Chloe tiene una actitud suelta, una vez que se da cuenta que la personalidad de Evelyn no se parece en nada a la de Wilhelm.—Mi madre trabajó para su padre —le cuenta mientras Evelyn insiste en ayudarla pelando algunas verduras —. Yo estudié cocina. Se supone que trabajaría para el mismo hombre que mi madre, pero falleció y Wilhelm me dio empleo sin dudarlo. Es un joven muy atento con todos nosotros, pero le gusta mantener las cosas para sí mismo. Me alegra que por fin encontrara a alguien que lo aprecie y este aquí para él. Tal vez así ya no se encuentre tan solo.—He visto varias… notas sobre sus parejas, ¿no vivían aquí?—No —Chloe parece un poco dudosa, pero al final resuelve seguir hablando —. Todos conocemos los rumores y esas cosas, pero nunca trajo a ninguna de ellas a casa — le da una sonrisa a Evelyn —. Por eso sé que usted es la elegida para él.Evelyn se siente incómoda casi de inmediato. Sabe que debe acostumbrarse a ello, a que todos la vean como la esposa amada de Wilh
—¡Evelyn, cariño! Estaba preocupada por ti, ¿estás bien? ¿Por qué has tardado tanto en ponerte en contacto? ¿Pasó algo con el avión?—Mamá, por favor. Estoy bien.La voz de Margaret Taylor al teléfono reconforta a Evelyn de una manera que la hace sentir levemente incómoda. Ama a su madre y a su padre, lo hace de corazón, pero siguen siendo las personas que, por más que ella quiera creer lo contrario, la orillaron a casarse con Wilhelm.—El cambio de horario me molesta un poco, estoy tratando de adaptarme y no estoy muy segura de la hora que es allá.Ambas saben que es una excusa, el jet lag apenas ha hecho algo por Evelyn y podía buscar la hora de Inglaterra en su celular en cualquier comento, pero su madre se lo deja pasar.—Bueno, Evvy. No es ningún problema, lo bueno es que ya estás en contacto. Oh, deja que le diga a tu padre— luego, habla más allá del audífono. Evelyn puede imaginarla en la sala principal, leyendo alguna de sus revistas, gritándole a su padre que estará en su of
Wilhelm y Evelyn caen en una rutina rápidamente.Por la mañana, ven las noticas en la sala principal y desayunan juntos en el comedor, bajo la alegre supervisión de Chloe, a la que le ha gustado tomar la costumbre de preguntar a Evelyn sobre sus platillos favoritos para complacerla, tal vez esperando compensar el altercado del primer día. Evelyn la insta a cocinar lo que guste, pero siempre le deja saber una que otra comida que preferiría, para mantenerla al tanto y no hacerla sentir mal.Wilhelm suele ser callado en el desayuno, Evelyn se da cuenta de inmediato. Al parecer, se levanta muy temprano para ir a entrenar al gimnasio de abajo y solo sube cuando Evelyn le avisa que la comida está lista. Por lo general, Wilhelm suele tomarse una taza de café muy cargado y Evelyn prefiere el té.Luego de comer, Wilhelm toma una ducha y se encierra en su estudio. Evelyn comienza a imitarlo luego del primer día. Ella se acicala en su propio baño y mientras las chicas de la limpieza, que no sue
A punto de cumplir una semana viviendo con Wilhelm en California, Evelyn entiende mucho mejor su situación y ha comenzado a llevarse de manera regular con su nuevo esposo.Wilhelm es un hombre atento y amable con ella, se apega a la rutina que Evelyn quiera seguir y generalmente le da su espacio en alguna parte del día mientras él trabaja en su estudio. Evelyn ha aprovechado su tiempo trabajando, pintando encargos y centrándose en ampliar su negocio.El día a día en la casa es tranquilo y Evelyn siente que todo está bien.Sin embargo, esa mañana, Liam ha llegado a la casa como es costumbre de alguno de los socios y, en lugar de pasar de largo hacia la puerta luego de salir del estudio de Wilhelm, se ha detenido en la cocina y se ha sentado junto a Evelyn en la isla.—Buenos días, lindura —le dice con una sonrisa fácil en su cara. Evelyn se sobresalta un poco, no esperando su voz, pero luego continúa con su tarea de pelar papas.—Hola, señor Anderson.—Oh, no te preocupes por las forma
Wilhelm mira a Evelyn con un nuevo calor subiendo por sus ojos, pero no responde de inmediato. Observa su postura, el rostro descompuesto en enojo y las manos en puños.—¿Qué ha causado este… cambio de opinión?—¿Acaso importa? ¿No me escuchaste? Quiero hacerlo, ahora.—Importa, porque lo que tengo en mente requiere tu consentimiento y no pienso que tu estado sea consiente.Evelyn hace un ruido de exasperación. Por una vez, quiere que Wilhelm deje de lado esa serenidad suya. Ha llegado a conocerlo y es tan estoico como cualquier magnate. Y eso, sin embargo, le hace a Evelyn repensar rápidamente sus opciones.—Tienes mi permiso, Wilhelm. Vamos, ahora.—Sigues diciendo eso, pero tus ojos están empañados en enojo. Evelyn, esto no es consentimiento, no si mañana te arrepentirás y me culparas de no haberte detenido mientras no estabas en tus cinco sentidos.Evelyn se esfuerza por respirar. Tiene que pensar rápido y hay algo que se le ocurre al instante: Wilhelm, lo sabe, la desea en lo fís
Evelyn amanece en la cama de Wilhelm por segunda vez.Por la ventana, el sol apenas está comenzando a asomarse y no hay señales de Wilhelm. Evelyn trata de no tomárselo personal, conoce como es la rutina del hombre, a esta hora debe estar en el gimnasio. Sin embargo, siente una punzada nerviosa en el estómago, ¿acaso Wilhelm ha huido de ella?Sacude la cabeza, alejando esos pensamientos. Evelyn ha decidido confiar en Wilhelm ahora y eso implica darle su espacio al hombre. Además, se dice, no es nada.Piensa en utilizar el baño de Wilhelm, pero quiere lavarse los dientes para evitar el mal olor de la mañana y se dirige a su habitación. Cuando ve su cuarto limpio y recogido se da cuenta, de repente, que ha pasado poco más de doce horas desde que se encerró con Wilhelm para someterse a él.Evelyn se presentó ante él, poco antes del mediodía y luego tuvieron sexo por el resto del día hasta el anochecer. La primera vez fue espléndida, una total experiencia para Evelyn y Wilhelm pudo demost
Se ponen cómodos en el estudio de Wilhelm. Evelyn cree que debería haber ofrecido su propio estudio como lugar de reunión, pero siente que dejar entrar ahí a Wilhelm sería demasiado, luego de apenas aceptar la idea de que le gusta. Por eso, en su lugar, Evelyn se sienta en el sillón bajo sus propios cuadros y Wilhelm revuelve en sus cajones por un momento antes de sentarse junto a ella y entregarle unos papeles.—¿Qué es esto? —pregunta Evelyn con curiosidad.—Bueno, antes de que aceptaras ser mi esposa, me tomé el tiempo para buscar algunas de la universidades artísticas que tuvieran pintura dentro de su programa aquí en Los Ángeles — Wilhelm se encoje de hombros —. Hay varias, para mis sorpresa, pero al final terminé centrándome en las que tiene algo de prestigio internacional, porque imaginé que serían las que más te interesarían a ti. Estas son las opciones que encontré para ti. Échale un vistazo. Por un momento, Evelyn se detiene a pensar en el hecho de que Wilhelm hizo esto inc
Wilhelm comienza el fin de semana sugiriendo a Evelyn salir a dar un paseo. Evelyn, por supuesto, acepta de inmediato.Después del desayuno, en su habitación, Evelyn consigue unos pantalones de tiro alto, una blusa de tirantes amarrilla con adornos negros de encaje y un par de tenis blancos para combinar. Se deja el pelo suelto luego de peinarlo, permitiendo que las ondas de su cabello caigan libres. Wilhelm, por otro lado, se viste tan formal como Evelyn siempre lo ha conocido: pantalones de tela hechos a la medida, una playera de botones con las mangas dobladas en los codos y unos zapatos relucientes. Wilhelm espera a Evelyn en la entrada de la puerta y cuando Evelyn se acerca, se da cuenta de que el hombre está platicando con Mark. Evelyn asume que son cosas de seguridad y Chloe, que se asoma desde la concina, se lo confirma. Ha vuelto a hablarle con relativa normalidad y Evelyn se ha propuesto ser más amable que nunca con ella, a pesar de aún rehuir de su mirada.—El señor Evans