El discurso de su padre deja a Evelyn llorando. No quiere hacer un espectáculo en la mesa, pero luego de toda una tarde soportando las lágrimas estas caen sin control.Liana toma su mano y Wilhelm solo mira fijamente a su padre.La comida comienza a llegar, los camareros salen de la cocina con grandes bandejas repletas de platillos. La madre de Evelyn se aseguró de que los chefs fueran de renombre y Evelyn se sabe el menú de memoria luego de que ella la obligará a discutir las opciones. De entanda hay ensalada de remolacha asada con queso de cabra y nueces; para el plato principal, pollo relleno de hierbas y limón, con puré de papas y espárragos salteados y de postre, Evelyn eligió un Eton Mess.Todo es del antojo de Evelyn, pero ahora misma siente que no puede comer nada.—¿Necesitas salir de aquí? — pregunta Wilhelm en su oído.Evelyn se sobresalta, pero asiente. Wilhelm se pone de pie de inmediato y la arrastra con él de la mano. Evelyn puede ver como su madre se acerca a la distan
Wilhelm toma la mano de Evelyn durante todo el viaje en carro hacia el aeropuerto. Su marido también se ha cambiado, lleva un pantalón de lona y una chaqueta cerrada, pero sigue siendo imponente. El chofer que Wilhelm ha contratado no dice ninguna palabra y la pareja también se mantiene silenciosa.Evelyn comienza a sentir los nervios florecer, pero le duelen los pies por los tacones y se resigna a ver por la ventana. En un momento dado, pasan junto a la calle en la que, hace apenas poco más de una semana, Liana y ella pasaron cantando a todo pulmón en el auto, camino a la universidad.Evelyn se siente ridícula, porque ni siquiera ha pisado el avión y su corazón ya extraña lo que está por dejar atrás.Finalmente, llegan al aeropuerto Leeds Bradford sin inconvenientes. Wilhelm no suelta su mano y la conduce fuera del auto mientras despide al chofer, insiste en llevar su bolso de mano y ella no lucha. Hay movimiento en el edificio, pero un hombre de traje, con aspecto grande, se acerca
Evelyn no siente cuando el avión aterriza, ni siquiera las primeras veces que Wilhelm intenta despertarla.—Esposa…Al tercer intento, Evelyn se despierta algo sobresaltada. Se quita el antifaz y las orejaras para descubrir a Wilhelm inclinado hacia ella, está sonriendo.—Hemos llegado.Wilhelm le da tiempo a Evelyn para desperezarse y acomodar su ropa y cabello ante de bajar. Mark, que saluda a Evelyn con la cabeza, guía el camino por la pista.Durmió tan profundamente que no sintió las casi once horas de vuelo.—Sabes —le dice a Wilhelm mientras caminan hacia el aeropuerto —, cuando nos divorciemos, pediré ese jet.Wilhelm suelta una carcajada. Evelyn se queda de piedra un momento, es la primera vez que escucha a Wilhelm reír con tanta libertad. Es un sonido bueno, diferente, a la voz profunda del hombre, su risa está cargada de algo como la despreocupación y fascina a Evelyn, contra su voluntad, en seguida.No es hasta que ve el letrero que hay sobre una de las puertas de entrada q
Evelyn sabe que tiene que luchar, porque no es real, pero se ha despertado de golpe y siente como la sangre corre con fuerza por todo su sistema. No lo ama, no lo conoce pero, oh, como lo desea. Desde el aniversario de sus padres, desde mucho antes. Y él la quiere, le ha dicho que le gusta.¿Sería tan malo dejarse llevar?Se da la vuelta y lo enfrenta. Wilhelm es mucho más alto que ella, pero se inclina para verla a los ojos y parece encontrar lo que busca porque la besa.No es un roce de labios, es un beso como el que le dio cuando dijo “Sí, acepto”.Hay dientes y lengua y una mano grande deslizándose por el trasero de Evelyn. Wilhelm tiene hambre de ella y Evelyn se deja llevar porque le queda un año junto a él y sabe que esto es inevitable.—Evelyn… —Wilhelm se separa, pero no lo suficiente como para que Evelyn deje de sentir su aliento contra su rostro —. ¿Estás segura de esto? —Sí —es mentira, pero lo quiere, incluso sí su corazón le grita que no. Su mente su a nublado y los pen
Evelyn se despierta sola en la habitación.Tiene un dolor en la parte baja muy leve, algo persistente. Su cuerpo se siente relajado, pero en cuanto se da la vuelta en la cama y el olor de Wilhelm le llega a la nariz, da un brinco.Los recuerdos de la noche anterior le llegan a la mente y gime contra las sábanas.Lo ha disfrutado, de eso no hay duda. Pero no quería poder hacerlo. Siente como sí se hubiera traicionado a sí misma. No ama a Wilhelm, a pesar de la gran atracción que siente por él. Esto no es más que un contrato más allá del matrimonio, es por sus padres y por su futuro. Entonces, ¿por qué anoche estaba tan ansiosa de que Wilhelm la tomara? ¿Por qué le dijo que lo quería? ¿Por qué no le dijo que no?Las preguntas dan vuelta en su mente, pero ella sabe las respuestas a ellas: quería lo que pasó anoche y lo volverá a hacer cuando el hombre lo pida. No tiene control de sí misma en lo que respecta a Wilhelm.—Concéntrate —se susurra a sí misma y se baja de la cama.El dolor en
Wilhelm le indica que una de las puertas del otro lado del pasillo es su estudio.—Cómo te dije, generalmente trabajo desde casa en estos días. Mi presencia es requerida en reuniones importantes algunas veces, pero mi empresa ha llegado a ser capaz de sostenerse por sí sola— se ríe un poco—. Aunque eso es más una mentira, tengo tres socios que me ayudan a dirigir todo, por lo que no te sorprendas si ves a alguno de ellos aquí, suelen aparecerse para tratar cosas conmigo.—¿Son socios o empleados tuyos?—Socios, se llevan parte del crédito en todo y tienen acciones compartidas, aun si la empresa es totalmente mía.—¿Y por qué los dejas?—Nos movemos en el mismo círculo desde hace años, yo también soy inversor en sus propias empresas.—Son el seguro del otro —comenta Evelyn, porque ha visto eso con su padre muchas veces, de hecho, eso fue lo que le llevó a la ruina: confió en el hombre equivocado.—Exacto, en caso de que algo vaya mal con mi fortuna, ellos serán capaces de mantener mi e
Wilhelm sale de la habitación poco después, dejando a Evelyn sola para asimilar la magnitud de su regalo.Se sienta en el escritorio y activa la computadora. Está totalmente instalada, así que solo se asegura de abrir sesión en sus aplicaciones de arte más usadas y acomodar sus correos para eBay. Esta es la última aplicación que abre y se sorprende de ver algunos pedidos atrasados. Hay cinco mensajes en su bandeja de entrada, el más antiguo de hace tres días. Dos buscan retratos familiares, uno quiere que redimensione un paisaje y el último es un encargo de los picantes.Evelyn acepta todos de buena gana. Negocia el precio por un tiempo, debido al cambio en el precio de envío de los lienzos y al final tres de los pedidos son encargados formalmente. El retrato y el paisaje son cosas fáciles, recibe las fotos que quieren hacer en pintura de inmediato. El último trabajo, por otro lado, es muy específico y Evelyn se muerde el labio leyendo el mensaje, pero lo acepta. Ya ha hecho dibujos s
Evelyn, de un momento a otro, siente como la atmósfera de la habitación cambia. Hasta ahora, habían tenido una conversación tranquila, fácil hasta cierto punto, pero cree saber hacia dónde se dirige la mente de Wilhelm.—Sí, claro. Dime.—No eres tonta, querida Evelyn. Me doy cuenta de que no eres una persona ignorante, conoces perfectamente el medio en el que nos desenvolvemos y cómo son las personas de este mundo.Eso es verdad, por más que Evelyn se haya ido por poco más de dos años del lado de sus padres, olvidando su fortuna y responsabilidad, estas nunca desparecieron del todo de sus sistema. Creció con los millonarios hipócritas y eso le afecto en la “vida común”. Por eso Liana es su única amiga, porque no confía con facilidad e incluso con ella le había costado no mantenerse alerta y empezar a compartir cosas de su día a día. En el mundo de los padres de Evelyn no existe tal cosa como la confianza o las amistades sinceras y Evelyn está aprendiendo, poco a poco, a caer de vuelt