’¿Nadie podrá detenerte? ¿Cómo es eso posible?’, pensó Yvonne.

“¡Darryl, no seas testarudo!”. Las lágrimas de Yvonne caían incontrolablemente. Mientras tanto, los discípulos de las Seis Sectas habían llegado antes que ellos. Sus largos sables cayeron como lluvia torrencial.

Florian se unió a la emboscada al mismo instante. Parecía complacido: “¡Darryl, estoy aquí para vengar al abuelo y matar a un bastardo ingrato como tú!”.

Dado que tanta gente se acercaba rápidamente, ¿cómo podría perderse esta oportunidad tan maravillosa? Además, últimamente había estado practicando la Escritura Divina Misteriosa y hoy parecía una buena oportunidad para probarla. Una sonrisa apareció en el rostro de Yumi, quien estaba a su lado.

“¡Cariño, mata a ese bastardo por el bien de la familia Darby!”, ella gritó.

“¡Sí, ese bastardo se lo merece!”, gritaron los miembros de la familia Darby. “¡Florian, tendrás que matarlo hoy en el nombre de la justicia! ¡No lo perdones!”.

‘¿Matarlo en nombre de la