Nunca pensé que estaría rodeada de este tipo de personas. Cada vez que mis ojos lograban moverse en algún punto de la sala las caras familiares que observaba en la televisión me recibían.Aliados de políticos, mujeres importantes. Incluso la esposa de un senador estaba del otro lado de la mesa con un vaso de cristal con un líquido ambarino que claramente era algún whiskey caro.No me sentía fuera de lugar. Con la ropa que llevaba cualquiera podría confundirme con una de esas mujeres. Un hermoso vestido rojo de seda con una abertura en una de mis piernas, el cabello suelto perfectamente lacio y un maquillaje casi profesional que Lowen había embadurnado en todo mi rostro a petición de Khail.Lo que me hacía sentir incómoda era el objeto vibrante en mi interior.No sabía cuantas veces había subido y bajado del éxtasis sin poder llegar a la meta final.Alrededor de la mesa se movía, mucho, mucho dinero. Y estaba viendo como Khail perdía frente a estas personas cada centavo que tenía en fi
Algo andaba mal. Lo supe desde el instante en el que Lowen me dejó en el centro del casino y corrió detrás de Khail con rostro impacible.Ya no era la rubia con sonrisa hermosa que se mantenía cerca de mi solo para hacerme compañía.En ese momento parecía menos humana y entendí que la otra personalidad de Lowen había salido a la luz.¿Pero por qué? Según entendía ella solo aparecía si las cosas andaban mal.Y al notar que los hombres de Khail se dispersaban alrededor de la sala rodeándome de cierta forma. Comprendí que debía haber alguna amenaza.Con pasos que intentaban parecer seguros me acerqué a uno de los guardias con el rostro totalmente serio, sin dejar pasar a través de mi máscara el nerviosismo que me envolvía.En cuanto me planté frente a él su mirada se clavó en mis ojos y esperó, sin siquiera decir nada.—¿Qué tan grave es la amenaza? —mi voz sonó dura y no me molesté en parecer amable.Ellos nunca lo habían sido conmigo.Su ceño se frunció a favor de su desconcierto ¿qué?
Estaba nerviosa y asustada. Nunca había pasado por algo como esto. Rodeada de sabrá Dios cuanto guardias que me sacaban por las puertas traseras del Casino. Según lo que habían dicho los guardias, en esa área no había nadie vigilando. Y solo era por el estacionamiento subterráneo que se extendía varios metros más allá de la puerta trasera real del casino.Según me habían explicado habían llegado más guardias por la parte frontal del casino y estaban sirviendo como señuelo para distraer a los hombres que estaban atentos a cualquier movimiento en las puertas del gran lugar.Mi corazón quería escaparse por la boca y aunque junto a mi y a Khail iban dos guardias, más los de la parte delantera y los vehículos detrás y delante, no podía evitar dejar de lado el nerviosismo.Aunque mi rostro permanecía con un rostro impasible escondiendo de cualquiera que pudiese ver, todas mis emociones.—Lamento que esto terminara así —dijo Khail algo bajo. Pero estaba segura de que todos lo estaban escucha
—Espéreme aquí, no salga, señorita.Mis ojos se abrieron alarmados cuando el hombre abrió levemente la puerta para salir.Estaba asustada a morir y sabía que muchos hombres estaban muriendo. Podía ver sus cuerpo en el asfalto desde el cristal frontal.Sentí ganas de vomitar en ese instante.Pero todo se puso peor.Las balas seguían viajando por todos lados y el hombre que empujaba la puerta para salir y poder ayudar a sus compañeros. Pues, terminó con una bala entre ceja y ceja bloqueando la puerta abierta para que no se pudiera cejar.Un grito de absoluta angustia escapó de mis labios, mis ojos se llenaron de lágrimas y la mano que sostenía el arma comenzó a temblar sin control alguno.¿Dónde estaba Khail? ¿Por qué parecía que había menos hombres a cada segundo?La balacera se estaba reduciendo, dejándome saber que había menos hombres de ambos lados y eso me alarmó.—Necesitamos apoyo, nos avisaron que vienen refuerzos desde el otro lado.La voz que salía de una radio no pertenecía a
Mis manos sudaban mientras sostenía el volante con fuerza. Mi corazón seguía palpitando de una forma atroz mientras los árboles a ambos lados de la carretera pasaban como borrones mientras avanzábamos a tan alta velocidad.Los gruñidos de dolor de Khail no pasaban desapercibidos para mí, por lo que ciertamente necesitaba de todo mi autocontrol para no mirar o preguntar su condición.Saberlo no arreglaría nada, solo me pondría más nerviosa.—Te dije que te quedaras en el auto —bramó molesto y me las arreglé para rodar los ojos mientras me acercaba a la entrada del terreno.—Bueno, de haberme quedado dentro del dichoso vehículo estarían todos muertos y yo dentro de un auto blindado que podrían transportar fácilmente con una grúa o cualquier mierda conmigo dentro.Estuve a nada de recordarles al topo. Al que había asesinado al hombre del vehículo trasero.—¿Saben ustedes en qué vehículos venían?—Yo lo sé, yo mismo los distribuí —dijo el hombre que estaba junto a Khail.—Los dos de atrás
El agua corría por mi cuerpo de forma suave. Las gotas de agua caliente se deslizaban por mi piel calmando mis nervios y mis músculos tensos.Las lágrimas escapaban de mis ojos sin poder evitarlo y mi cuerpo temblaba levemente.Había visto demasiada muerte hoy y me sentía de cierta forma perdida.Esta sería mi vida de ahora en adelante y la de mi hijo también. Estuvimos a punto de la muerte y la verdad no sabía que decir al respeto.Pero decidí que eso era algo para lo que podría utilizar otro momento.Justo ahora me preocupaba la salud de Khail más que nada. Él estaba en una cama siendo revisado por el guardia médico. Yo había preferido alejarme un poco, solo estorbaría si no podía calar mis nervios y mi ansiedad.Con el cabello húmedo salí de la ducha una vez la apagué y luego me encaminé hacia la toalla para envolverla alrededor de mi cuerpo y cubrirme.Sequé mi cabello mientras mis pies descalzos pisaban la cerámica del suelo y una vez seca me coloqué unos pantalones de chándal gr
No pegué un solo ojo durante toda la noche.Mis pensamientos estaban dispersos alrededor de mi mente y traté de mantenerlos a raya, pero fue casi imposible.El dolor de cabeza era notable, el temblor en mis manos por igual, pero por suerte Khail no despertó en toda la noche.Justo antes del amanecer me encaminé fuera de la habitación y recorrí el pasillo del segundo nivel hasta las escaleras.Aunque estaba aturdida y perdida, necesitaba comer. Mi estómago estaba enfurecido conmigo por no haberle dado algo de sustento durante toda la noche que pasé en vela.Y por una parte, agradecía la distracción que suponía mi nuevo descubrimiento, me había hecho olvidar toda la muerte que había tenido que presenciar.Al llegar a la cocina me la encontré vacía, por lo que fui al refrigerador y tomé un poco de yogurt para comerlo con frutas y granolas.Lo coloqué en una taza y lo comí lo más rápido posible antes de salir de la casa.Eran ya las siete de la mañana y sabía que los guardias de turno est
La sonrisa que brotó de mis labios fue totalmente sincera. La primera en horas después de todo por lo que había pasado.Estaba frente a una enorme mansión, la casa en donde Adam había pasado la noche en una pijamada.En cuanto me vio en la entrada corrió en mi dirección y se lanzó a mis piernas para abrazarme desde abajo mientras yo miraba a la misma mujer de ayer, la que había recibido a Adam cuando Lo llevé.Ella se acercó con pasos lentos y su vestido blanco se apretó alrededor de sus curvas como una segunda piel pareciendo que desfilaba en vez de caminar.—Buenas tardes, Dalia.Le había pedido que me tuteara, después de todo era la madre de uno de los nuevos amigos de mi hijo, podría entablar una amistad con ella si nuestros hijos llegaban a unirse lo suficiente para ello.Y por como iban las cosas estaba segura de que eso podría suceder más pronto que tarde.—Hola, Lisa.Ella se inclinó y nos dimos un beso en la mejilla. Estuve a punto de retirarme, pero ella me retuvo sosteniend