Capítulo doce
—¿Bajas o te quedas? —desabrocho mi cinturón, tiro de la manigueta de la puerta y esta sube.
¿En qué clase de auto me subió que ni siquiera me di cuenta?
Salgo del puesto procurando que mi falda no deje ver nada y me alejo para ver el auto del pie grande.
Él toma la puerta y la baja dejándome ver ese bonito auto negro que pasaba a un lado de la camioneta en la que iba esta mañana.
Entonces era él.
Muerdo mi labio y doy media vuelta, mis pies se detienen fijo en una sola dirección»—Vienes, Irina—ojos azules sonríe juguetón y tiende su mano.
Toco la yema de sus dedos y mi piel se eriza, bajo la mirada y entrelazo mi mano con la suya, empieza a caminar en dirección a la enorme mansión que parece más un castillo que una casa para personas norma
Capítulo treceEstoy en el auto de ojos azules nuevamente, pero la diferencia es que ahora hay un silencio claramente incómodo, y más cuando aún sigo pensando en lo que me dijo su madre hace minutos.Bésalo. Esas palabras no salen de mi mente y se repiten una y otra vez en mi cerebro.¿Lo hago o no lo hago?El navegador automático le indica que de la vuelta y solo faltarían dos calles para llegar a mi hogar.Dulce hogar.—¿En qué piensas tanto?—frena de repente y mueve el carro hasta a un lado de la carretera algo vacía —¿Y bien? —apaga el motor y gira hacia mí—¿En qué piensas tanto?Aprieto mi falda y muerdo mis mejillas por dentro.¿Por qué rayos estoy nerviosa?
Capítulo catorceSonríe de lado —¿Te parezco homosexual?— coloca su rostro cerca al mío. Niego y él vuelve a su posición —solo no te quiero ver más con él y ya—encoge sus hombros.—Sabes que no te haré caso por más que me digas que me aleje de él —desabrocho mi cinturón y abro la puerta para salir. Cuido que mi falda no se suba más de lo normal y salgo disparada.Mi cuerpo no se siente igual. Mis piernas chocan con el caminar formando un sonido extraño, mis brazos se mueven como gelatina y mi respiración ni se diga, todo es más incómodo con él mirándome desde su bonito carro.Toco la puerta y espero a que mi mamá abra, pero en lugar de eso solo escucho los grillos afuera cantando, vuelvo a tocar la puerta y el silencio reina en todo el l
Capítulo quincePov Amir Felicidad y miedo.Eso es lo que siento ahora que estoy manejando para ir directo a la dichosa fiesta a la que me envió mi padre, y no es por la fiesta, no.Aprieto el volante en mis manos.¿Cómo se le ocurre besarme?No estoy enojado por eso, es más, si ella fuera una loba la habría tomado ahí mismo, pero no, ella tenía que ser una humana.Que difícil será esto.Mantenerme al margen y cuidarla, estar cerca y que no reconozcan que es mi mate.Nadie puede saber que ya tengo un punto débil.Llego al estacionamiento de la empresa y apago el motor del auto, desabrocho mi cinturón y doy un largo suspiro. Hoy mi día ha sido enojo tras enojo y celos tras celos. Cuando la ví otra
Capítulo dieciséis—Señor—Alonso me da las cosas que compró y las agarro antes de bajar, camino con paso seguro hasta la puerta, volteo solo para ver que la camioneta ya no este y giro a tocar la puerta.Vuelvo mi cuerpo totalmente transparente cuando escucho que no baja y traspaso la puerta, quito la seguridad de la puerta y camino hacia los latidos de su corazón.Su delicioso aroma llega a mis fosas nasales y aspiro profundo antes de toparme con ella, subo a su habitación y dejo la bolsa de regalo con el iphone en su balcón, me doy vuelta y observo su cama, camino hasta ella y tomo su almohada.Con esta almohada dormí por primera vez con ella y que bien se sintió. Sonrío sin poder evitarlo y dejo la almohada en su lugar, bajo y camino directo a la cocina de donde me viene su olor.
Capítulo diecisietePov Irina Con que el jefe de mi papá y por ende ahora es de quien viene el dinero para sostenerme y claro sin recordarme que ÉL FUE QUIEN BAJO DE PUESTO A MI PADRE.Como lo odio.Quiebro mi cuarto lápiz y rechino mis dientes —Señorita Warren—el profesor de matemáticas, Jonás, capta toda mi atención —¿le ocurre algo? Desea hacer la última práctica en el tablero —extiende el piloto.Mierda.Me levanto y trago grueso, camino lentamente hacia él y el timbre suena por todo el lugar, doy mi mejor sonrisa y corro a recoger mis cosas, salgo del salón disparada hacia el laboratorio de química.No me quiero topar con él y su arrogante cara.Omar hoy no se ha asomado por el instituto y no lo culp
Capítulo dieciochoAprieto mis manos y entramos al lugar, las pocas caras que hay huelen el aire y me observan con cara de pocos amigos, para ser sincera nada de amigos. Pasamos de largo por los pasillos hasta llegar al fondo donde se encuentran las habitaciones privadas, Amir toma el pomo de la número quince revelando a un Omar con muchos cables por todos lados y respirando por un tubo. Suelto su mano y corro hacia el idiota que ha hecho de mi vida una aventura desde que llegué. ¡No lo toques mucho! ERES MÍA. Junto mis cejas, creo que cada vez que estoy cerca de Omar escucho esa voz.Remuevo su brazo y él poco a poco va abriendo los ojos hasta enfocarme completamente —¿Cómo estás torpe? &mda
Capítulo diecinueveAaDespierto abruptamente y me encuentro en la soledad de un inmenso cuarto, las imagenes de Amir y aquel chico llegan como relámpagos a mi mente.Debo salir de aquí y principalmente saber donde estoy.Observo todo a mi al rededor lleno de lujos y cosas costosas, a mi cabeza le entra un zumbido y me tapo los oídos con las manos. Recuerdos llegan a mi mente como si de una película se tratase: yo corriendo en la cancha del instituto, yo en el baño con Omar, Omar todo golpeado, yo llamando a Amir, ojos azules sacando a Omar para dejarnos solos, nuestra pequeña pelea, mi toalla, sus brazos, su cuerpo, los estruendos, su habitación, las escaleras, su madre y él nuevamente.Ya sé dónde estoy —Recordaste todo, ¿no?—estoy en su casa.Mi corazón da un vuelco y dirijo mi vista al final del enorme vent
Capítulo veinteSiento su cuerpo tensarse y apretarme contra él, su mandíbula se marca más de lo que ya está y esos ojos viajan a ella con una mueca de desinterés—Xiomara. Largo de mi casa—respira ondo—fuera o no sé que haré contigo porque te juro que no tienes ni idea de como trato a alguien cuando algo me molesta—oh.El niño mimado saco sus garras.Yo no lo molestaría si fuera tú. ¿Qué?Junto mis cejas, ¿de dónde saco tantas voces? Estoy loca, me declaro loca.Sus brazos me bajan con delicadeza al reluciente piso, Amir adopta esa misma pose de cuando mando al hospital a Omar y se acerca cara a cara con la tal Xiomara—¿Y si no quiero largarme de mi casa, qué pasa?—De verdad no sé como hay