“Estás pensando demasiado las cosas”.

“No lo entiendes. Maxine es una mujer astuta y lista. Mantente en guardia, y nunca te juntes con ella sin mi permiso. No quiero que caigas en su trampa”.

“¿Te parezco tan tonto?”. James se rascó la nariz.

“En cualquier caso, no creo que tengas ninguna posibilidad contra ella cuando se trata de juegos mentales”, dijo Thea con naturalidad.

Ella sabía qué clase de persona era Maxine. Durante su estancia en casa de los Caden, recurrió a tácticas turbias para asegurarse el puesto de cabeza de familia. Luego recurrió a los mismos trucos cuando ayudó a James a fundar Comercio Nueva Era. Convenció y presionó a los Lee y a los Sullivan para que se pusieran de su lado.

“Bien, bien... Conozco mis límites”.

“¿Qué? ¿Estás molesto ahora?”.

“Claro que no, cariño”. James se apresuró a explicar: “Obedeceré tus órdenes y me mantendré lejos de Maxine. Prometo que nunca tendré ningún tipo de relación con ella”.

“Así me gusta más”. Thea sonrió.

Durant