Al entrar en la casa con Adam sosteniendo me encontré con algo de tensión en el ambiente.Khail estaba muy cerca de Helan y lo sostenía por los hombros mientras su mirada se encontraba con la de él.Suspiré aparatosamente mientras me acercaba y traté de no dejar ver el mar de emociones y sentimientos que me envolvían.En cuanto él se percató de mi presencia se dio la vuelta y soltó a Helan para sonreír suavemente hacia nosotros.—Khail —saludó Adam y los ojos de él brillaron al ver al pequeño.Y por primera vez entendí la conexión. Sus ojos brillaban de una forma tan especial, mientras que la sonrisa que le daba era tan sincera, tan real, tan llena de emociones.Mis ojos se humedecieron, pero sellé las lágrimas sin permitirme derramarlas.—¿Cómo te fue? —cuestionó acercándose y se arrodilló frente a él.Sabia que la herida debía estarle doliendo, pero a él no parecía importarle en lo absoluto.Sus manos se extendieron hacia él y esperó unos segundos para ver si Adam estaba dispuesto a
Khail aún estaba herido, adolorido, pero parecía estar tan adaptado al dolor que no pareció importarle cargar a Adam en sus brazos.Pudo habérsele soltado alguno de los puntos, pero no intentaría protestar, no ahora, no después de lo que sabía.Habíamos cenado juntos y vimos una película. Su acercamiento a mí era igual que el de siempre, me tocaba, sus dedos me rozaban y mi corazón martillaba con tanta fuerza cada vez que lo hacía que se me hacía difícil no saltar hacia él.Estuvo a punto de morir si permanecía en aquella carretera por unos minutos más, pero aquí estaba y me enorgullecía de haberlo salvado.Pero ciertamente no permitiría que esto avanzara más sino tenía las ideas claras de hacia donde iba, de si realmente solo permanecería junto a mi por Adam.Una vez cenamos yo llevé a Adam para ayudarlo a acostarse y luego continué hacia la habitación de Khail para entrar en ella.—Me dijeron que te quedaste conmigo toda la noche —la sospecha bailaba en sus azulados ojos y me sorpre
Mis labios aun hormigueaban por el profundo beso que Khail me había dado y por alguna razón este se había sentido más intimo que todos los que me había dado antes.Era su forma de recordarse que estaba ahí, de poseerme sin tomar mi cuerpo, que aun no entendía por qué lo hacía.Y esa pequeña cosa solo se sumó a la cantidad de dudas que me recorrían cada vez que recordaba que Adam era su hijo.Mientras estaba en mi habitación sin poder dormir en lo absoluto, mi puerta se abrió despacio y me coloqué alerta en la cama en un instante sentándome contra el espaldar y mirando hacia la puerta que se habría despacio.—¿Dalia? —la voz de Helan hizo que todas mis extremidades se relajaran y atiné a moverme hacia la orilla mientras él ingresaba en la habitación.En sus manos se encontraban varias cosas que arrojó al suelo. Por la poca luz en la habitación no pude identificar lo que se encontraba en el piso, por lo que me levanté y encendí las luces iluminándolo a él de paso.Estaba vestido con rop
Estaba adolorida, media asustada por mi experiencia con el agua, pero de alguna forma u otra me sentía útil. Poderosa, después de haber logrado derribar a Helan en uno de nuestros entrenamientos.Durante la semana me había dado cuenta de que mi fuerza había aumentado al igual que mi resistencia gracias a mis rigurosos ejercicios todas las mañanas.También me había dado cuenta de que aprendía rápido y que mi tamaño en ciertas ocasiones podría ser una ventaja en una batalla cuerpo a cuerpo.Llevaba semana y media entrenando con Helan durante las madrugadas, luego hacía mis ejercicios y después aprendía a nada con Khail. Si me lo preguntaban, estaba mejorando exponencialmente, por no decir que ya era buena en eso.Era mi miedo el que me retenía a la hora de lanzarme al agua por mi cuenta sin alguien alrededor. Ya podía nadar de un lado a otro de varias formas y ese fue el claro ejemplo de que la constancia era lo que nos hacía mejorar.En ese momento me encontraba recogiendo mis cosas pa
Mi cuerpo había sido limpiado. En la parte trasera del colegio me encontré con un vehículo que a simple vista se notaba blindado. Uno de los guardias fuera de él me quitó los aretes, las pulseras la cadena, además, se deshizo de mi chaqueta para que el metal de los botones no interfiriera con el escáner que verificaría que no tenía ningún dispositivo electrónico sobre mi cuerpo como algún micrófono o gps. Incluso, se deshicieron de mis zapatos y los desecharon en la acera como si fueran cualquier cosa y no un par de tacones de algunos dos mil dólares. Decir que no estaba asustada y nerviosa sería una mentira, porque si lo estaba.Estaba dentro de un vehículo con un hombre desconocido que me utilizaría para su propio beneficio. Me estaba alejando de mi hijo, de Khail, del lugar al que actualmente llamo casa. Pero todo quedó en segundo plano al saber que Adam estaba a salvo. Si este era el precio que debía pagar, gustosa lo haría. Mis manos temblaban, pero las metí debajo de mis
—Me encantaría poder darte alguna habitación, pero como comprenderás eres una prisionera, cariño.Mi mirada se encontró con la suya y lo que vi en sus ojos solo fue perversidad simple y cruda.En cuanto él se dio la vuelta para perderse en algún pasillo uno de sus hombres tomó mi brazo y me llevó por el pasillo contrario hasta unas escaleras de madera que chirriaban mientras descendíamos.Su agarre en mi brazo era fuerte, como si tuviera oportunidad de escapar a algún lado, cosa que no creía posible de ninguna forma. El lugar estaba lleno de guardias que no podría burlar ni aunque quisiera.Una vez abajo me soltó bruscamente arrojándome al suelo de cemento frío.Las luces tenues en el lugar se encendieron permitiendo que observara en dónde me encontraba.A leguas se notaba que era un sótano especialmente para este tipo de situaciones.Habían cadenas pegadas a la pared con grilletes que descansaban en el suelo y los cuales se encontraban abiertos esperando su próximo prisionero.Cerca
La soledad era la más grande de las torturas. Eso y perder la noción del tiempo.No saber si era de día, tarde o noche.Solo sabía cuantos días pasaban porque recibía una sola comida por día.Era la única vez en el día en el que se abría la puerta, pasaban veinticuatro horas y el ya conocido sonido chirriante de la puerta al ser abierta me alertaba de que otro día había pasado.Y según mis cuentas, llevaba siete días aquí y parecía más delgada que en cualquier otro día de mi vida.Solo había podido asearme usando el agua del lavabo y era muy poco, pues sin sábanas, sin ropa, más que la falda y la blusa con la que había llegado, no sería muy bueno mojar mi cuerpo.Dormía en el suelo frío, pues el colchón desgastado y lleno de cucarachas muy pequeñitas, no eran una opción para mí. Y eso ya le estaba pasando factura a mi cuerpo. Podía sentir el dolor en todos mis músculos, pero lo que más me preocupaba eran las dificultades respiratorias que estaba teniendo.Aparentemente me estaba resfr
Ya mi espalda no dolía tanto como antes y los medicamentos que el hombre rubio había llevado para mi parecieron ayudar.Ya la congestión no eran como antes y podía respirar mucho mejor. Además, descansaba mejor y se me alimentaba tres veces al día para que pudiese tomarme los medicamentos sin dañar mi estómago.Y el plan estaba funcionando a la perfección. Llevaba ya diez días secuestrada y tres de ellos los había pasado en una habitación del segundo nivel en donde se escuchaba todo perfectamente gracias a las paredes de madera.Por lo que había empezado a crear una rutina con lo que escuchaba y los nombres que recordaba. Sin mencionar que podía escuchar ciertas cosas que se decían en la radio del hombre del otro lado de la puerta.Sabía que eran algunos doce hombres. Solo eran tres vehículos y casi todos se iban en ellos cuando el hombre que me mantenía prisionera aquí tenía que salir y eso era todos los días, entre más o menos las tres de la tarde hasta las diez de la noche.Sabía q