Eso había sido una amenaza y como tal, Sabella se lo hizo saber, ella no se iba a tentar el corazón, porque sí ocurría una vez podría ocurrir otras veces y Matías al sentirse presionado iba a volver a escapar, no había que pensarlo mucho, el ingenio del niño dejaba a más de dos, con la boca abierta.Mateo, se sintió agredido de inmediato y él buscaba una solución no que todas las piedras cayeron sobre él, porque el niño lo había desobedecido y esa era una falta de respeto hacía su él. Matías estaba acostumbrado a salirse con la suya todo el tiempo. Eso ya le había quedado claro al propio Mateo, pues apenas iba conociendo los alcances de su hijo.–En lugar de estarme reclamando eso ahora, Sabella, sal y ayúdame a buscarlo por tu lado – Mateo le dijo exasperado – Lo encontraremos más fácil si lo salimos a buscar los dos.Sabella estaba exasperada, pero supo que, en las palabras de Mateo, había, aunque fuera un poco de razón e iba a ser más fácil que ella saliera por su lado a buscar al
Sabella esperaba pacientemente a que saliera su pequeño hijo de la escuela y mientras llegaba la hora, ella pensaba en muchas cosas, en si debía regañarlo o no, por habérsele escapado a su padre, pero finalmente decidió no hacerlo, su hijo era demasiado consiente de las cosas que hacía, por eso él había actuado de ese modo.Ella mejor que nadie conocía los alcances de la mente del pequeño Matías y sabía que dada la situación que se estaba presentando con su hijo, no era bueno provocar que se escapara nuevamente al sentirse regañado o creerse manipulado por ella también y Sabella, no podía permitir que su hijo pensara eso de ella, su relación con Matías, nunca había tenido ni una tachadura.El tiempo pasó rápidamente, por lo que en fracciones de minutos ya se encontraba a fuera de la institución de Matías, se serenó y bajó en busca del niño, lo recogió y antes de subirse ambos al auto lo lleno de besos y abrazos.–Hola mamita bella – Dijo el pequeño Matías entusiasmado – Te extrañé.Sa
–Lo sé Heber– Agradeció Sabella –Nuevamente muchas gracias.Oriony salió con el pequeño Matías de la mano y lo entregó con su madre. Sabella tomo en brazos a Matías y se subió con él al auto con ayuda de Heber, esta vez ella ya no colocó al niño en su silla del auto, sino que lo sentó a su lado, para que él no se sintiera alejado.Se pusieron en marcha rumbo a la Academia de natación. Matías se encontraba serio y callado porque pensaba que en cualquier momento su mamita podría regañarlo o decirle algo. La mente de Matías era prodigiosa y él sabía que aunque Heber le había prometido no decir nada, ni él ni Oriony solían ocultar cosas a su mamita bella.–Ya muy pronto será mi competencia, mamita bella. Falta una semana –Matías dijo emocionado – Heber y Oriony tienen que venir a verme, quiero que estén todos ese día, los quiero mucho.Al niño siempre le había gustado, qué los adultos de su casa incluyendo a su mamita bella, estuvieron presentes en las actividades deportivas en la escuela
Mateo miraba a Sabella con un semblante muy expectante sin saber lo que ella estaría por contarle. Le había extrañado que ella, después que ya habían quedado de verse en su casa por la noche, para ver y tratar lo del niño, lo hubiera citado de último momento para que ellos pudieran hablar a solas, sin la presencia del pequeño Matías, era algo muy extraño para él.Ellos tomaban de sus bebidas, las que habían pedido al llegar y que ya les habían llevado, y después Mateo pidió con la mirada una explicación a Sabella, ya la curiosidad no lo dejaba tranquilo, esperaba que lo que ella le dijera no fuera algo de gravedad. Sabella, lo miró y supo que ese era el momento de hablar con la verdad, ella estaba orgullosa de su hijo y así se lo haría saber a Mateo.–Mateo, sé que va a extrañarte mucho el que yo te haya citado aquí – Sabella comenzó a decirle – Antes que otra cosa suceda, me quiero disculpar contigo, por mi reacción tan exagerada de hace un rato, pero como podrás entender, llevo cuid
–No, Mateo, yo no tenía ni idea de lo que en su mente estaba tramando nuestro hijo – Sabella explicaba a detalle – Pero sí, él es un genio y además de su inteligencia superior, es un niño intuitivo y con mucho carácter. Yo desde pequeño, le enseñé muchas de las cosas que ahora sabe, pues no pensé que un día él y tú fueran a tener trato cercano tan de repente, siendo sincera.Mateo se llevó las manos a la cabeza y entonces recordó, varios momentos en los que la inteligencia del niño, los rebasó a él y a Sabella, misma en todo ese tiempo que llevaba tratando a su pequeño, veía que ella siempre medía a la hora de hablarle a Matías, el razonamiento del niño, era mucho más rápido, y por eso ella había dicho que les daba tres vueltas.–Eso lo explica todo, Sabella, ni yo mismo podía haber llegado a esa conclusión, hasta que pasó, hasta que me lo has dicho tu misma, así tal cual pasó, por la mente de Matías.Ahora esto complicaría más las cosas con Leia, y él no quería perderse por nada del
Pero él no se quería dejar convencer de eso tan fácilmente. Como podían tener la felicidad de su familia tan cerca y a la vez tan lejos, por algo que con el tiempo seria olvidado por todos, si eso era lo que a ella le preocupaba. La gente se olvidaba de un escándalo, cuando surgiera otro mejor y este pasaría a la historia.–Sí, Sabella, eso te lo puedo entender, pero no quisiera que mi hijo esté sufriendo del modo en el que lo hace, no si ambos podemos evitarlo. Aún no es tarde y aún puedo cancelar la boda, puedo decirle y darle una disculpa a Leía.Él iba a seguir insistiendo, eso ya lo había constatado Sabella, era algo en lo que ella no estaba de acuerdo y nunca lo estaría, ella también se ponía en el lugar de la afectada, era empática con Leia, porque era la que iba a aparecer en todas las revistas de espectáculos, de chismes y sería la burla de todos. No quería ser señalada como la dejada a las puertas de la iglesia.–Una disculpa que ella no podrá aceptar y que no aceptará y que
Sabella, nunca quitaría el dedo del renglón, pues ella se podía atrever a decir, que el sexto sentido de Matías, tenía que ver en todo eso, pues no descartaba que Leia, con solo mirarlo le habrá producido esa sensación y ahora él ya no quería ni verla, y eso debía ser por algo.–En eso me atrevo a decir que te equivocas Sabella – Mateo intervino – Ella se ha mostrado muy amable, sensible y comprensiva. Incluso me ha dicho que le alegra que yo sea padre pues ella no quiere tener hijos propios y por eso quiere llevarse bien con Matías, yo la sentí sincera cuando me dijo eso.Por eso Sabella, estaba indecisa, Leia, al no querer hijos, la veía como a una mujer, sin instinto maternal, aunque independientemente de eso, ella conocía a gente que se llevaba bien con los niños, pero de Leia, no había tenido ningún punto para comprar, si es de las que se llevan bien con los hijos de sus amistades o familiares.–Eso lo tendría que sentirlo yo también, Mateo, tendría que verlo con mis propios ojos
Sabella y Mateo, después de hablar sobre el asunto de Matías, se fueron caminando rumbo a la academia de natación del niño. Al llegar, pudieron notar que el entrenamiento del pequeño, ya había terminado, pero la entrenadora a manera de hacer más ameno el cierre del entrenamiento con los niños, hacía siempre un ejercicio final de clavados.Era el momento del entrenamiento que más le gustaba a Matías, porque él sentía un poco de libertad, Mateo observaba maravillado todo aquello en la vida de su pequeño como alguien que observa las cosas más bellas del mundo por primera vez.–No puedo creer todo esto Sabella, que me he perdido de mucho con nuestro pequeño – Se lamentó Mateo – Se ve tan feliz y relajado en su clase.Eran las horas del día que más disfrutaba el niño, no era como estar pendiente de lo que pasaba en el aula de clases, aquí se divertía en grande, porque se olvidaba de la formalidad y se sentía en libertad.–Sí, a él esto de la natación lo relaja – Le explicaba, Sabella – Per