El estrés te puede lastimar más de lo que imaginas...Gianna.Me había despertado en una camilla y en un lugar diferente en el que estaba, antes de caer dormida. Me había sentido un poco indispuesta, al recordar el vídeo en el que Mikhail tuvo el accidente.Me empecé a sentir mal y aunque mucho tiene que ver con el estrés de volver a Italia, la falta de desayunar también me afectó mucho. Siempre se me olvidaba comer y estoy aprendiendo nuevamente a tener control de la comida.—¿En dónde estoy? —pregunto, abriendo los ojos y adaptándome a la luz—. ¿Qué me pasó?Miro hacia los lados, pero no encuentro a nadie. Me siento en la camilla y veo que hay una intravenosa en mi brazo izquierdo.Todo está tan mal ahora...—¿Saliste de casa sin desayunar? —veo como Thomas se acerca con Alek—. Gianna, debes comer bien. Te recuerdo que no estás sola. Tienes otra vida que depende de ti y si caes, lo dejarás solo. Eres su madre.—Te juro que se me ha olvidado. Estaba pensando en muchas cosas y olvidé
Todo era demasiado bueno y perfecto, para ser real.Unas horas más tarde…Gianna.Había pasado un rato desde que me pusieron suero para hidratarme y pronto sería dada de alta, para poder irme a casa. Quería empacar todo y desaparecer lo más rápido posible. No quería estar más aquí, no después de ver ese vídeo que me dio miedo.Miedo de Mikhail y la persona que está detrás de esa familia.No sabía que las cosas eran así.No quería ir a la empresa o a algún otro lugar. Tal vez pasar unas vacaciones en Sicilia sería algo bueno para mi hijo, para que conociera la ciudad en la que nació su mamá. Tenía mis ciertas dudas sobre muchas cosas, pero ahora que estoy aquí, si hablo con la abuela de Mikhail, probablemente, me dejen ir. Explicarle las cosas y decirle que sí seguiría siendo parte de la vida de Alek.No sé, cualquier idea es muy buena ahora mismo.—Pero mira a donde te vine a encontrar y con semejante regalo —la voz de Natasha, me eriza la piel—. Menos mal que la mala de la película e
¿Y si hacemos un muñeco?Gianna.No sé cuánto ya había aguantado este día y sinceramente quería que se acabara. Estaba agotada mentalmente y recién empezaba el fin de semana.Natasha definitivamente era una zorra, que sabía cómo aparecer para molestarnos a todos y mi flamante esposo, era un imbécil. Estaba agradecida de que él apareciera y la mandara casa de regreso, pero me daba un poco de temor, que también supiera que tengo un hijo.Sí, le puse el nombre del abuelo de Mikhail a Alek, porque me pareció un nombre hermoso. Además, no pensaba que los volvería a ver. Por esa razón también lo hice. Mi hijo lleva mi apellido y al estar casada, pues, ¿ya saben como funcionan las cosas?—¿Ya podemos volver a casa? —pregunta Thomas, al verme llegar—. Tuviste un despertar muy digno de un melodrama. ¿Qué se siente ser la favorita de los rusos?Lo miro mal, haciéndolo reír.—Comparto el pensamiento de mi despertar —me río, estábamos saliendo del hospital, Alek venía cantando, una de sus cancion
Días después...Gianna.Mi fin de semana había sido tranquilo y creo que se me fue volando. Thomas y yo tomamos la decisión de meter en el kínder a Alek, para que no se atrase con las clases. Quería que Thomas fuera su profesor particular, pero él debía hacer algunos trámites para poder ser reconocido y ejercer su profesión.Así que parte de mi fin de semana, había sido de conseguir un colegio para Alek. Conseguí uno cerca de la compañía y era prácticamente todo el día. Cosa que era buena, porque Thomas arreglaría sus papeles de migración y yo trabajaría hasta que él saliera del colegio.Yo quería llevar la fiesta en paz con Mikhail. Yo no quería problemas en mi lugar de trabajo, pero a este hombre le vale. Lo bonito que hizo para hacer que Alek se bañara, lo destruyó en la mañana cuando llegó a la oficina con sus ínfulas de idiota. Yo tomé la decisión de quedarme en la empresa porque no aceptaron la renuncia y desaparecer no podía porque me quitaran al niño.A final de cuentas, ello
Él tenía la facilidad de llevarme al cielo y estrellarme en la realidad.Gianna.Me sentía extraña ahora mismo mientras nos estábamos viendo a los ojos. Él claramente quería y yo también, somos dos adultos con deseos de estar juntos… aunque lo negáramos. Había una estúpida tensión sexual.Es difícil mantener una fachada tranquila, cuando es el subconsciente el que te traiciona y te obliga a actuar de otra forma.Juré no volver a estar con él, pero ese juramento pierde validez cuando lo tengo frente a mí.Lo veo abandonar el baño prácticamente corriendo para ir por su celular. Estaba lleno de pánico al salir de aquí. Ahí la pierna no le dolió.—Supongo que soy repugnante ante sus ojos ahora —me levanto del suelo también y miro mi aspecto—. Ay, Gianna. ¿Por qué tienes que ser tan tonta?Tomo la ropa que se había caído y con cuidado me la empiezo a poner. Esta vez era un pantalón beige holgado con una camisa blanca que cubría hasta mis codos. Obviamente tenía ropa interior de encaje, q
Al día siguiente...Gianna.Todo había marchado bien en la mañana, Mikhail tuvo una muy bonita resaca debido a la cantidad de alcohol que tomó anoche, pero entre todo lo malo, me pareció divertida la actitud que salió a relucir, después de unas cuantas copas.La mayor parte de la noche, creí que al verlo caer dormido, no podría irme, pero la realidad fue otra.Después de quedarme dormida, recibí un mensaje de Thomas que tenía que hacer unas cosas y debía traerme a Alek. Un bonito regalo sorpresa, lleno de mucha energía, despertó a Mikhail.—Siento que la cabeza me va a explotar —se queja, sentándose en la silla del comedor, viendo a Alek desayunar—. Dejé que la señora Madison se fuera y ahora no tengo idea de dónde escondió los medicamentos.—¿Te esconden la medicina? —pregunto, revisando las gavetas de la cocina—. ¿Acaso eres un niño que necesita que le escondan las cosas para que no caigas en sobredosis?Alek abre la boca con sorpresa.—Mamá las esconde en la luna —asiente convenci
Gianna.Después de hablar con mi madre un buen rato, decido ir a buscar Mikhail para irnos a casa. Fue algo rápido porque mi mamá no se sentía cómoda con mi presencia y a mí también me incomodaba tener que estar en esa casa.Bajé las escaleras de la entrada de la casa y veo como Mikhail estaba alimentando a un gatito pequeño junto con Alek.Ni parece el hombre que me saca de quicio.Sigo viendo cómo lo acariciaba y le explicaba a Alek cómo debía tratar a los animales. Mi corazón me da un latido, que me hace sonreír.Tan tierno y lindo.No. Mi hijo es tierno y lindo.—Ya he terminado, ¿nos vamos o tienes que hacer otra cosa aquí? —pregunto, interrumpiendo el momento adorable de los dos.—No, ya hemos terminado. Los llevo a casa —le da una última caricia al gatito, antes de levantarse y empezara a caminar hacia el auto que estaba frente a nosotros.—Muy bien, pero hay que ponerle antibacterial a Alek en sus manos. Ah, una cosa más. Thomas salió de casa y no podemos volver a casa ahora
Vamos a citar a Maquiavelo.Si algo puede salir mal, saldrá mal...Gianna.La peor noche de mi vida la pasé ayer. No podía creer que por cocinar algo especial para él, terminaría en el hospital, recibiendo un lavado estomacal, por la cena que le había hecho.Me sentía avergonzada porque sinceramente nunca lo hice con esa intención. Aunque yo tengo conocimiento de lo que puede y no puede comer, me hace sentir un poco culpable porque mi intención jamás fue llevarlo al hospital.Durante los dos años que estuvimos juntos, no pasó eso. Siempre comía el almuerzo que le preparaba. Thomas nunca ha dicho que cocino mal y a mi hijo tampoco le ha caído mal.¿Será que esa comida no era la que le gustaba?—Gianna, debes entregarme a las cinco de la tarde el informe de rendimiento de sus compañeros —me dice, Mikhail, cuando se detiene en mi oficina.—¿Qué estás diciendo? De eso se encarga mi jefe —lo miro un poco confundida, hoy terminé el trabajo que me pidió su abuela sobre el rendimiento financi