Regresar a sus vidas se les hace sencillo, sobre todo porque los guardaespaldas no dejan a Elena sola en ningún momento y Henry tiene prohibida la entrada en el campus, pero lo que ella no sabe es que hay personas que están confabuladas en obligarla a verlo.
Por eso, cuando su hermano llega a buscarla ese viernes, Elena salta sobre él para abrazarlo porque no es usual que eso ocurra.
—Santi… que lindo ver a mi hermano aquí, pensé que te irías.
—No, decidí quedarme un par de semanas más —le dice con una enorme sonrisa, cuando la ve buscar su teléfono para llamar a Noah, él le dice riéndose—. Tu hombre sabe que vine por ti, no me atrevería a ponerte en riesgo, así tus guaruras nos escoltarán mientras nos comemos un postre delicioso de chocolate en esa cafetería que te encanta.
—¿Te he dicho que er
La boca de Elena se vuelve una fina línea y en lugar de hacer lo que su instinto le dice, eso de irse lejos y lo más rápido posible, se acerca a él acortando la distancia sin detenerse para darle una fuerte bofetada que lo toma por sorpresa, haciéndolo voltear la cara.—Tú a mí no me llamas puta, ¡tú no me conoces!—Claro que te conozco —sisea Henry mirándola con odio, la toma por el brazo y la acerca a él con un gesto intimidante que a Elena no le causa nada—. Eres la mojigata a la que le desperté el apetito sexual.—Tú lo único que me despertaste es el radar antipendejos que nunca supe usar —se suelta de su agarre y retrocede dos pasos—. ¿Qué demonios haces aquí?—Tus padres han sido muy colaboradores, sólo tuve que decirles que te extrañaba, que me enamoré de ti y por supuesto, que soy hijo de un elegante senador…—¡Ja,ja,ja! De todo eso lo único cierto es que eres hijo de un senador, porque dudo que me extrañaras, que te enamoraras y menos que tu padre sea tan elegante o no tendrí
En cuanto llegan a la casa, Noah deja a Elena en el sofá y va de inmediato a la cocina por una bolsa de hielo. Santiago se arrodilla a su lado y la mira con pesar porque sabe que en él hay una verdad que ya no puede seguir ocultando.—Te juro que no comprendo por qué nuestros padres me odian tanto —Susurra ella muy bajito y a Santiago se le hace un nudo en el estómago—. No veo otra razón por la cual hayan permitido que ese desgraciado se acercara a mí.—Lamento tanto haberte llevado a la casa… Pero vi a papá tan angustiado que te juro, pensé que podría arreglarse las cosas, al menos entre ustedes dos.—No te culpo de nada. Eres demasiado lindo y bueno para darte cuenta de las malas intenciones —Le dice Elena con ternura mientras acaricia su rostro. En ese punto llega Noah con la bolsa de hielo y la envuelve en un pañuelo para colocársela en la mejilla.—Con esto debería calmar un poco el dolor —Santiago se mueve y Noah tomado el lugar ahí frente a ella—. ¿Te duele demasiado?—No más q
Con el receso de la universidad las expectativas de Elena incluían el dormir y quedarse en pijama en la sala de la casa, aunque no descartaba hacerle una visita a Noah en la oficina sólo para ver si le sacaba una sesión de cariñitos sobre el escritorio.Los días luego del incidente en casa de sus padres se pasaron rápido haciéndose semanas y los dos se estaban preparando para conocer el sexo del bebé, rogando porque de verdad fuera niña o tendrían mucha ropa que donar de no ser así.A pesar de todo, los dos estaban felices y Noah se ha dedicado a hacerle los días especiales, aunque deben separarse para que él vaya a trabajar. En cuanto siente aquel aroma del perfume de su hombre abre un ojo apenas y sonríe al sentir los labios de Noah sobre los suyos a modo de despedida.—Duerme todo lo que quieras, cariño. Me escaparé
Noah sale de la oficina para ir al departamento de recursos humanos a pedir que le busquen un hombre, heterosexual, casado, con hijos de preferencia y que sea de esos machos muy machos, para que lo dejen como su asistente sólo para asegurarse de que no pondrá en peligro su relación nuevamente.Santiago se le une a medio camino riéndose de él y Noah frunce el ceño.—¿Tengo algo?—Pues… se te nota lo que hiciste ahí dentro, tienes esa cara boba de enamorado. ¡Ah, no! ¡Que esa la cargas todos los días!—Envidioso… mejor cuéntame de tu amiga de Lisboa, ¿sigue pidiéndote que regreses?—Sí, pero no sé si es lo que debo hacer, ella fue la que me echó de su vida, ¿por qué me quiere de vuelta? Y yo no creo en las casualidades… todo comenzó luego de que saliera ese
Para cuando Noah abre los ojos, la luz del cuarto le daña los ojos. Siente la cabeza pesada, la garganta le duele un poco y para cuando recuerda en dónde estaba antes de caer inconsciente, se levanta asustado, pero la mano suave de su madre se posa en su pecho y lo mira con una sonrisa.—¡Elena! —le dice aferrándose a sus brazos—. ¡Dime cómo está mi mujer!—Primero te vas calmando o no me molestará pedirle a la amable enfermera que te duerma de nuevo —los ojos de Noah se llenan de lágrimas, pero como su madre mantiene la sonrisa, se relaja un poco—. Elena salió bien de la operación, se tardaron cinco horas más, pero todo está bien.—¿Cinco horas? ¿Cuánto me dormí?—Siete horas, cariño… lo suficiente para que descansaras y te prepares para verla en la sala, aunque no
Daryan lo amenazó con dormirlo de nuevo, pero en cuanto Robert se bajó, le dio un puñetazo lo suficientemente bueno para que se quedara quieto y luego lo tomó por las solapas del saco.Con esa dulce voz que estremece incluso con un susurro le dijo que si quería saber la verdad y vengarse de Duvall, primero tenía que pensar bien las cosas porque de hacerlo a su manera tan visceral, sólo podría poner en peligro a Elena.—Él no lo sabe… —dice de pronto Noah mientras sostiene una bolsa de hielo que Hope le ha dado—. Nadie ha dicho nada acerca de esto, no está en las noticias y necesitamos que saque la cabeza…—De hecho, ya estamos en eso, saldrá en las noticias matutinas y en los diarios —le dice Hope dándole un adelanto—. Queda claro que el accidente provocó heridas graves en Elena y la pérdida de su hija. Eso será suficiente para que se vuelva completamente loco y cometa el error de venir aquí.—Cuento con ello… —Robert le da una palmada en la nuca a Noah y lo regaña otra vez.—Quiero q
A pesar de aquella confesión de su madre, Noah sólo la abraza cuando la ve bajar la mirada y estremecerse por el llanto. Silene se aferra a su cuerpo dejando que el llanto salga por completo, sólo que se tarda bastante en que eso pase y para cuando se separa un poco de Noah, nota que tiene la camisa empapada por sus lágrimas.—Perdóname, hijo, no fue mi intención mojarte… Deberías ir a cambiarte antes de que te enfermes por mi culpa.—Está bien madre, esto no importa ahora. Sólo quiero que me cuentes qué es lo que sucedió con Cornwell.Silene, se limpia las lágrimas y se sienta nuevamente. Noah se arrodilla frente a ella y le toma las manos sin dejar de mirarla.—Tal vez tú no lo recuerdas porque sucedió cuando tú tenías cinco años. Alejandro era un buen compañero de trabajo y el encargado de
El silencio tenso se extiende unos segundos más mientras Silene ve de forma retadora a Jeremiah, hasta que es Henry quien lo corta.—¿Ese imbécil es tu hijo?—Cállate —le responde Jeremiah con voz fría y Henry da un respingo—. No tenía idea de que estuvieran aquí, ¿qué pasó?—¿Cómo? ¿Tu protegido no te lo dijo? —sisea Silene y mira a Henry con desprecio—. Pensé que al menos tendría los huevos para reconocer que mandó a liquidar a mi hijo, pero se equivocó y a quien terminó hiriendo de gravedad es a Elena, la mujer de mi hijo.—No sé de lo que habla, señora… —gruñe Henry, pero Jeremiah se voltea y le grita.—¡Te dije que te callaras! ¡¡Aprende alguna vez en tu vida a hacer lo que te mandan!!—&i