Wilhelm le indica que una de las puertas del otro lado del pasillo es su estudio.—Cómo te dije, generalmente trabajo desde casa en estos días. Mi presencia es requerida en reuniones importantes algunas veces, pero mi empresa ha llegado a ser capaz de sostenerse por sí sola— se ríe un poco—. Aunque eso es más una mentira, tengo tres socios que me ayudan a dirigir todo, por lo que no te sorprendas si ves a alguno de ellos aquí, suelen aparecerse para tratar cosas conmigo.—¿Son socios o empleados tuyos?—Socios, se llevan parte del crédito en todo y tienen acciones compartidas, aun si la empresa es totalmente mía.—¿Y por qué los dejas?—Nos movemos en el mismo círculo desde hace años, yo también soy inversor en sus propias empresas.—Son el seguro del otro —comenta Evelyn, porque ha visto eso con su padre muchas veces, de hecho, eso fue lo que le llevó a la ruina: confió en el hombre equivocado.—Exacto, en caso de que algo vaya mal con mi fortuna, ellos serán capaces de mantener mi e
Wilhelm sale de la habitación poco después, dejando a Evelyn sola para asimilar la magnitud de su regalo.Se sienta en el escritorio y activa la computadora. Está totalmente instalada, así que solo se asegura de abrir sesión en sus aplicaciones de arte más usadas y acomodar sus correos para eBay. Esta es la última aplicación que abre y se sorprende de ver algunos pedidos atrasados. Hay cinco mensajes en su bandeja de entrada, el más antiguo de hace tres días. Dos buscan retratos familiares, uno quiere que redimensione un paisaje y el último es un encargo de los picantes.Evelyn acepta todos de buena gana. Negocia el precio por un tiempo, debido al cambio en el precio de envío de los lienzos y al final tres de los pedidos son encargados formalmente. El retrato y el paisaje son cosas fáciles, recibe las fotos que quieren hacer en pintura de inmediato. El último trabajo, por otro lado, es muy específico y Evelyn se muerde el labio leyendo el mensaje, pero lo acepta. Ya ha hecho dibujos s
Evelyn, de un momento a otro, siente como la atmósfera de la habitación cambia. Hasta ahora, habían tenido una conversación tranquila, fácil hasta cierto punto, pero cree saber hacia dónde se dirige la mente de Wilhelm.—Sí, claro. Dime.—No eres tonta, querida Evelyn. Me doy cuenta de que no eres una persona ignorante, conoces perfectamente el medio en el que nos desenvolvemos y cómo son las personas de este mundo.Eso es verdad, por más que Evelyn se haya ido por poco más de dos años del lado de sus padres, olvidando su fortuna y responsabilidad, estas nunca desparecieron del todo de sus sistema. Creció con los millonarios hipócritas y eso le afecto en la “vida común”. Por eso Liana es su única amiga, porque no confía con facilidad e incluso con ella le había costado no mantenerse alerta y empezar a compartir cosas de su día a día. En el mundo de los padres de Evelyn no existe tal cosa como la confianza o las amistades sinceras y Evelyn está aprendiendo, poco a poco, a caer de vuelt
El resto del día, Wilhelm y Evelyn se la pasaron charlando y conviviendo como si fueran amigos lejanos que no se veían hace tiempo.Evelyn se enteró de que Wilhelm tiene una madre que vive también en California, pero su padre falleció hace algunos años y ella se ha vuelto a casar con un hombre que, por las descripciones de Wilhelm, parece agradable. Evelyn le habló un poco de su familia, pero no había mucho que decir que Wilhelm no supiera ya. Henry Taylor y Wilhelm Evans se conocen desde hace casi diez años y su relación siempre ha sido llevadera, por lo menos hasta la boda.Wilhelm parecía interesado en complacer a Evelyn en todo y vieron una película juntos en el cine privado de la casa. Almorzaron comida rápida que, para sorpresa de Evelyn, llegó muy rápido.—Es mi propia agencia de entregas —comentó Wilhelm —. Tiene mi dirección registrada y no suelen tardarse mucho, por si te interesa pedir algo.Evelyn trató de relajarse y conocer mejor a Wilhelm durante el día, tenía gustos pe
El primero en entrar es un hombre rubio, de ojos cafés y piel ligeramente bronceada. Parece rudo con las mangas de su traje levantada, revelando algunos tatuajes en los brazos. No parece ser estadounidense, de hecho, tiene un parecido italiano que se confirma cuando le habla a Wilhelm.—Ciao, Evans. Tu personal nos dejó entrar. Dijeron que estabas en tu estudio, pero no que estabas acompañado —le lanza una mirada a Evelyn que la hacer retroceder. Wilhelm tira de ella y Evelyn rodea el escritorio hasta quedar cerca de él, que se ha parado para recibir a sus socios—. Adorable juguete.El segundo hombre tiene una cara más amigable, tiene el pelo negro y una apariencia despreocupada. Está viendo su teléfono con insistencia, pero levanta la cabeza cuando el rubio termina de hablar. Evelyn cree reconocerlo de algún lugar.—Ah —sonríe y Evelyn nota las arrugas en la comisura de sus ojos, como sonriera a menudo —. Una chica preciosa, Evans. No puedo creer que este todavía aquí, ¿no ha amaneci
Chloe tiene una actitud suelta, una vez que se da cuenta que la personalidad de Evelyn no se parece en nada a la de Wilhelm.—Mi madre trabajó para su padre —le cuenta mientras Evelyn insiste en ayudarla pelando algunas verduras —. Yo estudié cocina. Se supone que trabajaría para el mismo hombre que mi madre, pero falleció y Wilhelm me dio empleo sin dudarlo. Es un joven muy atento con todos nosotros, pero le gusta mantener las cosas para sí mismo. Me alegra que por fin encontrara a alguien que lo aprecie y este aquí para él. Tal vez así ya no se encuentre tan solo.—He visto varias… notas sobre sus parejas, ¿no vivían aquí?—No —Chloe parece un poco dudosa, pero al final resuelve seguir hablando —. Todos conocemos los rumores y esas cosas, pero nunca trajo a ninguna de ellas a casa — le da una sonrisa a Evelyn —. Por eso sé que usted es la elegida para él.Evelyn se siente incómoda casi de inmediato. Sabe que debe acostumbrarse a ello, a que todos la vean como la esposa amada de Wilh
—¡Evelyn, cariño! Estaba preocupada por ti, ¿estás bien? ¿Por qué has tardado tanto en ponerte en contacto? ¿Pasó algo con el avión?—Mamá, por favor. Estoy bien.La voz de Margaret Taylor al teléfono reconforta a Evelyn de una manera que la hace sentir levemente incómoda. Ama a su madre y a su padre, lo hace de corazón, pero siguen siendo las personas que, por más que ella quiera creer lo contrario, la orillaron a casarse con Wilhelm.—El cambio de horario me molesta un poco, estoy tratando de adaptarme y no estoy muy segura de la hora que es allá.Ambas saben que es una excusa, el jet lag apenas ha hecho algo por Evelyn y podía buscar la hora de Inglaterra en su celular en cualquier comento, pero su madre se lo deja pasar.—Bueno, Evvy. No es ningún problema, lo bueno es que ya estás en contacto. Oh, deja que le diga a tu padre— luego, habla más allá del audífono. Evelyn puede imaginarla en la sala principal, leyendo alguna de sus revistas, gritándole a su padre que estará en su of
Wilhelm y Evelyn caen en una rutina rápidamente.Por la mañana, ven las noticas en la sala principal y desayunan juntos en el comedor, bajo la alegre supervisión de Chloe, a la que le ha gustado tomar la costumbre de preguntar a Evelyn sobre sus platillos favoritos para complacerla, tal vez esperando compensar el altercado del primer día. Evelyn la insta a cocinar lo que guste, pero siempre le deja saber una que otra comida que preferiría, para mantenerla al tanto y no hacerla sentir mal.Wilhelm suele ser callado en el desayuno, Evelyn se da cuenta de inmediato. Al parecer, se levanta muy temprano para ir a entrenar al gimnasio de abajo y solo sube cuando Evelyn le avisa que la comida está lista. Por lo general, Wilhelm suele tomarse una taza de café muy cargado y Evelyn prefiere el té.Luego de comer, Wilhelm toma una ducha y se encierra en su estudio. Evelyn comienza a imitarlo luego del primer día. Ella se acicala en su propio baño y mientras las chicas de la limpieza, que no sue