Tu boda y la ceremonia de reclamo serán en siete semanas, por favor, no la decepciones a ella ni a mí. Si lo haces, me iré con ella y mi nieto, incluso olvidaré que eres mi hijo." Afirmó con una mirada de convicción
"Mi lord, Bricks se dio cuenta de que lo estaban siguiendo, así que intentó escapar. Tuve que intervenir y arrestarlo." Confesó Noelle.Me sentí decepcionado porque significaba que no encontraríamos nueva información, tal y como lo habíamos planeado. "¿Y ahora, que haremos para conseguir más información?" Le pregunté y suspiró. "Por eso lo llamé. Dijo que trabaja para el vocero del consejo, Jacob Mikhailov." Respondió, al instante, sentí un alivio al saber que finalmente teníamos un nombre vinculado a alguien del consejo. "Están financiando a un grupo extremista que busca democracia y liberación." Continuó y quedé pasmado de la sorpresa. "Asegura que quieren poner al consejo a cargo, quitándole el poder al lord, mientras que las regiones estarían bajo el mando de gobernadores." Añadió. Me pregunté por qué había dado nombres tan rápido y le había contado a Noelle sus planes. "¿Por qué te contó todo esto?" Le pregunté y suspiró. "Lo torturé y le dije que sería juzgado por t
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas
~ Tamia ~Pasó otro mes en el que las cosas empeoraron entre Leo y yo; ya no pasaba tiempo conmigo y sutilmente se había mudado de nuestro dormitorio. Se veía venir, pero aun así me molestaba. Además, llevaba a Amanda a las funciones a las que lo invitaban y me dejaba a cargo de la manada. Ya estaba trabajando en mi salida, así que me decía a mí misma que solo tomaría un poco más de tiempo. A menudo miraba donde descansaba su marca en mi cuello y quería quitármela. Odiaba verla, tanto que siempre la cubría, al menos mis lágrimas ya se habían secado. Algunas Lunas simpatizaban conmigo y otras felicitaron a Amanda, aunque ella no había sido nombrada Luna aún y yo sabía por qué; Amanda era doctora y no estaba entrenada para la batalla. Nombrarla Luna significaría que tendría que asumir todas mis responsabilidades, incluyendo liderar batallas y supongo que su vida era demasiado importante para eso. Mientras tanto yo planeaba sorprender pronto a Leo.Poco después, estaba sentada en mi o