’¿¡Por qué ella era tan difícil!?’, pensó Darryl furiosamente.

Haría cualquier cosa por salvar la vida de Dax. Sin dudarlo, se inclinó frente a Evelyn y dijo con sinceridad: "Señorita Evelyn, se lo ruego. Por favor, deme el Corazón del Océano".

Evelyn lo miró y sacudió la cabeza con una sonrisa: "No. No fue lo suficientemente sincero".

Darryl se quedó sin palabras: ‘¡¿Maldición, por qué no solo arranco mi corazón y se lo entrego para mostrarle mi sinceridad!?’.

Mientras pensaba, escuchó a Evelyn exigirle: "Arrodíllate y suplícame".

El rostro de Darryl se oscureció mientras que las damas no aguantaban reírse a carcajadas. Todas estaban sentadas con cafés en sus manos, anticipando el desenlace del evento. Circe quería decir algo, pero no podía bajo la presión de sus amigas.

Darryl respiró profundo. Él sintió una llama encendiéndose en su corazón y su cuerpo temblaba de ira. Un hombre solo se arrodilla ante Dios y a sus padres. Apretó los puños y quería precipitarse, pero no pod