Ahora que la abuela Vargas por fin podía operarse con éxito, pensó que el hombre se alegraría del divorcio, ¡pero no esperaba que dijera que podía mantener el matrimonio!

¡Qué ridículo!

Él creía que podía seguir el matrimonio, pero ella no quería hacerlo ahora.

No quería esperar a un barco que nunca atracaría.

¡Cómo podría quedarse en la familia Vargas ahora que tenía dos pequeños bebés!

Tendría suficientes créditos después de sus exámenes finales de este semestre si los aprobaba todos, y estaría lista para regresar a la Ciudad Sur con sus hermanos y comenzar una nueva vida.

Llevaba mucho tiempo preparando para irse.

Tal vez Ricardo vio los verdaderos colores de Magdalena y consideró que Magnolia era la más tonta y la más adecuada para ser su esposa.

Pero ya no se lo tomaría en serio Magnolia.

Mientras Magnolia echaba humo, olió un aroma fuerte, bueno, sabía quién se acercaba.

Levantó la vista y, en efecto, vio a Alexandra que se acercaba y frunció el ceño, —Será mejor que te alejes, n