Con el receso de la universidad las expectativas de Elena incluían el dormir y quedarse en pijama en la sala de la casa, aunque no descartaba hacerle una visita a Noah en la oficina sólo para ver si le sacaba una sesión de cariñitos sobre el escritorio.Los días luego del incidente en casa de sus padres se pasaron rápido haciéndose semanas y los dos se estaban preparando para conocer el sexo del bebé, rogando porque de verdad fuera niña o tendrían mucha ropa que donar de no ser así.A pesar de todo, los dos estaban felices y Noah se ha dedicado a hacerle los días especiales, aunque deben separarse para que él vaya a trabajar. En cuanto siente aquel aroma del perfume de su hombre abre un ojo apenas y sonríe al sentir los labios de Noah sobre los suyos a modo de despedida.—Duerme todo lo que quieras, cariño. Me escaparé
Noah sale de la oficina para ir al departamento de recursos humanos a pedir que le busquen un hombre, heterosexual, casado, con hijos de preferencia y que sea de esos machos muy machos, para que lo dejen como su asistente sólo para asegurarse de que no pondrá en peligro su relación nuevamente.Santiago se le une a medio camino riéndose de él y Noah frunce el ceño.—¿Tengo algo?—Pues… se te nota lo que hiciste ahí dentro, tienes esa cara boba de enamorado. ¡Ah, no! ¡Que esa la cargas todos los días!—Envidioso… mejor cuéntame de tu amiga de Lisboa, ¿sigue pidiéndote que regreses?—Sí, pero no sé si es lo que debo hacer, ella fue la que me echó de su vida, ¿por qué me quiere de vuelta? Y yo no creo en las casualidades… todo comenzó luego de que saliera ese
Para cuando Noah abre los ojos, la luz del cuarto le daña los ojos. Siente la cabeza pesada, la garganta le duele un poco y para cuando recuerda en dónde estaba antes de caer inconsciente, se levanta asustado, pero la mano suave de su madre se posa en su pecho y lo mira con una sonrisa.—¡Elena! —le dice aferrándose a sus brazos—. ¡Dime cómo está mi mujer!—Primero te vas calmando o no me molestará pedirle a la amable enfermera que te duerma de nuevo —los ojos de Noah se llenan de lágrimas, pero como su madre mantiene la sonrisa, se relaja un poco—. Elena salió bien de la operación, se tardaron cinco horas más, pero todo está bien.—¿Cinco horas? ¿Cuánto me dormí?—Siete horas, cariño… lo suficiente para que descansaras y te prepares para verla en la sala, aunque no
Daryan lo amenazó con dormirlo de nuevo, pero en cuanto Robert se bajó, le dio un puñetazo lo suficientemente bueno para que se quedara quieto y luego lo tomó por las solapas del saco.Con esa dulce voz que estremece incluso con un susurro le dijo que si quería saber la verdad y vengarse de Duvall, primero tenía que pensar bien las cosas porque de hacerlo a su manera tan visceral, sólo podría poner en peligro a Elena.—Él no lo sabe… —dice de pronto Noah mientras sostiene una bolsa de hielo que Hope le ha dado—. Nadie ha dicho nada acerca de esto, no está en las noticias y necesitamos que saque la cabeza…—De hecho, ya estamos en eso, saldrá en las noticias matutinas y en los diarios —le dice Hope dándole un adelanto—. Queda claro que el accidente provocó heridas graves en Elena y la pérdida de su hija. Eso será suficiente para que se vuelva completamente loco y cometa el error de venir aquí.—Cuento con ello… —Robert le da una palmada en la nuca a Noah y lo regaña otra vez.—Quiero q
A pesar de aquella confesión de su madre, Noah sólo la abraza cuando la ve bajar la mirada y estremecerse por el llanto. Silene se aferra a su cuerpo dejando que el llanto salga por completo, sólo que se tarda bastante en que eso pase y para cuando se separa un poco de Noah, nota que tiene la camisa empapada por sus lágrimas.—Perdóname, hijo, no fue mi intención mojarte… Deberías ir a cambiarte antes de que te enfermes por mi culpa.—Está bien madre, esto no importa ahora. Sólo quiero que me cuentes qué es lo que sucedió con Cornwell.Silene, se limpia las lágrimas y se sienta nuevamente. Noah se arrodilla frente a ella y le toma las manos sin dejar de mirarla.—Tal vez tú no lo recuerdas porque sucedió cuando tú tenías cinco años. Alejandro era un buen compañero de trabajo y el encargado de
El silencio tenso se extiende unos segundos más mientras Silene ve de forma retadora a Jeremiah, hasta que es Henry quien lo corta.—¿Ese imbécil es tu hijo?—Cállate —le responde Jeremiah con voz fría y Henry da un respingo—. No tenía idea de que estuvieran aquí, ¿qué pasó?—¿Cómo? ¿Tu protegido no te lo dijo? —sisea Silene y mira a Henry con desprecio—. Pensé que al menos tendría los huevos para reconocer que mandó a liquidar a mi hijo, pero se equivocó y a quien terminó hiriendo de gravedad es a Elena, la mujer de mi hijo.—No sé de lo que habla, señora… —gruñe Henry, pero Jeremiah se voltea y le grita.—¡Te dije que te callaras! ¡¡Aprende alguna vez en tu vida a hacer lo que te mandan!!—&i
En cuanto Jeremiah sale al estacionamiento, Henry se acerca a él furioso para pedirle explicaciones por haberlo sacado del hospital de esa manera tan humillante para el hijo de un senador, pero antes de que le reclame algo al hombre, recibe un puñetazo que lo manda al suelo y el equipo de seguridad se lanzan sobre Jeremiah para detenerlo.—¡Eres un hijo de puta! —escupe Jeremiah mientras se suelta de los hombres y Henry se coloca tras el auto para que no lo golpee de nuevo—. ¡Querías que te tapara un homicidio frustrado!—¡Entiende que nada de esto es mi culpa! ¡Pero ese imbécil se puso entre mi mujer y yo! ¡¡Y no podía permitirlo!!—¡¿Y qué pensabas hacer cuando mataras a Noah?! ¡¿Llevarte a Elena a casa de tu padre y presentarla como tu prometida?! Porque te recuerdo que ya tienes un compromiso…&mdas
Cuando Noah llega con su madre, ella sólo lo abraza con fuerza porque puede notar la contrariedad en el rostro de su hijo. Al separarse ella le da la mano y lo lleva a sentarse, a Noah no le pasa desapercibida la manera en que el asistente de su padre lo mira, pero en lugar de preguntarle a él, decide hacerlo a su madre.—¿Qué sabes?—Todo —le dice ella algo nerviosa y respira profundo—. Antes de que lo sacaran en la ambulancia hacia acá, le ordenó a su asistente que me contactaran aquí y que me mantuvieran al tanto de todo… y a ti te dejó como responsable de él.—Pero si yo ni siquiera tengo su apellido, ¿cómo demonios puedo tomar decisiones por él?—Pues… ya pregunté y tú siempre has sido su contacto de emergencia —Noah se pasa las manos por el cabello y Silene le dice—. Fue Henry q