James sintió que el aire se le escapaba de los pulmones al ver a Sofía. Era ella, tan hermosa como la recordaba, tal vez incluso más. Todos los recuerdos, las emociones, y el amor que había sentido por ella volvieron a inundarlo de golpe. Quiso moverse, acercarse a ella, pero sus pies parecían anclados al suelo. Todo lo que podía hacer era observarla, como si temiera que, si parpadeaba, ella desaparecería.Sofía, por su parte, sintió que una mezcla de alegría y dolor la invadía al ver a James. No esperaba encontrarlo allí, y mucho menos de esa manera, en un evento al que apenas había accedido asistir. Su mente se llenó de mil preguntas, pero ninguna de ellas podía formularse en ese momento. Lo único que existía era la intensidad de la mirada de James, una mirada que hablaba de un pasado compartido, de un amor que nunca se había desvanecido del todo.Fernando, quien estaba participando activamente de la conversación, notó que precipitadamente, su amiga quedó en silencio, como si algo
_ James... yo... yo creí que era lo mejor _ dijo Sofia sin saber que responder. Aun no podía recuperarse de la sorpresa de tenerlo frente a ella.James apretó los labios y luego su puño levantándolo en el aire. Se sentía impotente, frustrado y tan enojado. Todas esas emociones se mezclaban con la alegría de verla, pero, sobre todo, con el profundo amor que sentía por ella. _ Lo mejor, ¿Lo mejor para quién? _ le recriminó con enfado _ No confiaste en mí, te dije que iba a solucionarlo, que te protegería... ¡nos íbamos a casar! Ni siquiera me diste la posibilidad de hablar contigo... una carta fue tu solución ¡Una maldita carta me dejaste! Sofia se estremeció. Escuchar el tono con el que él le hablaba le rompía el corazón. De pronto, su mente viajó hacia su hijo, ¿Qué pasaría si supiera de Alex? _ No quise herirte. Fue muy duro para mi tomar la decisión que tomé. No fuiste el único que sufrió _ unas lágrimas asomaron en sus ojos _ No quería ser la causante de más enfrentamientos
Cinco años, cinco malditos años habían pasado y la pasión de entre ellos no había mermado ni un poco al contrario parecía que todo lo contenido estaba decantando en ese largo y profundo beso que parecía que ninguno de los dos quería finalizar. Cuando al fin se quedaron sin respiración, se separaron se miraron a los ojos tratando de decirse lo que seguían sintiendo el uno por el otro. Él le acarició suavemente el rostro y luego le sostuvo la barbilla._ Ven conmigo, por favor ven conmigo _ le dijo él con voz ronca _ quiero hablar contigo, no importa de qué. No tiene que ser precisamente de lo que pasó o lo que has hecho en todos estos años, solo _ hizo una pausa _ solo necesito escuchar tu voz. Te he extrañado como no imaginas, tu sonrisa, tus tontas bromas, hasta tus absurdos enojos _ sonrió con dulzura mientras le acariciaba el cabello _ te juro que no me importa si tú no has sentido lo mismo o si ya me has olvidado... solo te pido un par de horas para que estés conmigo y me des l
Después de haber el hecho el amor, permanecieron abrazados por un largo tiempo. Sofia estaba recostada sobre el pecho de James, tratando de disfrutar del calor de su cuerpo y del exquisito perfume amaderado que James emanaba. Por su parte él, la abrazaba con fuerza, besándole el cabello, la frente, acariciándola con su mano libre. Se sentía tan bien de tenerla entre sus brazos que tenía miedo de que todo fuera un sueño, del que no quería despertar. _ ¿En que piensas? _ le dijo él jugando con el rubio cabello de ella _ pareciera que estás a kilómetros de aquí _ sonrió. Ella le dio una palmada en el pecho. _ ¿Estas loco? Solo estoy disfrutando de este momento_ le dio un beso _ no me había dado cuenta de cuanto extrañaba tu perfume. James se giró para dejarla debajo de él. _ ¿Sí?... ¿y que más extrañabas de mí? _ comenzó a darle suaves besos en la boca _ dímelo, quiero saberlo... Ella se sonrojó. _ Ya lo sabes, tú lo sabes... _ dijo cerrando sus ojos y elevando sus brazos p
Separarse fue realmente un suplicio para ambos. Pero para James lo fue mucho más, nunca supo lo que era sentir miedo y dolor hasta el día en que Sofia desapareció. Y ahora que debía dejarla ir, sentía algo muy parecido a la desolación. Pero se dijo que después de que hablaran, ya eso se terminaría. Al menos que hubiera algo que lo impidiera se casaría con ella inmediatamente, se opusiera quien se opusiera._ Ahora, ¿vives aquí? _ dijo James observando detenidamente el lugar en donde la estaba dejando _ vaya, se ve que tu trabajo ha dado sus frutos... Sofia suspiró sin saber que decir. En realidad, el apartamento era de Aidan, lo había comprado para vivieran allí mientras permanecieran en Nueva York. Pero eso aun Sofia no se lo podía decir.La joven lo miró un instante y le acarició la mejilla._ Prometo que mañana cuando estemos más tranquilos, hablaremos y te contaré todo _ le dio un suave beso en los labios _ ha sido una noche totalmente extraña, emocionante y maravillosa... no
James retrocedió un paso, más sorprendido que herido por el empujón de Aidan. Su mirada se cruzó con la de Sofía, buscando respuestas, pero lo único que encontró fue miedo y desesperación.Aidan no se detuvo. Su rostro estaba encendido por la rabia contenida durante tanto tiempo._ ¿Qué demonios haces aquí, James? ¿A que has regresado? _ su voz era baja, pero afilada como una navaja _ No tienes nada que ver con Sofía ni con su hijo. ¿Lo entiendes?El mundo de James pareció detenerse en seco. "Su hijo". Las palabras resonaron en su mente como un eco interminable. Sus ojos se desviaron automáticamente hacia el niño que estaba abrazado a la pierna de Sofía. Un niño que, ahora que lo veía con más detenimiento, tenía un aire... familiar. Sin importar los esfuerzos de Aidan para detenerlo, James logró llegar cerca de donde estaba la joven._ ¿Qué está diciendo, Sofía? _ la voz de James apenas era un susurro, pero la tensión que emanaba era palpable.Sofía sintió como si el suelo se ab
El cielo se había teñido de un gris plomizo, reflejando la tormenta que se desataba en el interior de James mientras se alejaba de la casa de Sofía. El eco de sus propias palabras, "No me iré sin mi hijo", resonaba en su mente, mezclándose con el rugido de su corazón aún desbocado. A su alrededor, la ciudad parecía seguir adelante, indiferente a la batalla emocional que acababa de librarse en su interior.Cada paso que daba lo acercaba a una encrucijada, una decisión que cambiaría su vida y la de Alex para siempre. ¿Qué haría ahora? ¿Cómo enfrentaría la realidad de que tenía un hijo del que había estado ausente durante años? Las preguntas se arremolinaban en su mente, golpeándolo con una fuerza abrumadora.Se detuvo en seco al llegar a un parque cercano, aquel mismo parque donde, sin saberlo, había conocido a su propio hijo. Las risas lejanas de los niños jugando parecían una cruel burla, un recordatorio de lo que había perdido. Se sentó en un banco, hundiendo el rostro entre sus ma
Patrick y Peter tuvieron que ser testigos del ataque de furia de James. Él jamás había hecho algo así, sin embargo, parecía que situación lo estaba sobrepasando emocionalmente._ James, hermano, deberías calmarte ya... no has dejado un adorno en pie _ le dijo Patrick tomándolo de los hombros _ creo que es hora de que te detengas y comiences a pensar en lo que debes hacer para recuperar a mi sobrino, ¿no crees? Te prometo que estaré a tu lado en todo este proceso, pero es necesario enfocarnos cuanto antes en lo que debemos hacer.James lo miró con sus ojos acuosos. El solo recuerdo del rostro sonriente de su pequeño hijo, hacia que su corazón se encogiera._ Dime Patrick, ¿Por qué me hizo esto? ¡En todo este tiempo no he hecho más que amarla! Y ella, simplemente le entrega mi hijo a ese bastardo que me odia y que no dudará en hacer lo que sea para retener a Alex, de eso estoy seguro _ apretó los labios y se tiró sobre el sillón tratando de calmarse, Patrick se sentó a su lado ponié