Florian asintió y siguió: “Tengo una sugerencia. Los empresarios como nosotros de la Ciudad Mar del Este deberían unirse y demoler todos los recursos de Darryl en la ciudad”.

Al escuchar esto, todos parecían complacidos. Jeremy Langley fue el primero en ponerse de pie y estar de acuerdo: “¡Exactamente! De ninguna manera podemos dejar que vuelva a levantarse”.

Darryl había venido a arruinar su boda, y Jeremy quería que pagara por ello.

Otros se unieron, mostrando su apoyo de igual manera.

“Así es, hay tantas familias aquí. Una vez que estemos todos juntos, ¿qué tan difícil será destruir su empresa?”.

“¡Ja ja! ¡Sin sus poderosos recursos como respaldo, Darryl no podrá volver a ponerse de pie!”.

“¡Sí! Incluso cuando regrese a la Ciudad Mar del Este, no cultivaría sin dinero de todos modos. ¡Se convertirá en un inútil!”.

Toda la multitud se rio, encantados con el plan.

El Maestro Reed dejó escapar un suspiro y miró a Timothy Langley: “Entonces, ¿esta boda todavía se llevará