Al niño, se le habían iluminado los ojos, ahora podría pasear con su mascota en el parque, como lo hacían los otros niños, él se comprometía a llevarla todos los días a pasear, para que sus amiguitos la quisieran mucho, como él ya la quería.Matías, besaba con toda la alegría que le causaba tener a su nueva mascota, a su nueva compañera de juegos, a la que ya adoraba y claro que la iba a cuidar porque él era un niño muy responsable y Queen desde este momento era su responsabilidad.–Por nada mi amor – Aria lo besó – Es para ti y queremos que la cuides mucho, así como ella, te va a cuidar.Era lo que ya había pensado el pequeño, que tenía que cuidar de su mascota, porque ya era parte de su familia. Atenea, veía que había sido un excelente regalo, para su nuevo amigo y que a ella también le había gustado mucho la mascota, Queen era muy bonita y algún día tendría una igual, tendría que convencer a su padre.– ¿La puedo abrazar? – Pidió Atenea a Matías con inocencia – Está muy bonita.A M
Después de la convivencia que se dio un rato después de la cena, todos los que asistieron, comenzaron a irse poco a poco. Mateo, le tuvo que pedir a Teseo que, llevara a sus abuelos de vuelta a su casa, pues él tenía que quedarse a hablar con Sabella, para lo del día de mañana.Ya no se podía postergar más y él mañana, pasaría por Matías temprano, para que estuviera presente a la hora del almuerzo y que conviviera con Leia, así mismo como el pasaba tiempo con Evan, de igual manera tenía que darle la oportunidad a ella para que se conocieran.–Sabella, ¿Podemos hablar un momento, a solas? – Le pidió Mateo – Por favor, es importante.Lo que había acordado con Sabella, con respecto a la convivencia de Matías, con Leia, se tenía que cumplir, pues era justo que hubiera equidad entre ella y Evan, sabía que eso iba a llevar su tiempo, de que Matías se llevara de la misma forma con Leia.–Está bien Mateo, pero primero, lleva a dormir a Matías por favor – Respondió ella – Para que podamos habl
–Está bien, Mateo – Accedió Sabella – Yo veré que hago, te había dado mi palabra y la pienso cumplir, pero espero que tú, también hables con Leia y le aclares que, tiene que tratar bien a mi hijo.Sabella, no se iba a deslindar de su responsabilidad, la que tenía, que era la de hablar con Matías, pero siempre en esto había una condición, de que la novia de su ex esposo, tratara con respeto a su hijo, porque a la primera queja del niño, ella tendría que hablar con toda seriedad con Mateo, no dejaría que a su hijo se le tratara mal.–Por supuesto Sabella, eso no tienes ni que pedírmelo. Matías es mi vida entera, en caso que, todavía no te des cuenta de eso – Mateo, la tranquilizó – Verás que, ellos dos, se llevarán muy bien.Mateo, esperaba que eso sucediera de inmediato, porque a partir de que él se casará con Leia, Matías tenía que pasar tiempo con él y su esposa, ya que no se iba a poder dividir entre los dos, se tenían que llevar bien desde antes, rogaba porque así fuera.–Eso esper
También lo había hecho, porque se quería dar un último respiro, antes de su casamiento con Mateo, ya que al estar casados no se le iba a despegar ni un momento, pues ella tenía que proteger sus intereses.–Muchas gracias por todos los regalos, sabes que no tienes que molestarte amor. Tengo una sorpresa para ti – Mateo, le dio la caja con las invitaciones – Ya las tengo listas, solo para que las entreguemos a las personas que, nos van a acompañar. Las ha diseñado Teseo, Si no te gustan, dime y lo arreglamos.Leia tomó en sus manos las finas invitaciones de la boda, un trabajo exquisito hecho por Teseo y se quedó perpleja, al ver que Mateo, la conocía ya a la perfección, esas invitaciones eran todo lo que ella esperaba e incluso más que eso. Estaban hermosas, perfectas y muy finamente elaboradas. Ella, sin decir nada volvió a abrazar a Mateo y él, la estrechó nuevamente entre sus brazos, con mucha emoción.–Me han encantado mi amor, están preciosas y apenas tenemos tiempo tú y yo para e
No había ningún problema a la hora que lo fuera a llevar Mateo, ya que Sabella, se daba cuenta qué entre Mateo y el niño se debía dar un acercamiento más prolongado y más ahora que se tenía Matías, que adaptar a la futura esposa de su padre.–Sí, por la tarde que lo traigas, está bien para mí – Sonrío Sabella – Me despediré de él y ya, para que te lo puedas llevar.Siempre que salía Matías, Sabella, mantenía una vigilancia como toda madre lo hacía, no se despreocupaba del todo, era su hijo el que se iba con su padre y una desconocida para él, pues Leia, no estaba entre las personas que le agradaban a Matías y eso lo iba a estar cuidando siempre.–Gracias, Sabella.Sabella se despidió, de abrazo y de beso de su pequeño hijo y lo ayudó a subirse junto con su perrita Queen, al vehículo de Mateo. Los vio irse y Matías, le decía adiós a su mamita bella con la mano y Sabella, le lanzaba besos a su pequeño. Mateo y Matías, iban felices cantando en el camino y Queen se les unía, ladrando una
El niño veía que a la señora, le había gustado su mascota, tanto así que la seguía teniendo en los brazos y Queen La quedaba mirando muy quieta y el niño pensaba qué cómo apenas estaban conociendo, por eso Queen estaba muy tranquila.–Me la han regalado los abuelos – Matías respondió lleno de felicidad – Se llama Queen y es mi perrita, espero que te guste, porque cada vez que yo venga a estar con ustedes, ella vendrá conmigo.Leia, sabía que eso podía pasar, por eso respiró con toda paciencia que se permitía, pedía que no se fuera a acabar nunca lo poco que le quedaba.–Es hermosa, Matías – Fingió Leia – Por mí está bien, solo que vas a tener que enseñarme como se cuida a una mascota, yo nunca he tenido una.Nunca le habían gustado las mascotas, Leia, pensaba que eso le quitaba mucho tiempo, además de que se le tenía que limpiar, dar de comer y procurar igual que a un niño y tampoco le gustaban, ella solo quería su tiempo y su dinero para ella misma. Además era demasiada responsabilid
Capítulo 113. Un pedido especialMateo estaba muy contento, porque el almuerzo con Leia y con su hermoso hijo, había sido mejor de lo que esperaba. Todo estaría bien con ellos y era la señal, que él estaba esperando para darse cuenta, que sí le convenía por todos los medios el casarse con Leía, ella era muy buena con su hijo. Cuando terminaron de desayunar, Matías se puso a armar un rompecabezas con Leia, en lo que Mateo entregó las invitaciones a un mensajero que llegó por ellas, ya que Leia las había aceptado, debían entregarse a la brevedad, esperando que todos confirmaran su asistencia.– ¿Me dejan integrarme al rompecabezas? – Preguntó Mateo a Leia y a Matías – No soy tan bueno como ustedes, pero, quiero intentar.–Claro papito – Respondió Matías – Yo he encontrado más piezas que Leia.–Tú hijo es un genio, Mateo – Leia hacía su mejor sonrisa falsa – Casi, todas las piezas, las ha colocado él.–Qué bueno, veamos lo que puedo encontrar yo – Mateo, estaba dispuesto a colocar, al m
Mateo, al ir a dejar a su hijo con Sabella, le tuvo que avisar a ella, que el niño sería paje en la boda, pero que no se preocupara, él mismo se haría cargo de comprarle el trajecito que iba a llevar, el día de su boda.Matías, estaba muy cabizbajo, pero no dijo nada, al despedirse de su papá, esa noche. Mateo le leyó el cuento al niño, como ya era una costumbre de cada noche, lo acostó a él y a Queen y antes de irse, pensaba decir otra cosa a Sabella, pero ya no pudo, pues cuando el pasaba a retirarse, ella ya se encontraba con Evan, jugando cartas en la mesa de la sala.–Buenas noches, Sabella – Le dijo Mateo – Entonces, quedamos en lo de pasado mañana, pasaré por Matías temprano y lo traeré al terminar la fiesta de la boda.El solo hecho de escuchar de la boda entre Mateo y Leia, a Sabella, le causaba un tremendo dolor en el pecho, era insoportable, pero lo disimulaba muy bien, no dejaría que eso la tirara al piso.–Buenas noches, Mateo – Respondió Sabella, reprimiendo el dolor que