-¿Fue tu príncipe o el alfa el que golpeó su frente?- fue la pregunta de la reina varios minutos más tarde. Tras calmar la ansiedad en ambos solo dejándose llevar en medio de un abrazo, sin nada más allá, Ilayen se había sentado con la espalda contra el tronco y atrapado a la loba entre sus brazos y piernas.Esta vez ella no opuso resistencia y recostó su cabeza hacia atrás soltando un bostezo. Ilayen acarició las muñecas de ella entre sus dedos a modo de masaje. Así de feas habían tenido que ser antes para que aún estuvieran en su cuerpo.-Fue un accidente, nada sin importancia, ya se está curando- respondió él quitándole importancia para no preocuparla.Asya no protestó y volvió a bostezar. Ilayen sonrió recostando su cabeza contra la sien de ella. La sentía relajada. Era increíble. Imaginar poder pasar así todos los días con ella entre sus brazos, sintiendo su calor y olor, envolviéndola en sus feromonas cuando estas despertasen. La sola idea de que ella fuera de él lo hacía sentir
La cena de recibimiento a los cachorros del alfa White, y el cumpleaños 18 del príncipe de la manada. Eran los dos eventos que se esperaban próximamente. Y aunque Asya era una de las cuatro reinas apenas le dieron responsabilidades. Entendía que como la última apenas tenía importancia, pero prácticamente la habían dejado de lado, sino fuera por el hecho que le había encargado el baile conmemorativo de la espada al príncipe. Más nada.-No tienes que preocuparte- Mirty, la tercera reina caminaba a su lado. Su rostro tenía una agradable sonrisa, aunque se ponía notar el reflejo de una cicatriz en su barbilla. Asya no tenía que pensar mucho para saber cómo podía haber ocurrido- A mi apenas me indicó que me encargara de los arreglos florales. Kate le gusta tener mucho control porque sabe que si el alfa se molesta las consecuencias las pagará ella.-No estoy molesta por ella, conozco mi posición.Mirty le sonrió para después apretar los labios ligeramente.-A veces me pregunto si en algún m
Ilayen raspó la tierra por no sabía que ves. El collar de su madre apenas si daba pista de su existencia, aunque tampoco era que le pusiera tanto empeño en ello. Y en caso que lo encontrase, pudiera mentir, después de todo… ya llevaba tiempo mintiéndole a su mate.No significase que se sintiese cómodo con ese hecho, más bien se recriminaba, pero era la forma que había encontrado de estar a su lado.Frunció el ceño de pronto y miró por encima del hombro.-¿Disculpe… desea que lo ayude?- la voz que escuchó no era la de su mate, pero la había escuchado antesIlayen sintió decepción y al parecer fue notable en su rostro.-¿Lo molesto?- Lena se acercó un poco más a él.-¿Dónde está Asya?- se preocupó dado que era su esclava la que estaba allí en ese momento. Debía haberla enviando.-Mi reina no se sentía bien- Lena bajó su cabeza- Esta mañana enviaron un té que se lo preparé y aunque no probé primero al parecer a ella la indispuso un poco y se encuentra durmiendo. Me comentó que le avisara
Su cuerpo estaba empapado en sudor. Sentía que su vientre se estaba comprimido, quemando, doliendo al punto que la hacía perder el conocimiento por momentos. Asya se refugió en su cama, recostada de lado apretando sus piernas hacia su pecho, con tal de aminorar un poco el dolor. Se cubrió por completo con la colcha mientras temblaba.Sus mandíbulas dolían de tanto apretar los dientes y en algún momento pudo jurar sentir algo caliente por sus muslos, pero para ese momento estaba sin fuerza en la cama. Le habían avisado que dolería, pero no tanto. No había durado mucho, solo unos minutos, pero suficiente para dejarla agotada.Pensar que las demás reinas pasaban por esto tras tener relación con el alfa… era sumarle más sufrimiento al que ya tenían.En algún momento cerró los ojos y todo se quedó negro a su alrededor. Su cuerpo ya no dolía como antes, este se fue desvaneciendo lentamente dejando sus músculos entumecidos. Sentía algo húmedo alrededor de sus muslos, mas no le prestó atenció
-Sean bienvenidos a la manada- Ilayen hizo una muy leve reverencia a modo de saludo a los dos jóvenes delante de él, que le respondieron de la misma forma.-Es bueno vernos de nuevo, príncipe Ilayen- Nill saludó siendo de los dos el más formal.Mientras Sibyl dio un paso a él y le palmeó el hombro con una sonrisa.-Que dolor de cabeza este tipo de formalidades.Ilayen aflojó la expresión seria de su rostro. Los gemelos podían parecer intimidantes, para ser menor que él tenían casi su altura, su aspecto exótico dada la fusión de sus sangres junto a su cabello veteado entre plata y rubio, pero era verdaderamente fácil hablar con ellos, siempre y cuando les cayeras bien. Era sabido que podían ser muy crueles con aquellos que osaban hacerles daño, tanto a ellos, como a su padre, y sobre todo a su madre.Para haber tenido una relación inicial tan tormentosa con la Luna de su manada y madre, ahora eran sobreprotectores y hasta obsesivos con ella. No era un misterio para nadie.-Les daré una
Asya estuvo perdida entre sus pensamientos a la vez que se unió a las demás reinas en el salón donde se haría el banquete para los cachorros recién llegados. Estaba aturdida preguntándose quién era el que iba a verla en las noches… y por qué le había mentido. Sobre todo, eso… por qué le había mentido.El nudo en su garganta se le había hecho cada vez más grande. A pesar de estar enlazada, tenía una reacción diferente que cualquier macho, incluso con el alfa. Con ese… extraño o falso Seth… sentía que todo su mundo se resumía a sentirse protegida, a no tener miedo. A la calidez que se buscaba cuando uno se sentía feliz.Pero ahora… ahora…-Sus altezas, los cachorros gemelos y el príncipe de la manada entrarán en el salón.Asya no se dio cuenta al momento del anuncio hasta que Susen a su lado le palmeó con disimulo el hombro. Solo así se levantó y se quedó con la cabeza gacha hasta que…-Adelante- esa voz… esa voz le era familiar.La reina alzó su mirada y el lobo que estaba a solo met
El ambiente era tenso, costaba respirar. Ninguna de las reinas alzaba sus miradas de sus platos y comían en silencio. Interactuar de más con otros, sobre todo si eran machos delante del alfa tendría como consecuencia castigo.Ilayen, sentado cerca de su padre miraba de reojo a la cuarta reina. Había notado que Asya apenas si tocaba su plato de comida. Removía la comida de un lado a otro antes de agarrar un pequeño bocado y llevarlo a su boca donde se demoraban en masticarlo. Su condición aún debía ser delicada. Apretó los labios con frustración.-¿Y bien, cómo se encuentra el Alfa White?- la pregunta por parte de Byron dirigida hacia los gemelos lo sacó de sus pensamientos.Sibyl tragó y tomó de su copa antes de hablar.-Mi padre se encuentra bien, en estos momentos cuidando del embrazado de nuestra madre Xana.Ante la mención de ello el alfa alzó una ceja. Ilayen tragó en seco sabiendo que eso era un tema delicado.-¿Su madre humana, la Luna de su manada, va a tener a otro híbrido?-
El ambiente era tenso, costaba respirar. Ninguna de las reinas alzaba sus miradas de sus platos y comían en silencio. Interactuar de más con otros, sobre todo si eran machos delante del alfa tendría como consecuencia castigo.Ilayen, sentado cerca de su padre miraba de reojo a la cuarta reina. Había notado que Asya apenas si tocaba su plato de comida. Removía la comida de un lado a otro antes de agarrar un pequeño bocado y llevarlo a su boca donde se demoraban en masticarlo. Su condición aún debía ser delicada. Apretó los labios con frustración.-¿Y bien, cómo se encuentra el Alfa White?- la pregunta por parte de Byron dirigida hacia los gemelos lo sacó de sus pensamientos.Sibyl tragó y tomó de su copa antes de hablar.-Mi padre se encuentra bien, en estos momentos cuidando del embrazado de nuestra madre Xana.Ante la mención de ello el alfa alzó una ceja. Ilayen tragó en seco sabiendo que eso era un tema delicado.-¿Su madre humana, la Luna de su manada, va a tener a otro híbrido?-