Mundo ficciónIniciar sesión
Capítulos relacionados
El verdadero amor
La vuelta brusca que hizo James, fue por qué estaba enfadado, su asistente en todos los viajes de negocios que habían hecho, comidas , almuerzos y banquetes a los que lo acompañó, nunca le mencionó que estaba en una relación, ¿porqué? y lo aún más importante, ¿por qué le molestaba tanto?— ¡¿Intentas matarme?! — Rocío, se sobaba la cabeza y uno de sus brazos, estaba muy molesta y consideró que ya había sido suficientemente tolerante con el comportamiento infantil de su CEO— Tu dijiste que me detuviera en la farmacia, yo solamente me di la vuelta para regresar al punto, no entiendo ¡¿cuál es tu queja?!— ¡¿Me puedes decir que demonios es lo que te pasa?! ¿por qué estás actuando como un niño pequeño? — Rocío, nunca le había hablado así a su jefe, pero le había colmado la paciencia — Yo... yo no estoy actuando de la forma que dices, no sé de dónde sacas eso, ¿más bien no deberías explicarme en donde te metiste todo el día y por qué carajos no respondiste ninguna de mis llamadas? !tu in
Un mini emperador dominante
Al entrar de nuevo a la habitación, Valentino y James, sintieron el ambiente un poco extraño, vieron a Rocío, ir al tocador y su bello rostro con lágrimas, por más que ella quiso ocultarlo, los dos eran viejos zorros y habían aprendido a ser muy observadores y leer a las personas— ¿Qué le pasa a Rocío, cariño? ¿te contó si James, le hizo algún daño? — el empresario hablaba bajito para no ser escuchado— !¿Qué?! ¡yo no le hice nada, soy inocente de cualquier cosa! — El mano derecha de estaba defendiendo también en voz muy baja— ¿Entonces, que tiene ella? ¿cortó con su novio? — Los dos hombres seguían ahí muy curiosos— Largo, no les voy a contar lo que Rocío, me dice en confianza, ella es mi amiga y me lo acaba de demostrar, ocupense de sus asuntos y dejen a la bella chica en paz — Isabella, los mando a volar— Cuñada, acabo de ver en las redes el bolso de edición limitada Hermes que recién salió, sé que te gustan muchos esos bolsos, yo podría conseguirlo si nos dices algo, no import
Pelea de rivales de amor
La bella asistente salía de la reunión tomada de la cintura por su jefe, los socios ya se habían retirado por qué tenían que tomar un vuelo muy temprano por la mañana, así que no se dieron cuenta del estado inconveniente de la asistente del CEO, eso la habría dejado como poco profesionalPero justo al salir del bar, se encontraron con un trajeado Jay, furioso y celoso por qué otro hombre estaba sosteniendo a la ebria Rocío— ¡¿Qué demonios significa ésto Rocío?! ¿quién diablos es este hombre? ¡seguro que me estás engañando con él y yo que pensé que eras una santa pero terminaste siendo como todas! — el hombre estaba demasiado enfurecido— ¡No sé quién rayos seas pero no le vas a hablar de esa manera a Rocío! !así que quítate de mi camino o te voy a quitar yo! — James, se puso en modo feroz, él no iba a permitir que ese patán se dirigiera a Rocío de esa manera.— ¡Tú, suelta a mi chica en este momento o te voy a dar la paliza de tu vida! ¡Rocío, es mi chica, ella será mi futura esposa
No podemos hacer el amor
El malhumorado James, se le ponía difícil a Rocío, en la clínica, súbeme la camilla, dame un poco de agua, dame más agua para tomarme el analgésico, no te muevas de aquí por qué no confío en los doctores, cúbreme los pies con la sábana por qué tengo frío— ¡Señor Hill, si no se está quieto y se tranquiliza, voy a pedir que le administren un sedante! parece que tengo a cinco pacientes juntos para atender — La joven asistente, reprendía al batalloso CEO — Estoy convaleciente, ¿por qué mes estás gritando? ¿qué clase de cuidadora es usted? si fuera mi enfermera la despedida ahora mismo— Hay por favor, despídame, me voy a sentir mal pero le aseguro que lo voy a superar — dijo Rocío, mientras rodaba sus bellos ojos ambarinos— ¿Creés que te librarás de tu responsabilidad tan fácilmente? ¡pues fíjate que no, tendré que tolerar tus casi nulas capacidades para atender a una persona convaleciente, solo espero que no termines por matarme!— Pero que genio se carga señor Hill, ¿es que por andar
Descubriendo el secreto de Rocío
James le estaba detallando a Valentino, cada golpe que le dió a Jay, y los que él le dió a él, como el violento hombre había insultado a Rocío y que ella misma le había pedido que no lo dejara llevársela— ¡Valentino, es verdad que Rocío, estaba pasada de copas, pero aún así ella me dió a entender con su lenguaje corporal y sus palabras que no quería ir con su novio, no había manera en esta mundo que me la dejara quitar por ese tipejo, yo me iba a asegurar que ella estuviera segura!— ¿En tus manos? ¿en las manos del seductor más grande del país? ¿explícame exactamente como iba a estar Rocío, segura contigo? es que no acabo de entender por completo las cosas— ¡Ahhss... no le he hecho nada a esa mujercita! — aclaró el convaleciente hombre— Todavía, y eso es por qué ella no te lo ha permitido, no te hagas el santo conmigo, la atracción que se percibe entre ustedes es innegable, pero conociéndola ella no va a permitir que un don Juan como tú la utilice y la deseche como lo hace con tod
Te quedarás en mi cama
Con muchas, pero muchas batallas, Sara por fin terminó el encargo de su jefe, los ojos le ardían y los dedos le dolían por tanto teclear, imprimió rodó y se lo llevó a la oficina del empresario— Señor, he terminado, aquí está lo que me pidió, ¿necesita algo más? ya la mayoría del personal se ha marchado, pero si gusta nos podemos quedar a hacer horas extras — Sugirió la sensual mujer, se movía por la oficina con la candencia de una gran serpiente— No, no es necesario, puede marcharse, la espero mañana temprano para checar uno a uno los reportes, después seguiremos con los reportes de compras — dijo Valentino mientras tomaba su fino saco y portafolio para salir de la compañía hacía la mansión LombardiLos dos coincidieron en la salida, pero Valentino siguió de largo, se encontraba en una llamada con su abuelo, el viejo amo Lombardi, estaba muy contento de tenerlo cerca estos días, el hombre subió a su costoso auto y salió del estacionamiento a toda velocidadDe nuevo Sara, se había q
Una entrega por amor
Valentino, muy temprano por la mañana salió de la mansión Lombardi, hacía la compañía, quería revisar unos contratos antes de la reunión que tenía programada para las doce del día, él era siempre muy meticuloso y perfeccionistaEl CEO llegó saludando con un buenos días a los empleados que ya se encontraban en su puesto de trabajo, así llegó hasta su oficina y le hizo una llamada a su esposa— Hola mi amor, ¿cómo estás? ¿que tal te va con los niños? — Entre el bebé Demian y Emiliano, estoy agotada, Demian quiere que lo arrullen hasta la media noche como lo tenías acostumbrado, pero yo solo lo meso hasta las once, Emiliano, como siempre se la pasa haciendo preguntas hasta el cansancio, Aahh... trataré de sobrevivir hasta tu regreso, ¿y tú qué tal estás? ¿cómo está James?— Ahora que lo mencionas, si está impresionable su estado, parece que un caballo le bailó encima de la cara, está irreconocible— ¡Hay por dios! ¿pero que fue lo que le sucedió a él? cuéntame Valentino— Lo que pasó es
Una foto comprometedora
James se ducho y se vistió de prisa en uno de sus trajes favoritos, su atractivo rostro ya solo parecía tener moretones, luciendo así parecía un misterioso chico malo y no príncipe encantador que era, se miró al espejo y le gustó lo que vióAntes de salir de su habitación, pudo ver las manchas de sus fluidos y los de Rocío, había en ellos un poco de sangre que dejaba ver qué esa fue la primera vez de la hermosa joven, cosa que el CEO, atesoraría para siempre En la oficina Valentino, no podía ni siquiera concentrarse en el trabajo, estaba muy intranquilo por lo que había pasado, cuando vió llegar a su amigo, pudo respirar un poco más relajado, sabía que por lo menos con él podía desahogarse— Ya estoy aquí Valentino, espero que lo que sea que te esté pasando sea de vida o muerte por qué yo también estaba pasando las de Caín — el malhumorado mano derecha se acomodó en una silla frente al CEO para escucharlo— ¡James, estoy metido en un problema muy grave, uno en el que jamás esperé que