ASHER

Mía. Holly Prince es solo mía, cuando le coloco el anillo en el dedo, nace en mí una nueva posesividad, levanto la mirada por breves segundos y me doy cuenta de que mi abuelo está sonriendo, y no es una sonrisa casual, es… algo malévolo que emana de su acción.

Él quería esto tanto como yo, él tenía razón cuando dijo que Holly es una mujer hecha para un Van Doren. Aún puedo saborear en la boca el dulce sabor de su coño inocente. El sonido de los aplausos y voces felicitándonos, hacen que la vea, se ve hermosa, soy consciente de que ha robado muchas miradas toda la velada, y eso me irrita.

No quiero que nadie incluso se la imagine desnuda, ella es mía, esto que siento nunca lo sentí con Eva, quien me mira a lo lejos con lágrimas en los ojos, ella pudo haber traído puesto el mismo vestido estando juntos, y no me importaría, pero con Holly es distinto, quiero cubrirla de pies a cabeza para que no la sigan mirando con ojos lascivos.

—¡Dense un beso! —grita alguien y es mi madre so